ANAQUEL, ‘estante’, del ár. naqqâl ‘transportador’, derivado de n-q-l ‘transportar’: designó primero al que transportaba objetos, después la tabla en que los transportaba y finalmente un estante o anaquel.
Dozy,
Gloss., 189, 190. No es normal el paso de
â a
e, tras
q, y tampoco es corriente que los arabismos empiecen por
ana- y no por
aña- o
alna-: la historia del vocablo no está bien averiguada (comp. los sinónimos
VASAR, POYATA), pero la etimología es indudable
1. Un duplicado semántico y fonético del vocablo, de forma más regular, es
añacal ‘el que lleva el trigo al molino’ [
Orden. de Sevilla, ed. 1527], ‘tabla en que se lleva el pan al horno’,
anacalo ‘criado de la hornera, que iba a las casas particulares por el pan que se había de cocer, y lo llevaba al horno en unas tablas grandes’ [Covarr.].