ANDAR, de una forma romance *amlare, pronunciación descuidada del lat. AMBULARE íd.

1.ª doc.: 2.ª mitad S. X, Gl. de Silos, 198; doc. de 982: Rom. IX, 299.

Cuervo, Dicc. I, 453-63. Se ha discutido largamente acerca del origen de las formas romances correspondientes al cast. andar: port. andar, cat., oc. anar, fr. aller, friul. la, it. andare1, macedo-rrum. îmnare (romanche mein ‘vamos’, Tumliasca amnad ‘vais’). Dejando aparte multitud de hipótesis sin asidero, últimamente se ha llegado a la conclusión de que por lo menos el fr. aller y el friul. la vienen de AMBULARE por medio de una pronunciación vulgar descuidada *amlare, cuya generalización se explica por el frecuentísimo uso del vocablo, agravado todavía por el empleo corriente en perífrasis modales y en imperativos y voces de mando2, sólo apuntados en pronunciación incipiente3. El hecho es que en textos vulgares latinos de la baja época se observa la misma repartición de las formas vado y análogas, en el singular y tercera persona del plural de los presentes, junto a formas de ambulare en las demás personas y tiempos, que hoy rige aún en francés, italiano, occitano-catalán, etc., entre vais y aller, vado y andare, vau o vaig y anar; esta restricción del uso de AMBULARE a las formas verbales acentuadas en la desinencia fué otro poderoso factor en las fuertes alteraciones fonéticas sufridas por el radical de este verbo, alteraciones que no era posible corregir por medio de las formas acentuadas en el radical, pues éstas no se hallaban en uso (Rohlfs, ASNSL CLXIII, 312-3). En cuanto a las formas de consonantismo nasal, como la castellana, existen todavía dos opiniones opuestas y muy extendidas: unos las igualan al fr. aller (Rohlfs, l. c.; Schuchardt, ZRPh. XXVI, 3934; comunicación de Brandal al 5.° Congreso Internacional de Ling. Romance), mientras otros afirman que éstas vienen de un lat. vg. *AMBէTARE, frecuentativo de AMBզREdar vueltas, rodear’ (M-L., REW 409; Wartburg, FEW I, 84; etc.). Al argumento de M-L. de que la etimología AMBULARE para andar sólo se basa en el postulado sin demostrar de que todos los vocablos romances para expresar esta idea tienen un origen único, es fácil replicar que el aportar una demostración corresponde más bien a los que creen en orígenes varios; y puesto que la doble hipótesis AMBULARE y *AMBITARE tampoco permite una explicación fonética regular de las formas romances, es preferible no recurrir a la suposición de este verbo *AMBITARE que en nada firme se apoya. En efecto, sólo el cast. y port. andar podrían mirarse como reflejos fonéticos normales de este étimo, ya que la síncopa y la sonorización de la T serían anómalas en el it. andare, forma que ya se halla en textos toscanos tan antiguos como un doc. de 801, y en otros meridionales tan arcaicos como los del Codex Cavensis, en los años 822 y 824 (Salvioni, RIL XL, 1047; KJRPh. IX, i, 106-7; RDR IV, 174-5; más documentación medieval latina en Wiener, ZRPh. XXXVII, 569-95)5. Formas dialectales italianas: anar en el habla rústica de Padua, Verona, Vincenza y Bobbio (Rohlfs, It. Gr. I, 395), en el Tesino, Lombardía y Trentino, annare en la Lunigiana, annà en Elba (ibid. 420). A pesar de los datos de Salvioni y Wiener, que por lo visto no conoce, persiste Rohlfs (ibid. II, 324) en decir que andare es desconocido en el Sur de Italia y que por lo menos no es popular en parte alguna; y sin embargo agrega él mismo que annamu, annati y demás formas arrizotónicas corren en varios puntos de Sicilia. El cat. anar se opone también, pues aquí sólo ND primario se reduce a n (pero venda VENDITA, deixondar EX-SOMN-ITARE, pendís PENDIT-ICIU, retendir RE-TINNITARE), y con mayor razón la lengua de Oc, que conserva siempre el grupo ND6. Si el provenzal se opone a una ND, el gascón con su -n- conservada entre vocales no se opone menos a una -N- intervocálica, y el cat. anar es a su vez incompatible con una -NN- (que hubiera dado -ny-), de suerte que como antecedente común posible del oc.-gasc.-cat. anar sólo queda el mismo *AMNARE que vemos conservado en rumano y en retorrománico, y esta base inmediata podría convenir aun al castellano, portugués e italiano si admitiéramos una diferenciación como la que registramos en el antiguo legunde < legumne ‘legumbre’ (S. XIII, Libro de los Cavallos 95,11), berc. escando ‘escaño’ SCAMNUM, ast. colond(r)a COLUMNA, val. llanda ‘hoja de lata’ LAMINA. A su vez *AMNARE7 viene de *AMLARE por asimilación, como lo admite el mismo M-L. para las formas rumanas y réticas. Andar y andare pueden comprenderse también como resultantes del paso directo de *AMLARE a *amdare, por comunicación a la l de la oclusión bucal en que consiste la m. Para el uso de andar como verbo modal (andar haciendo, andar enamorado, etc.), vid. Cuervo, Dicc. I, 459-60; Harry Meier, VKR VI, 301-168. Pottier BHisp. LXI, 355, resume así la nota de H. Guiter, RLR LXXII, 341-9, sobre mi artículo andar: «défend la pluralité etym., et donne sa préférence à ADNARE, autre terme maritime, en admettant pour le cast. et le pg. une dérivation également possible à partir de ambitare». Dada la poca preparación del autor (que cree erróneamente sea ny el resultado catalán de MN, cf. Studia Spitzer 1958, 136-7, y cae en varias contradicciones consigo mismo) y lo absurdo de la idea (que además no es nueva) no vale la pena discutirlo. Cf. el trabajo de Malkiel en Word 1957 que no aporta novedades de gran interés y en nada puede cambiar nuestras ideas.

DERIV.

Andada. Andaderas. Andadero. Andador. Andadura [h. 1300, Zifar 37.23]. Andalotero. Andanza [Berceo]. Andante; en la ac. musical [Bretón de los Herreros, † 1873], viene del it. andante; igualmente el diminutivo andantino. Andón. Andurriales [1464; port. andurriais, Sá de Miranda, p. 162, v. 164], pero V. ANDORRA. Desandar. De andar sustantivado vienen: andariego [Lucano de Alf. X (Almazán); J. Ruiz]; andarín ‘lacayo’ [como neologismos en Aut.], ‘muy andador’ [S. XIX]. Además, V. ANDAMIO. Deriv. port. andejo ‘que anda mucho por la calle y no para en casa’: mulher andeja [S. XVII? Moraes], gall. lucense andexa «mujer casi puta» (Sarm. CaG. 236v), andejo ‘andariego’ (Sobreira, DAcG.); desde Vall. aparece una corrupción gráfica andego y desde F. J. Rodríguez otra voz errónea andexo al que se achaca, por confusión, el sentido del port. andez, endez ‘huevo nidal’ (INDICEM, vid, aquí a propósito de inçar, s. v. SEMBRAR). Es curioso que sólo estas voces fantasmas andego ‘nidal’ hayan pasado a GdDD 3417 y 3415a (cf. detalles en Pensado, pp. 170, 171).

CPT.

Andaboba. Andallo, en lugar de andarlo, del infinitivo, con valor de imperativo, seguido por el pronombre lo. Andaniño. Andarraya. Andarríos. Bienandante; bienandanza. Malandante; malandanza.

1 El it. merid. annari no parece ser importación del Norte, a pesar de Rohlfs, ZRPh. XL, 337-9, y Subak, KJRPh. XI, i, 186-7; V. los datos terminantes de Salvioni, RIL XL, 1047.―

2 Acerca del uso del lat. atribulare en el lenguaje castrense, vid. Heraeus ALLG XII, 269-70.―

3 El grado avanzado de desgaste semántico y gramaticalización sufridos por AMBULARE en latín vulgar se nota por frases como utres inflati ambulamus! de Petronio, XLII, 4, donde más que ‘andamos (por el mundo como) odres hinchados’ ya hay que traducir ‘somos’.―

4 En otros pasajes suyos el eminente lingüista no está tan decidido en favor de la teoría monogenética: Rom. XVII, 417-21; ZRPh. XV, 117-9; XXIII, 325-31; XXX, 83-4.―

5 Esta antigüedad tan grande del it. merid. andare bastaría para descartar fonéticamente *AMBITARE.―

6 Reichenkron, ZFSL LIV, 188, y Lewent, ASNSL CLXX, 91-99, se empeñan vanamente en explicar oc. anar por un anterior *ANDARE. Rohlfs, ASNSL CLXV, 82-3, hizo notar al primero que las formas manar MANDARE y análogas, que él cita, no están en el mismo caso, pues corresponden a textos catalanes o gascones, donde la reducción de ND es normal. Contra el influjo de venir admitido por Lewent se presenta la objeción evidente de que ve(n) tiene n caduca en los trovadores, mientras que an ‘ande’ rima constantemente con n fija.―

7 Podría prescindirse del asterisco teniendo en cuenta que amnavit se halla en una inscripción de Cartago. L. Wiener, ZRPh. XXXVII, 569-95, quisiera corregir en amnuit por abnuit ‘reniega’, pero Novati, Studi Mediev. I, 616-7, la admite como forma auténtica. Observa éste que muchos dialectos de la Alta Italia presentan huellas de este AMNARE.―

8 Pueden agregarse ejs. como Cervantes, Las dos doncellas, ed. Hz. Ureña, II, 152; G. de Alfarache, ed. Cl. C. III, 25.21; Pérez de Hita ed. Blanchard I, 65; Cej. VI, § 24.