ALFORZA, del ár. Ʌúzza íd., de Ʌazz ‘cortar, hacer un corte (en algo)’.

1.ª doc.: alfoza, 1438, Corbacho; alforza, Nebr.; alhorza, 1604, G. de Alfarache, 2.a parte.

Hoy dialectalmente lorza, en Aragón, Álava, Asturias (V) y Galicia; judesp. marroq. alforsa o alhozza (BRAE XIV, 570), vasco alorza ‘dobladillo o pliegue de la ropa’ en Salazar, aloz(a) en vizcaíno, guipuzcoano, suletino, baztanés y otras localidades del a. navarro, alozna en b. navarro y labortano. Engelmann, en Dozy, Gloss., 116; Eguílaz, 172; contra la segunda etimología propuesta por éste, vid. Steiger, BRAE IX, 516-18. Sin la -r- secundaria: ast. alfoz (en Libardón, concejo de Colunga, V), judesp. alhozza. La inserción de una r antietimológica puede deberse al esfuerzo por imitar la z geminada del árabe (comp. HASTA de Ʌatta); hay, sin embargo, cierto número de casos de r «epentética» ante z, no todos explicados hasta ahora: nuerza, jaguarzo, port. camurça, alferce, alicerce (ALIZACE), port. vg. chorça, narsa1 (V. explicaciones en mis artículos correspondientes)2. En nuestro caso se tratará más bien de un influjo de reforzar sobre el verbo alfo(r)zar.

DERIV.

Alforzar [1608-26, Buscón].

1 Steiger, Festschrift Jud, 695-6; y Silveira, RL XXXIII, 245 y R. Port. F. III, 48-51 de quienes tomo estos ejemplos, citan todavía algunos, sumamente dudosos. Hay casos de cambio de sufijo y contaminaciones, como en el arag. hilarza, cat. filagarsa, cuya r se deberá a cadarzo. Hay que dejar aparte el caso de ALCURNIA, totalmente inexplicado, donde no hay z.―

2 El pueblo de Alpiarça o Alpeaça y río Alpeaçoulo a la izquierda del Tajo, frente a Santarén, parecen formas mozárabes de PITACCIApedazos’ ‘remiendos’, arabizados en PeȓaɊɊa y adaptados por los reconquistadores al resultado fonético de la -D-, que en portugués cae y en mozárabe se conserva. Como además la villa portuguesa de Murça en el distrito de Vila Real aparece varias veces como Muça o Musa en su foral de 1224 y otro texto de la época (PMH Leg. 600, 601, 710) y parece cierto que D. Lopes (RHisp. IX, 44) atina al traerlo del nombre de persona ár. mûsà, debe de ser fundado el aserto de Silveira de que en portugués el fenómeno tuvo mucha extensión y no se limita al caso de una geminada (quizá ultracorrección de la tendencia a cambiar almorço en almoço, etc.).