ÁNGEL, tomado del lat. angĕlus íd., y éste del gr. ıƔƔελος ‘nuncio, mensajero’.

1.ª doc.: Cid.

Cej. VI, § 26. La pérdida de la vocal final no es regular en la fonética castellana; podría ser un provenzalismo muy antiguo, introducido por los monjes de Cluny o los peregrinos de Santiago, junto con otras formas galorrománicas de significado religioso (V. ARREPENTIR, FRAILE, MONJE, CANONJÍA, HEREJE, y otros citados en MLN 1947, 124); pero quizá será más probablemente forma apocopada en casos como el ángel San Gabriel o el ángel del Señor (comp. apóstol): ángelos y arcángelos están en la 1.ª Partida, ed. Arias Bonet, p. 11 y Juan del Encina empleó una forma dialectal ángelo (DHist.), en relación con la port. anjo. Para explicar la introducción del helenismo angelus en latín, vid. Meillet, Les Interférences entre les Vocabulaires en Linguistique Hist. et Ling. Générale (1926).

DERIV.

Angélico [Berceo]. Angélica. Angelical [Alex.]. Angelito. Angelizar. Angelón. Angelote. Ángelus ‘oración en honor de la Encarnación que se rezaba a la caída de la tarde’: de las palabras latinas Angelus Domini ‘el ángel del Señor’ por las cuales empezaba. Arcángel [Berceo, Sacr. 81; h. 1295: 1.ª Crón. Gral.], tomado del lat. archangĕlus y éste del gr. ęρχάƔƔελος íd., derivado con prefijo ęρχι- ‘jefe’, Evangelio [Berceo], tomado del lat. evangelium y éste del gr. εȔαƔƔέλιον íd., propiamente ‘el buen anuncio, la buena nueva’, ‘las palabras de Jesucristo’ (a veces semi-popularizado: avangello en Torres Naharro, DHist.)1; evangelista [Berceo], evangelistero [íd.]; evangelizar [h. 1580, Fr. L. de Granada], evangelización, evangelizador; evangélico [1515, Fz. de Villegas (C. C. Smith, BHisp. LXI), Fr. L. de Granada]; evangeliario.

1 Del plural b. lat. evangeli proceden las formas semicultas it. vangélo, gall. ant. avangeo o evangeo [Ctgs. 343.5, 426.21, MirSgo. 23, 13, 58.2; Gral. Est. gall. 101.1; doc. pontevedrés, Sarm. CaG 70v), hoy gall. evanxeo (Lugrís; Castelao, 118.28).