Ya es frecuente en la Edad Media. Hasta Nebr. inclusive sólo se encuentra como nombre del instrumento músico; en la ac. ‘órgano fisiológico’ aparece desde el S. XVI (Aut.); Cej. V, § 154.

Existió una variante con evolución fonética popular, que primero fué uérgano, ya documentado en escritura de 12941, y huérgano figura también en la Crón. Gral. (ed. 1541), como término genérico para todo instrumento músico; una pronunciación vulgar *buérgano sufriría dilación de la nasalidad dando muérgano, que fué de uso vulgar en España desde el Siglo de Oro hasta el XVIII, y siguió empleándose en Asturias, vid. Cuervo, Ap., §§ 820, 6892; hoy corre aún con el sentido de ‘objeto ya inútil o invendible’ en Colombia, y en el de «patán, majagranzas o ente despreciable y ridículo» en la costa del Ecuador (Lemos, Semánt., s. v.). Parece ser variante fonética dialectal (quizá procedente del Oeste de Asturias, donde cae la -N- intervocálica) el vizc., santand. y ast. muergo, nombre de un marisco del género Solen, también llamado mango de cuchillo (Pereda, Sotileza; Vigón) ―el sentido inicial pudo ser ‘caracol de caza’―, y luego ‘corteza que cubre las nueces’, comp. HORNO (Rato, Supl., s. v. esmorgar ‘quitar el muergo’, Vigón, quien cita una variante muencu en Ribadesella, quizá de otro origen). En fin, tienen también evolución popular el cat. orgue ‘órgano musical, etc.’, port. órgão, gall. órg(a)o, mas no parece existir realmente un gall. orgo ‘infarto’ (vid. OREJA).