BARCA, del lat. tardío BARCA íd., quizá de origen hispánico.

1.ª doc.: Cid.

La palabra latina aparece por primera vez en una inscripción del Algarbe del año 200 d. C. aproximadamente; después, en autores también hispánicos, San Paulino de Nola (que vivió en Barcelona, S. IV) y San Isidoro de Sevilla, Etym. XIX, i, 19. Por ello supone Kluge, ARom. VI, 231-2, que sea de origen ibérico1; la opinión común es que sale de *BARէCA, derivado del gr. de Egipto βĘρις íd. Sin embargo, pronto se extendió por toda la zona mediterránea del Imperio de Occidente, de donde it., oc., cat., port. barca; el fr. ant. barge parece ser forma importada en fecha más reciente y presenta una diferencia en el consonantismo (vid. FEW I, 252a, n.5), el fr. mod. barque se tomó de la lengua de Oc en el S. XIII. Desde el romance irradió pronto al germano, al céltico, al árabe hispánico, africano y oriental (Simonet, s. v. labarca), y al neogriego (ya en fecha antigua: Psichari, KJRPh. II, 263).

DERIV.

Barcal ‘artesa’ (comp. gall. barcal ‘barreño’, «gran bacía de madera, de una pieza» Sarm. CaG. 63v, 154v), ‘cajón usado en las minas de Huelva’; ast. ‘especie de cubo de madera de unos 45 cms. de diámetro, que sirve para poner las medidas en las tabernas, recoger aguas llovedizas y otros usos’ (V)2. Barcarola [1885, falta Acad. 1884], tomado del it. barcarola ‘canción de barquero’. Barco [Alfonso X; y en su gallego: «fezeron balsas et maneyras de barcos et de naves» Ctgs. 61.18]3 : en la Edad Media lo común es que designe una embarcación pequeña (así todavía Aut.); con la ac. moderna se dice entonces navío o nao, estado de cosas conservado hasta hoy en portugués4. Barcón ‘barco con mástiles’ (SS. XVI-XVII), ‘esquife’ (íd.). Barquero [med. S. XIV, P. de Alf. XI]. Barquía ‘embarcación de cuatro remos o menos’, voz peculiar al lenguaje de los pescadores santanderinos (Pereda), parece ser pronunciación dialectal de barquilla (para yeísmo en Santander, V. ejs. en G. Lomas, 1.ª ed., p. 17). Barquillo ‘hoja delgada de pasta’, hoy en forma de canuto, antes convexa o de barco [1605], de donde abarquillar, -llado [1642]. Barquear [1605, López de Úbeda, p. 61a (Nougué, BHisp. LXVI)]. Embarcar [h. 1440, Díaz de Gámez; Nebr.], vid. Cuervo, Dicc. (Bol. C. y C. II, 357-8); embarcación [1493, Woodbr.], de aquí el fr. embarcation [1762]; embarcadero [1615], de donde el fr. embarcadère [1723]; embarco; embarque. Desembarcar [Nebr.], desembarcadero, desembarco, desembarcación, desembarque. Deriv. gall. barcolexar ‘remover objetos metidos dentro de un recipiente agitando éste’ (Sarm. CaG. 199r). V. además BARQUÍN y BARQUINAZO.

CPT.

Barcolongo [1611; barco luengo, Aut.], del port. barco longo ‘barca larga’.

1 Obsérvese la mayor vitalidad que demuestra en español barca al dar lugar a la creación del derivado barco, ajeno a los demás romances, salvo el portugués. Embarcación, embarcadero son también creaciones españolas, que de aquí pasaron a otros romances.―

2 Por una comparación de forma muy difundida. El catalán On. Pou (1575) aplica a un recipiente de sacristía «la barca de tenir los encens; acerra» (p. 168). Siendo barcal ante todo gallego y asturiano, y habiendo un nombre de persona gallego Barcala, nos recuerda esto el hapax barcala que se aplica a sí mismo Trimalción en el Satiricón de Petronio (67.7) en el sentido de ‘marido neciamente complaciente’; según Nehring, Glotta XVII, 1929, 117 n., propiamente es palabra etrusca en el sentido de ‘tonto’, opinión que ha encontrado bastante aprobación, pero otros discrepan y varios enmiendan el texto (cf. la ed. de Schmeck, Heidelberg 1964, p. 60); como además la coincidencia semántica es muy vaga, por más que el barcal sea empleado para menesteres humildes y aun despreciables, y la etimología barca es satisfactoria, es más verosímil que haya un parecido casual.―

3 En las Ctgs. 111.28 se emplea un barco para pasar el Sena, lo cual tampoco sugiere una embarcación grande; por lo demás aparece también en 245.35 y 369.89. Barqueta, Ctgs. 254.21, muestra con su sufijo que el vocablo había echado por entonces raíces más firmes en lenguas romances más orientales. Barco en el ms. aragonés del Alex, es corrupción de parto.―

4 En el nombre de lugar El Barco (Ávila, Orense), claro está que hay otro significado y quizá una palabra completamente diferente, pues el mismo topónimo del Véneto y Trentino, donde es frecuente, está en evidente relación con Comelico y Valsugana barco ‘henil’, Bérgamo y Val di Non bàrec, íd., Servigliano barcò ‘montón de cereal segado’, Trentino barchessa ‘choza’, tirolés bark ‘establo en la montaña’ (ARom. V, 288; X, 94; XIII, 248), quizá en relación con nuestro VARGA (comp. Jud, ibíd. VI, 192). Por otra parte Schuchardt, ZRPh. XXIII, 185, cree que el nombre de lugar español tendría un significado como el de nava, que él define ‘hondonada’, relacionándolo con nave, pero esta etimología de nava no es segura.