BOCHE, ‘hoyo que hacen los muchachos en el suelo para jugar, tirando a meter dentro de él las piezas con que juegan’, origen incierto, quizá variante fonética de BUCHE.
1.ª doc.: Terr., y al parecer ya en el dicc. de Henríquez Hiberno (1679, Gili), pero no en Aut.
Boche ‘hondonada’ es voz muy viva en Bilbao, ciudad que por su situación entre cerros suele llamarse en tono pintoresco y popular El Bocho, y bocheros a los bilbaínos (J. Giner). Bocho en Álava. Creo ahora que una forma arag. *focho, *focha, análoga al cat. fotja ‘bache’, y hermana del cast. hoya, pasaría al vasco botxo (vizc.) «boche, fossette», b. nav. y ronc. botxe ‘despeñadero’, sul. botxu íd. (Azkue), de donde volvió al romance: nav. y alav. bocho ‘boche u hoyo’ salacenco boche ‘despeñadero’ (Iribarren), bilb. y santand. boche y, cruzándose ahí de nuevo con el genuino hoyo (pron. joyo), salió el santand. joche «hueco que en la hierba del pajar hacen los vaqueros para dormir en él» (G. Lomas). Por otra parte es posible que el cast. común bache resulte de un encuentro de boche con baque. Esta familia viene indudablemente del lat. FĶCEM ‘barrancada’ de donde provienen también los nombres de lugar del Ebro (mun. de García) La Fotx (gran barrancada); Lo Botxo (cueva y fuente en este desfiladero) con fonética mozárabe que explica la tx, la -o y la sonorización de F- detrás del artículo como en los demás nombres de cuevas y fuentes catalanes llamados La Vou o La Veu.
Varias de las palabras estudiadas en el artículo anterior y en éste se rozan con el gall. y trasm. bocha ‘vejiga, ampolla que se levanta en el cutis y es producida por una quemadura, por el calzado que lastima, etc.’ (V. BUCHE) y bocho ‘la causada por un instrumento de labranza’ que Piel (Pg. Fgn. Görresges. VIII, 1968, 154) deriva verosímilmente de un BUCULA «oncomata bubónica» documentado en la Mulom. Chironis, que él identifica con un lat. vg. *BŬCCŬLA derivado de BUCCA ‘carrillo hinchado’ (> ‘boca’) y del cual Niedermann, Recueil, 1954, había derivado el alem. mod. büggel (püggel) ‘rundliche Geschwulst an der Haut, knotige Anschwellung’. Todavía es más evidente, sin embargo, que estas palabras son hermanas del cast. dial. bochincha, -inche, ‘vejiga, buche, sorbo’ y las demás que estudio s. v. BOCHINCHE, así como del pg. bochecha ‘Wangenrundung’. Lo que se ve mucho menos claro es la explicación de ese sufijo poco frecuente, que no convence explicar, como quiere Piel, por un sufijo -էSCŬLA del latín vulgar cuya existencia él postula sin pruebas y que además no explicaría fonéticamente las formas castellanas. Como este último vocablo es del gall.-port. meridional y no ya del gallego y como también la mayor parte, aunque no todas, las documentaciones castellanas proceden del Sur (Mérida, Cespedosa, Castellón, Canarias), no descarto la posibilidad de que el vocablo tenga origen mozárabe y que bochecho sea un diminutivo arabizado buƇāȳƇa que en hispanoárabe sería creación normal junto a un primitivo buƇƇa. Concedido, desde luego, que esto por ahora no pasa de ser una especulación muy audaz y que hay que buscar indicios más fuertes antes de darla por cierta. Si lo fuese, tendríamos que explorar la posibilidad de que bocha salga de BŬCCĔA ‘bocado’, palabra mejor conocida que BUCCULA (V. las palabras estudiadas aquí s. v. BOZO), pues -CCUL- > ch no es posible en mozárabe donde, en cambio, es normal Ƈ < CC?.