ALEFRIZ, ‘ranura a lo largo de la quilla para que en ella encajen las tablas que constituyen el forro de los barcos’, origen incierto.

1.ª doc.: alefrís 1587, G. de Palacio; 1611; 1726.

Dozy, Gloss., 98, propuso el ár. firâȓ, plural de farȓ ‘muesca, entalladura’; suponiendo que sonara firîȓ con arreglo a la pronunciación tardía del hispano-árabe, *alferid se habría convertido en *alefrid por trasposición, y éste en alefríz. Esta etimología fué aceptada sin reservas por Eguílaz, y por Steiger (Contr., p. 165), que compara alcayaz del ár. Ȑid; en verdad esta alteración de la consonante final es tanto más sorprendente en el caso de alefriz, cuanto que esta palabra es también portuguesa (alefrís, normalmente usado en plural, alefrises, según Moraes), y en castellano la forma dominante es con -s, mientras que la -z sólo aparece en 1831. Pero más grave es la dificultad de la trasposición, que de ninguna manera pudo producirse en castellano; además entre dos enfáticas como r y ȓ seguro que la â arábiga se habría conservado como a. En árabe se dan casos comparables en los dialectos marroquíes, pero son sin duda modernos, y no se conocen ejs. en el árabe de España1. Quizá se trate de una forma diferente de la misma raíz arábiga; o bien de otra forma de plural de la misma palabra2. Pero mientras no se hallen otros indicios favorables, las dos dificultades combinadas obligan a considerar inverosímil esta etimología3. Lo más probable es que se trate del ár. Ȑifrîz ‘alero’, ‘friso’ (V. FRISO).

A base de suponer un uso figurado, aunque desde luego es hipótesis algo atrevida, podríamos quizá partir del ár. ifrît ‘genio maléfico’ ‘demonio’ ‘duende’ ‘gigante’ (PAlc.) ‘hombre hercúleo’ (Egipto y Sudán) ‘grifo legendario’ (PAlc.), ‘tigre’ (íd.; Dozy II 142b), además viejos lexicógrafos dan la ac. adjetiva ‘hábil, fino, astuto’. Aprovecho la ocasión para dar la etimología de esta palabra arábiga, idea que creo nueva e inédita. Se trata de una palabra muy conocida, desde antes de las 1.001 Noches (donde menudea, como es sabido) pero, su estructura cuadrilítera y el tratarse de una raíz sustantiva y no verbal muestran que no es palabra de origen proto-arábigo ni probablemente semítico. Se trata sin duda de un iranismo: el ave. āfriti- que por lo general significa ‘bendición’ pero que a lo menos una vez aparece con el sentido de ‘maldición’ y con frecuencia figura con carácter de teónimo personificado ‘genio de la bendición (o maldición)’4 (Bartholomae, Air. Wb.). Es fácil comprender que los mahometanos convirtieran esta divinidad mazdeísta en el nombre de un genio demoníaco. La adición de un ain inicial es hecho corriente en árabe en los extranjerismos de esta estructura, p. ej. en askar ‘ejército’ ‘soldado’ < lat. EXERCITUS (Dozy II, 128a; Sauvaget, ȐAȟbâr as-Sîn wa l-Hind, nota); ankalîs ‘anguila’, lat. ANGUILLAS, empleado en Siria (Dozy II, 183a) y que en Marruecos pasaría a aplicarse a un pez marino pues con este carácter escribe el Idrisí anqarîs (ib., 182b); ašbûra < SPARUS (Simonet, Glos. 25). La citada palabra del Avesta deriva de friti- ‘oración’ y del verbo frāy / fri- ‘satisfacer, contentar, amar’, representante iranio normal del ieur. común PRI / PRզ- íd. (scr. priȠáti, prītí-, gr. πραɄ/ς, esl. prej྿, prijatelĭ, gót. frijôn ‘amar’, ingl. friend, etc. (Pok. IEW 844).

Para el judesp. (f)endrís ‘rendija’, cruce de hendrija con alefriz, V. HENDER.

1 El caso de escabeche = ár. sikbâǤ, escarlata = ár. saqirlâƫ, es raro y además pertenece a un tipo completamente diferente.―

2 De hecho hay ciertos nombres de la misma estructura que farȓ, que forman el plural de acuerdo con el tipo *afrâȓ que nos haría falta: farȟ, pl. Ȑafrâȟ; Ȑalf, pl. Ȑālâf; raȐy, pl. ȐarȐâȐ; pero no son muchos (Wright, I, 211, B, C). Un descendiente seguro de nuestro vocablo es FARDA (véase).―

3 Fonéticamente podría convenir la misma raíz ȟaraz que se ha creído étimo del arag. galce, cat. galze ‘ranura’, and. engarzador ‘cepillo para hacer el jable donde encajan los fondos de bocoy’, cat. gresa, que significa justamente ‘alefriz’ (BDC XXIV, 55-56). Pero no aparece en los diccionarios la forma Ȑaȟrâz que necesitaríamos y quizá sea otro el origen de galce.―

4 Con este valor en efecto, aparece en Yasna VII, 26 Visprat IX, 2, y en otros pasajes de los libros avésticos. Es sabido que no es raro el caso de palabras religiosas o teológicas del árabe tomadas del iranio mazdeísta, p. ej. ǤunâɅ ‘pecado, crimen’, del pazend y persa mod. ǤunāɅ, pelví vinas ‘pecado’, procedente del persa med. wynȐah, avest. vi-nas- «to be subject to destruction», derivado de nas ‘desaparecer, perderse’ (Nyberg, Manual of Pahlavi, p. 213; Bartolomae, Airan. Wb., 1056).