ZALAGARDA ‘emboscada para coger descuidado al enemigo’, ‘astucia con que se procura engañar’, ‘alboroto repentino para espantar’, ‘pendencia’, ‘bulla’, origen incierto, probablemente tomado del fr. ant. eschargarde, variante (por influjo de garde ‘guardia’) de eschargaite ‘patrulla que monta la guardia’, ‘emboscada, asechanza’; de este último, y de su otra variante eschirgaite, vienen el cast. zaragata y ast. xirigata ‘algazara’, port. sirigaita ‘persona bulliciosa’; en España la inicial de estas palabras sufrió el influjo de otras y en particular el de zarabanda ‘baile ruidoso y picaresco’; el fr. ant. eschargaite procede del fráncico *SKARAWAHTA íd., compuesto de SKARA ‘destacamento’ y WAHTA ‘guardia’.
1.ª doc.: J. Ruiz.
Creo que zaragata habrá pasado por la misma evolución semántica, aunque no lo encuentro en otras acs. que la última de zalagarda, y si bien hoy es de uso general, no se halla más que en textos muy modernos: el primero está en las Escenas Andaluzas de Estébanez Calderón, «¿qué no diré de los lances de diablos sin bolos, bulla y zaragata y de a río revuelto?» (p. 384) y la Acad. no lo admitió hasta med. S. XIX (ya 1869, no 1843). Existe también en catalán (saragata), y presenta variantes fonéticas de interés en asturiano (xirigata «diversión de voces y ruidos» R) y en la zona portuguesa, donde tiene además significado algo diferente: sirigaita ‘mujer bulliciosa, que se agita desenvueltamente’, ‘cierto pájaro pequeño’ (Troglodytes parvulus) (Moraes, Fig.), miñoto serigaita «pessoa inquieta, buliçosa sem necessidade», serigaitar «mover-se como uma serigaita» (RL XXVI, 288), serigaito «inquieto» (Leite de V., Opúsc. II, 443)2, además del trasm. zaragata «barulho, desordem» (RL XIII, 126), sin duda tomado del castellano. Alguna forma en -aita ha existido también en España, pues Fco. Fz. de Navarrete (1742) registró chirigaita como nombre de la ‘Cucurbita Pepo L.’ (Colmeiro II, 416), seguramente así llamada por el empleo de la calabaza como bota en jiras y regocijos populares.
Estas formas y los significados de zalagarda nos llevan a derivar estas voces del fr. ant. y med. eschargaite «compagnie de gens de guerre chargés de faire le guet», voz frecuentísima desde el Roland y el Roman de Rou, que más tarde toma el sentido de ‘emboscada, asechanza’, con el cual se encuentra desde el S. XIII o XIV (Sermon de la fille esgaree) hasta princ. del XVII3, eschargaitier «faire le guet, tendre des pièges à», de etimología germánica conocida: fránc. *SKARAWAHTA = a. alem. med. y mod. scharwache ‘ronda, patrulla’, compuesto de *SKARA ‘destacamento’ (alem. schar, fr. ant. eschiere) y *WAHTA ‘guardia, vigilancia’ (alem. wacht, fr. guette), vid. REW 7983; Gamillscheg, R. G. II, 173. Junto a eschargaite existía ya en francés antiguo una variante eschargarde, eschargarder, ambos documentados en las Fables d’Ovide de princ. S. XIV, (God.): ahí el segundo elemento del compuesto fué reemplazado por su sinónimo garde ‘guardia’. Debió esta variante de tener bastante extensión en Francia, pues de ahí pasó también al it. antic. sguaraguardia, sguaraguardare (junto a sguaraguaito, -ato, -atare), que con el sentido de ‘espiar’ y ‘vanguardia’, ‘centinela’, se encuentran en muchos textos desde el S. XIV. Falta sólo explicar el cambio en z- de la inicial esch-, que en el S. XIV (cuando se tomó el vocablo español) ya sonaba eš-. Es posible que la alteración ya viniera de Francia, donde son frecuentes los cambios de inicial en esta familia de vocablos (chaugaitier en Claris et Laris, achargaitier en muchos textos), y donde en particular se encuentran formas como essargatier y esourgatier en Garin de Monglane (además de otras menos claras como escerguetier en el Siège de Barbastre y en la Histoire de la Terre Sainte)4; la forma imperfecta en que siempre se reproducen los sonidos de las palabras extranjeras contribuiría a la alteración5. Pero sobre todo el cambio se deberá al influjo de palabras castellanas, particularmente zarandear ‘ajetrear, azacanar’, y sobre todo zarabanda ‘baile ruidoso y de movimientos lascivos’, ‘bulla, ruido estrepitoso’6. Muy inverosímil que sea compuesto de celar y guardar (así GdDD 1569).
DERIV.
Zaragate ‘persona despreciable’ and., centroamer., mej., venez., per. Zaragatero. Se ha empleado también una variante (no en Acad., pero creo ha sido usual en Madrid) zaragüetero con el sentido de ‘bullicioso, con poco refinamiento, populachero’: «en el Curro Vargas de Chapí... el canto popular del 3.r acto se remata con un aire, zaragüetero, que huele a la legua a zarzuela del género chico», P. Corominas, en Vida Nueva 18-XII-1898 (Obras Compl. Cast., p. 64): debe de haber ahí cruce de zaragatero (o de una variante de éste relacionada con chirigota, cf. arriba) con zarabutear, zaragutero (FILIBUSTERO).
1 «Los demonios... / les ordenó su gobierno / que se preparasen luego / a echar cada uno un reniego / contra el Ángel de la Guarda / y en esta gran zalagarda / un diablo se cayó al fuego», composición del poeta popular chileno Bernardino Guajardo († 1886) (Draghi, Canc. Cuyano, p. 145). Otro ej. de G. Maturana, D. P. Garuya, p. 241. Ag. registra un cat. salagarda (será voz regional) ‘bullicio, algazara’, con ej. valenciano de 1515.― ↩
2 Es posible, pero incierto, que de ahí vengan, por cambio de sufijo o por cruce con otras palabras, el port. vulg. zaragalhada ‘alboroto, turbamulta’ [med. S. XVII, Bento Pereira, Moraes], cast. cirigallo [Acad., falta aún 1884] ‘persona que pasa el tiempo yendo y viniendo’, y luego figuradamente zaragalla ‘carbón vegetal menudo’ [Acad. 1925, no 1884, según Cej. IX, 573, usual en Madrid y Talavera], arag. zaragalla ‘pandilla de chicos’ (Acad.), zaragallas ‘farfallón, Podospermum Laciniatum’ (Puyoles-Valenzuela). Cirigallo a su vez podrá relacionarse con el and. cirigaña «adulación, lisonja o zalamería», «chasco, friolera» [Aut., s. v. zi-], que desde luego nada tendrá que ver con el vasco zuri ‘blanco’, ‘falso, tramposo’, ‘adulador’, idea de Larramendi, respetada extrañamente por M-L. (REW 9633).― ↩
3 Como nota P. Laurent, Rom. LXV, 173, ya debió de estar anticuado en 1619, pues en una ed. de Amyot publicadí en esta fecha se sustituye el eschoguette «guetapens» del original por aguet. Más tarde subsiste échauguette como término de fortificación. Véase la documentación en God. III, 369-70 y Tobler-L., s. v. Hoy subsiste en el Delfínado la Bresse y Bélgica con su sentido antiguo, más o menos modificado.― ↩
4 El delfinés sargẹtá «guetter, épier», sargy༱ta «espion, personne qui est aux écoutes» (Devaux, Dict. du Patois des Terres Froides) no tienen nada que ver con la forma española, pues en estos dialectos esch- da regularmente s- (sarfá = fr. échauffer, etc.). No puede descartarse del todo la posibilidad de que a la alteración española contribuyera el influjo del oc. sargotar «cahoter, secouer», «baragouiner» [S. XIII, comp. Sainéan, Sources Indig. I, 232].― ↩
5 Fonéticamente muy improbable es la idea de Eguílaz (522, 526) de que zaragata y zalagarda vengan del árabe; para el último habría además graves dificultades semánticas. Se trataría del ár. vg. záġraƫ ‘lanzar gritos de júbilo’, ya documentado en las Mil y una Noches, y hoy en varios países del Norte de África, pero ausente de los léxicos hispanoárabes (Dozy, Suppl. I, 594). Hay también un sustantivo zálġaƫa «cri de joie» (que Eguílaz vocaliza abusivamente), sólo documentado como egipcio en Bocthor, por lo común zaġrûƫa, plural zaġārîƫ. Puede concederse la posibilidad de que si estas voces existieron en el árabe de España contribuyeran a la alteración de es(ch)argarde y es(ch)argaite en zalagarda y zaragata. Detalles sobre la etimología de Eguílaz. Zálġaƫa es ‘grito agudo de alegría que lanzan las mujeres con voz temblorosa (golpeándose los labios con la mano y dejando oír e interrumpiendo, alternativamente, la sílaba li) con ocasión de una fiesta familiar’; con esta forma registra el vocablo el dicc. egipcio de Bocthor y aparece con otras muchas variantes, la más extendida zaġrûta, empleada en Egipto, también zaġrîta, en Damasco zalġûƫa (Dozy, Suppl. I, 594), en Argelia Beaussier registra el plural zaġārîƫ y para Marruecos el singular zaġrûta. Aunque ya aparece en una versión de las Mil y Una Noches, por lo demás se documenta sólo en dialectos modernos, es palabra ajena al árabe clásico, que no se ha registrado en la Edad Media, sin duda de origen extranjero en árabe, y no figura en los léxicos hispanoárabes. Es posible, a pesar de todo, que tenga razón Eguílaz, tanto más cuanto que este étimo arábigo quizá permitiría al mismo tiempo explicar chirigota; pero desde luego debe considerarse bastante dudoso, sobre todo mientras no tengamos testimonios más abundantes y antiguos de la variante zálġaƫa.― ↩
6 También pudieron contribuir hacer la zalá ‘halagar’ y, por la semejanza formal, zaragatona. El cambio de *zaragarda en zalagarda es disimilación. ↩