ZAMBO, origen incierto, probablemente alteración del lat. vg. STRAMBUS (lat. cl. STRABUS) ‘bizco’, ‘de forma irregular’, que en italiano y en otros romances ha tomado el sentido de ‘zambo’, ‘estevado’; la alteración del grupo de consonantes iniciales quizá se deba a la pronunciación mozárabe *eçrambo, de donde la forma portuguesa zambro, con metátesis; el sentido etimológico lo ha conservado el port. dial. zambaio ‘bizco’.

1.ª doc.: Covarr. («çambo, el que pisa para afuera, al contrario del estebado»).

De ahí pasaría a Oudin (1616, no 1607): «zambo: qui a les jambes torses». Aut.: «el que tiene las piernas torcidas hacia afuera, y juntas las rodillas». Ya lo empleó Quevcdo en su Buscón (publ. en 1626, pero quizá escrito en 1608): «de un aposento salió un mulatazo mostrando las presas, con un sombrero enjerto en quitasol... zambo de piernas a lo águila imperial» (Cl. C., p. 108); y Góngora en poesía fechada en 1618: «la vez que se vistió Paris; la garnacha de Licurgo, / quando Pallas por vellosa / i por zamba perdió Juno» (ed. Foulché II, 288). Desde entonces es palabra bien conocida, y debe sospecharse que fuese bastante anterior, aunque hoy es más común el compuesto patizambo [Aut.], y también se ha dicho con gran frecuencia patituerto (ya Percivale, 1591); es posible que primero en muchas partes no se distinguiera del estevado, único que figura en Nebr. El cast. zambo se ha empleado también en portugués, con la misma grafía, y así aparece en Diogo do Couto (2.ª mitad S. XVI, Moraes, quien también registra una variante zãibro); pero lo único verdaderamente usual en este idioma (junto con cambaio, de otro origen) es zambro, que figura en todos los diccionarios y ya en el de Bluteau: «pés zambros: pés tortos para fora; zambro ou tem os pés zambros», con ejs. de fines del S. XVII y otros (en Fig. uno de princ. S. XVIII), y que ya aparece con una leve ampliación semántica, a princ. del S. XVI, en Gil Vicente: «de h?a nádega contreita / e zambra dos cotovelos» (ed. Hamburgo III, 251). Es vivo en muchos dialectos, como trasm. «zembro: torto das pernas» (en el vocab. de Moncorvo por Tavares, RL XIII), alteración fonética debida seguramente a la nasalidad, que en portugués tiende a cerrar las vocales.

Es de interés la evolución semántica que el vocablo sufrió en América, sin duda por lo menos a med. del S. XVI (comp. abajo zambaigo), pasando a designar el hijo de negro e india o de indio y negra (documentación del S. XIX en Friederici, Am. Wb.): como observa Lenz (Dicc., 784-8) se aplica esta ac. por el distinto desarrollo de las piernas del negro, de pantorrillas más flacas; recuérdese que Quevedo califica de zambo al mulato de su Buscón1.

De poca averiguación ha sido objeto la etimología. La de Diez (Wb., 499), lat. SCAMBUS ‘zambo’ (propiamente voz griega que sólo una vez se encuentra en latín) es visiblemente imposible en el aspecto fonético (aunque todavía la admitan Körting y la Acad.); no es mejor la de Lenz, al sugerir que sea variante de SAPO 2. En consideración sólo puede tomarse la propuesta de M-L. (REW1 y 3 8281) de partir del lat. STRAMBUS, variante vulgar de STRABUS ‘bizco’, que aunque sea también palabra de origen griego, fué muy usual en latín, y en Boecio aparece aplicado a un monte de configuración irregular; por otra parte el gr. στραβóς significa en general ‘torcido’, aunque también se aplique ya al ‘bizco’, y es seguro que el latín vulgar heredó igualmente la ac. general de la palabra griega, pues así lo exigen el oc. ant. estramp ‘sin rima’ (propiamente ‘verso estrafalario’), el rum. strîmb ‘oblicuo’, it. dial. stramo ‘extraño, extravagante’ en Venecia y otros muchos lugares, y en particular el it. strambo y el friul. stramb significan precisamente ‘zambo’ y ‘estevado’, mientras que en Toscana y en otras regiones conserva el sentido de ‘bizco’. De que la forma con MB fué general y ya antigua en latín vulgar son testigos no sólo los romances (donde no se ha conservado el clásico STRABUS), sino los mss. de Nonio (princ. S. IV), quien al comentar la forma strabones empleada por Varrón explica «sunt strambi, quos nunc dicimus» (para las formas algo corrompidas de los mss., vid. Louis Havet, ALLG I, 593, pero la buena lectura está asegurada por el contexto y por los códices); además la forma strambus se encuentra en nueve glosarios latinos (CGL VII, 297, y VI, 646, s. v. limis). Indudablemente la alteración de strabus en strambus se debió al influjo de su sinónimo scambus, a que me he referido.

Ahora bien, la idea de M-L. de relacionar zambo con STRAMBUS me parece brillantemente confirmada por el port. popular y dial. zambaio «vesgo, tôrto da vista», empleado en el Algarbe (Fig.) y en otras partes (Bessa); para el sufijo (que se puede sospechar sea mozárabe o leonés), comp. cambaio ‘zambo’; es más, Fr. M. de Melo; (h. 1640) empleó zãibo propiamente ‘zambo’ en el sentido de ‘bizco’ (Fig.). Queda sólo por explicar el cambio de STR- en z-, cambio violento por cierto y que basta para dejar grave duda sobre esta etimología. M-L., seguido por G. de Diego (RFE IX, 136), lo explicaba por un cruce de STRAMBUS con zanca ‘pierna larga’, idea completamente inadmisible, pues no se cruzan palabras de sentido tan diferente; si acaso habría que creer que STRAMBUS se cruzó con zancajoso, que precisamente vale ‘zambo’, pero aun eso cuesta de creer puesto que no encontramos en la Península Ibérica, con carácter popular, la forma estrambo, y claro está que no es verosímil un cruce entre una palabra latina y un derivado castellano, harto moderno, como zancajoso, y sin equivalencia en portugués; la objeción decisiva la proporciona la z- sonora del portugués3, en desacuerdo con la sorda del port. sanca, chanca, y sus derivados. Queda además la -r- del port. zambro, documentado más antiguamente que la forma castellana, aunque M-L. y G. de Diego no tuvieron en cuenta para nada esta sugestiva variante. Me parece que esta -r- es precisamente la de STRAMBUS, y que esta forma ha de orientarnos hacia una explicación fonética a base del mozárabe, donde ST- se cambia regularmente en ç-; así como usƫuwán pasó a çaguán (saguão), y *ESTORRIACA (< EXCORRIGIATA) se convirtió en çurriaga, o así como CASTRIS pasó a Caçres (Cáceres) y CASTELLA a Caçalla, también hemos de esperar que el mozárabe convirtiera STRAMBUS en *eçrambo, en el cual primero la ç se sonorizó en z ante la sonora r, y luego se eliminó este grupo complicado, sea suprimiendo la r, de donde el cast. zambo, sea trasponiéndola, como en el port. zambro. La simplificación çr > z la vemos en otros casos, particularmente engazar junto a engarzar de INCASTRARE y el brasil, y miñoto alviças, miñoto y alentejano alvices (Leite de V., Opúsc. II, 83, 470; RL XXI, 186) en vez de alviçras ‘albricias’, comp. el cast. albricias con trasposición de la r, y port. alvíçaras con anaptixis. Que zambo, zambro y zambaio son primitivamente formas mozárabes propagadas desde el Sur de España y de Portugal al resto de estos países, lo indica no sólo la localización de esta última forma en el Algarbe, sino sobre todo la conservación del grupo -MB-, que en castellano de otro modo se habría reducido a -m-. Por lo demás, en la simplificación del grupo STR- en z- pudo entrar en juego la tendencia a la reducción de este grupo, que muestran casos como nuesso NOSTRUM, vuesso VOSTRUM, maesse MAGISTER, mossar MONSTRARE, tendencia que debió de ser especialmente fuerte en el Sur de España, por la debilidad general de la articulación en estas tierras, tal como es especialmente fuerte en el Sur de Italia (Lecce finesa FENESTRA, šome STRAMEN, Girgenti kulossa COLOSTRUM, sic. patrašu PATRASTRUM)4>.

DERIV.

Zámbigo (así decían muchos, según Aut.), forma empleada en el Epílogo en Medicina, aragonés (Burgos 1495) «gibosos, zámbigos y mal hechos». Zamborondón [Quevedo] o zamborotudo [Aut.] ‘tosco, grueso y mal formado’.

CPT.

Zambaigo [h. 1560, Aguado], que según Friederici (Am. Wb., 672-3) sería pronunciación aindiada o negra de zambo hijo (por ser la -j- sonido extranjero a sus lenguas nativas, comp. GUARAPO); así parece confirmarlo la grafía zambahigo general en los SS. XVI-XVII, y los versos de Álvarez de Toledo (h. 1625) allí citados prueban que el vocablo se acentuaba en la í y era tetrasílabo; después se trasladó el acento por la pronunciación americana del tipo máiz = maíz.

1 Nótense otras acs. secundarias empleadas en Venezuela: un zambo garrote ‘grueso y muy pesado’, una zamba columna ‘de considerable altura’, un zambo caballo ‘muy hermoso, bien plantado’, zambo atravesado ‘hombre peligroso por su valor, su audacia y sus malas intenciones’ (Picón Febres).―

2 Tampoco ofrece base suficiente la idea de Elise Richter de relacionar con el it. zampicare o ciampare ‘cojear’, y con ciampa ‘pata’ (que vendrían del tipo romance JUMPARE ‘saltar’) (ZRPh. XXXI, 450). Pero, aun prescindiendo de la discrepancia fonética, adviértase que esta creación onomatopéyica sólo puede aplicarse al brincar del cojo, y un zambo no es cojo en absoluto.―

3 En castellano no tenemos testimonios bastante antiguos para decidir si la interdental fué antiguamente sonora o sorda. Pero los judíos de Marruecos pronuncian zambo con sonora (BRAE XIII, 203). Bien es verdad que el judeoespañol ha sufrido mucho influjo portugués, y así esta prueba no es decisiva. También se debía pronunciar con sonora en tierra murciana hasta hace poco, pues el Zambo tiene sonora en Novelda (montaña de dos picos, en el límite de Monòver y casi en el de Elda).―

4 Como observa Amado Alonso (Homen. a M. P. II, 189) esta reducción se funda en la pronunciación «mojada» del grupo tr. Ahora bien, este tipo de pronunciación para ese grupo es muy típico de Sicilia y Sur de Italia, como probó Millardet, RLiR IX, 347, 350, 360. En Chile, donde la pronunciación mojada de tr es muy típica, se oye corrientemente la eseya en lugar de la estrella (así lo pregonan los vendedores de periódicos en las calles de Santiago). No sé si trae algo de interés para el asunto el artículo de J. Dyen sobre el port. nosso y vosso en Language VII.