TIMÓN, del lat. TୱMO, -ĶNIS, ‘timón de carro o de arado’; casi todas las formas romances suponen una variante mal explicada *TզMO, -ĶNIS, que debe de ser antigua, y ya probablemente existente en latín vulgar.
«Las quatro ermanas las quatro ruedas son: / dos a dos enlazadas, tíralas un
timón»
Apol., 523
c. Para el timón náutico [1526, Woodbr.] lo encontramos ya en las
Partidas (II, xxiv, ed. Acad. II, 262). Vale ‘palo, vara’ en doc. murciano de 1488 (G. Soriano, p. 195). APal.: «
temo:
timón del arado o del carro» (491
d), «
palmula... la parte más baxa del
timón» (336
d; 258
b); Nebr.: «
timón de carro o de arado: temo;
timón de governallo: clavus». En ambas acs. es voz de uso general en todas las épocas. El cast. postula una variante latina
*TզMO,
-ĶNIS, no documentada
1, y lo mismo ocurre con la mayoría de los romances: cat.
timó, oc., fr.
timon, engad.
timun, sardo
timone. La forma clásica se ha conservado en el gall.
temón (Sarm.
CaG. 95
r ‘lanza de arado’;
VKR XI, 126; Vall.), port.
temão (junto a
timão)
2, y al parecer en ciertas formas retorrománicas, y en el bereb.
atemmu, marroq,
tammun ‘almiar’ (pero comp.
TAMO); el it.
timone puede corresponder a cualquiera de las dos formas. La explicación de la variante en
զ es difícil; es increíble suponer con Gamillscheg que desde el toscano y parte de los dialectos del Norte de Italia (en los cuales es regular
E´ >
i) se propagara esta forma a los demás romances, ya que en todas partes se encuentra con carácter constante desde los orígenes de la tradición literaria; tampoco es verosímil el supuesto de Mohl (no enteramente rechazado por A. Thomas,
Rom. XXIX, 437) de un influjo de la pronunciación céltica (que cambió
ୱ en
զ en fecha muy antigua); inaceptable la idea que sugirió Wartburg con dudas (en Bloch
2, y que ya le había rechazado Bloch) de un cruce con el supuesto céltico
*LզM- > fr.
limon, pues además de que este vocablo es exclusivamente francés, dicha base céltica está completamente sin apoyo y aun es inverosímil; M-L. (
Einf., § 149) sugiere vagamente un cruce con otra palabra itálica (impreso «italiana» por errata, comp. § 151), por lo demás desconocida. Dada la gran extensión del fenómeno, y su antigüedad en romance, es de creer que
*TզMO ya coexistiera con
*TୱMO en latín vulgar, y entonces lo menos improbable me parece explicar aquella forma como un tratamiento fonético divergente del itálico
*TĔKSMO (comp. a. alem. ant.
dîhsala, ags.
thîxl, escand. ant.
thîsl, prus. ant.
teansis ‘timón’, eslavón
tȇgn༜ti ‘tirar de’) tal como
PĔTSNA pasó a
PէTSNA >
PINNA (Niedermann,
E und I im Lat.; comp. von Planta,
ALLG XI, 282):
*TĔKSMO pasaría a
*TէSMO y de ahí
*TզMO. Comp.
ARTIMÓN.