ZURITA, ZURA o ZURANA, que hoy designan comúnmente variedades de paloma silvestre, pero que antiguamente fueron nombres de la doméstica, probablemente de zur o zuric, palabra con que se llama a la paloma imitando su voz natural.

1.ª doc.: çorita, çurana, 1475, G. de Segovia; APal.

Explica éste: «las que se dizen columbe se andan en casa continuamente y por los campos, caseras y çuritas; mas palumbes, que son torcazas, andan por los árbores y moran en las selvas» (337b). Nebr.: «çorita, paloma: columba cicur»: es decir ‘mansa’, ‘domesticada’; PAlc.: «çorita, paloma: hamíme borgía», derivado del ár. burǤ ‘palomar’, que Dozy traduce «colombe qu’on nourrit dans un colombier, ayant l’habitude d’en sortir et d’y revenir», pues el propio PAlc. se sirve en otra parte de la misma expresión arábiga para traducir paloma palomariega; da también a çorita el equivalente mozárabe šáȟša, evidentemente afín al cat. xixella ‘especie de paloma silvestre’ (¿quizá de SAXEA ‘que cría en las peñas’?, pero comp. mi nota en BDC XIX). Percivale (1591): «çorita or çurita: a yoong stocke dove», a lo cual agrega este lexicógrafo «çurana, paloma: a stocke-dove», «çurrana [?]: a wilde pigeon»; Oudin: «çorita, paloma: un pigeon domestique; çorito, palomino: pigeoneau domestique», con variantes çurrita y çurita, y luego «çurrana, paloma: pigeon sauvage, c’est le ramier, voyez torcaza», con variante çurana; Covarr.: «çurana, la paloma que cría en las peñas; el P. Guadix dize ser arábigo, y significar la paloma que cría en las murallas y torres, porque çurana1 vale tanto como ‘muralla’; pero sin duda es de raíz hebrea, de el nombre tsur ‘saxum, petra’», y atribuye a alguna ed. de Nebr. (no por cierto la primera) la definición «çurana, paloma: columba fera»; luego: «çorita, paloma: columba cicur, Nebr. Çuranas son propiamente las palomas, que siendo bravas las han hecho mansas, y suelen servir de señuelo para caçar con ellas las otras...», con lo cual trata Covarr. de explicar la diferencia entre la definición de Nebr. y el concepto que él tenía de la çurana o çorita como paloma brava; claro que no hay que tomar en serio las etimologías que luego agrega el bueno de Covarr. (oppidum Azuritanum en África, según Plinio; caldeo tsur ‘collar’); finalmente recoge ya Covarr. la forma zura como equivalente de zurana; de ahí el alent. (Elvas) sura ‘paloma brava, pequeña’ (VRom. X, 329), gall. sura «paloma» o zura «paloma nueva» (Lugrís). Aut., citando las demás variantes, da preferencia a zorita «adj. que se aplica a la paloma brava o campesina».

Cej. VIII, pp. 570-1, cita algunos testimonios literarios: «palomas torcaces y zoritas» en Fz. de Oviedo, «las últimas se llaman jujas o zuritas o zuranas», hablando de palomas, en Barahona de Soto, «y si espera como paloma zurana, no seré yo fiador de su abono» en la trad. de la Eufrosina por Fdo. de Ballesteros (S. XVI); ya es menos seguro que sea lo mismo la palabra siguiente, aplicada a persona: «¡o pese a rus con la zuratica!2 ¿No la oís? De casamiento habla y que no se dará menos» en la Selvagia del toledano A. de Villegas (1554). En conclusión la paloma zurita o zurana fué antiguamente una clase de paloma mansa, y en particular, si entendemos bien a APal. y PAlc., la que aun siendo criada por los hombres, anda a veces por el campo, pero volviendo al palomar, oponiéndose así a la casera como a la torcaz, que siempre anda silvestre; lo mismo anotó Cej. en Córdoba, donde además tiene el valor de «forastero, gente de paso en círculos, tertulias, etc.», y Fco. del Rosal (1601) dice que zura vale «mansa, sencilla, de las aves». Hoy en Astorga zurita sería sencillamente sinónimo de paloma según Alonso Garrote, es el nombre de la tórtola en el SE. de Álava (Baráibar), y zurano en Andalucía es un palomo silvestre más pequeño que el zurito (AV); secundariamente surito vale «suave, fino, cauteloso para conseguir su objeto», en Alburquerque (BRAE IV, 104).

La etimología ár. ƫūri o ƫūrā ‘silvestre’ (derivado de ƫûr ‘montaña’, que en España era ƫáȬr según PAlc.), propuesta por R. Cabrera y aceptada por Tallgren (en G. de Segovia, p. 82) y la Acad. (pero ni siquiera la mencionan Dozy y Eguílaz) es evidentemente imposible en el aspecto fonético. Más razonable es Cej. al sugerir una relación con el vasco zuri ‘blanco’, voz indudablemente castiza y antiquísima en este idioma. De hecho hay un detalle que parece apoyar la idea de Cej. La villa de Zorita de los Canes en Guadalajara, la famosa Contrebia de los celtiberos, tuvo también según un fragmento de Livio citado por Madoz el nombre griego de Leucada (será Leukás, -ádos, ‘la blanca’), pero como los griegos anduvieron tan poco por aquella tierra es evidente que el geógrafo que trasmitió esta denominación no hizo más que traducir una denominación ibérica afín al vasco zuri. Es, pues, probable que sea exacta la etimología de Cej. por lo que hace al nombre de esta población. Pueblos y lugares de este nombre hay muchos en España: Zorita del Páramo en Palencia ya llevaba el nombre de Zorita en 1048 según un doc. registrado en el índice de Vignau; hay además tres lugares de este nombre en la prov. de Salamanca, dos en Burgos, uno en Cáceres, uno en Valladolid, uno en Ávila, un Zurita en Santander y otro en Segovia, y se encuentran también un pueblo de Sorita en el partido de Morella, y un Surita en el de Tamarite de Litera, ambos en territorio de lengua catalana, aunque junto al límite lingüístico3. ¿Tendrán todos estos lugares, la mayor parte denominados independientemente unos de otros, un nombre de abolengo ibérico? Ya cuesta más de admitir, aunque podrían apoyarlo los dos Sorita (Surita) catalanes, cuya terminación no puede explicarse en catalán por la del diminutivo que figura en zurita ‘clase de paloma’. Por otra parte es fácil que parte de estos nombres vengan del de un lugar destinado a coger zuritas o palomas pasajeras, tal como los numerosos lugares llamados Palomera en Cataluña y Gascuña (vid. aquí s. v. PALOMA).

En cuanto a que el apelativo zurita, zura, zurana, sea también de origen iberovasco es más improbable: la propia diversidad de variantes sufijales sugiere una creación relativamente moderna a base de elementos vivos y activos en el vocabulario romance. Nótese que en vasco zurita sólo se ha recogido en Navarra («especie de paloma que sirve de avanzada a las de pasa», Azkue), y así es probable que sea castellanismo. Por lo tanto me inclino más a dar la razón a Krüger (VKR I, 270) cuando afirma se trata de uno de los muchos nombres de animales fundados en su voz natural o en la llamada con que se les hace acudir: una cosa está lejos de ser incompatible con la otra, pues lo común es que estas llamadas traten de imitar la voz que el pueblo percibe en la boca del animal. De hecho en la voz de la paloma se percibe indiscutiblemente una vocal u precedida de sonidos que pueden tener varia expresión consonántica (comp. ARRULLAR), y así esta voz se llama popularmente zureo o, con verbo, zurear [Acad. ya 1884, no 1832; también usual en la Arg., Levene, Hist. de la Nación Arg. I, 286; en Murcia según Cej.]; Alonso Garrote nos informa de que en León se llama a las palomas zura, zura, o bien zurita, zurita, y Zamora Vicente dice que en Albacete se oye zuric, zuric con el mismo valor (RFE XXVII, 235); son también onomatopeyas con u los alem. gurren y purren, verbos para expresar la voz de las palomas y en particular la silvestre (Spitzer, MLN LXXIV, 140). No creo que debamos vacilar en aceptar este origen; aunque a reserva de admitir que en el nombre del Zorita de Guadalajara, y aun de parte de sus homónimos, se tiate más bien de un iberismo.

1 En realidad es ár. sûr, plural aswâr, más raramente plural sīrân. Claro que hoy no debemos pensar en esta etimología (entre otras razones, esperaríamos, en caso de etimología arábiga, que la vocal fuese siempre o).―

2 Debe de ser otra cosa en vista de la variante zurratica que con igual uso aparece en la Policiana (Cej. VIII, p. 572).―

3 He oído el nombre del primero a gente de la región, siempre con s sorda; lo encuentro escrito Coreta en un memorial del S. XVI, publ. en el Bol. de la Soc. Castellon. de Cult. XIV, 431, aunque convendría comprobar esta grafía. Del segundo no he dado, a pesar de buscarla, con documentación anterior al S. XIX, pero aunque no es cabeza de ayuntamiento no tiene aspecto de ser pueblo reciente. En los pueblos vecinos pronuncian θuríta (o con s- donde sesean), pero en esta zona se ha perdido la s sonora.