TETA, voz común al cast. y al port. con el fr., y conocida dialectalmente en otros romances, de creación expresiva, primitivamente voz infantil; aunque vocablos semejantes existen en griego, en céltico y en ciertas lenguas germánicas, no hay razón para creer que se tomara de ninguno de estos idiomas.

1.ª doc.: Berceo.

Teta está también en J. Ruiz y otros muchos medievales, y es palabra de uso general en todas las épocas. En algunas partes el vocablo ha tornado además el sentido de ‘loma aislada de forma cónica’ (como MAMBLA < MAMMŬLA), en Cuba casi exclusivamente cuando las lomas de esa forma son dos juntas, de igual o aproximado tamaño, ac. que ya se encuentra en el S. XVI en el sevillano americanizado Juan de Castellanos (Ca., 218). Como nombre de una parte del cuerpo teta es igualmente general en portugués, y ya figura en las Cantigas de Santa María (n.º 115); de ahí port. tetela [1318], hoy titela ‘carne del pecho de la gallina o del palomo’ (RL XIII, 412-3).

El REW (8759) da una idea enteramente falsa de la extensión del vocablo, al presentarlo como panrománico; por lo pronto es enteramente ajeno al catalán, donde mamella es popular, y como voz infantil meta (‘pezón’ es mugró), y éstas son las únicas palabras conocidas en este idioma. En francés el vocablo y sus derivados vuelven a ser de uso general; tette es hoy anticuado o dialectal del extremo Norte, y si se emplea en el francés normal significa ‘pezón’, pero antes valía ‘teta’ y es palabra frecuente y popular desde los orígenes, del idioma; tétin para ‘pezón’ y téter ‘mamar’ son y han sido siempre palabras de uso general. Pero no ocurre así en los demás romances: es ajeno a gran parte de las hablas occitanas antiguas y modernas (donde predomina popa para ‘teta’ y ‘pezón’ en el Sur y Sudoeste, mamela y teta en otras partes) e italianas, donde predomina poppa (y capezzolo ‘pezón’), aunque tetta es conocido en algunos dialectos o bien como voz jocosa (hay también un antiguo zizza). En rumano se emplea una forma divergente ţiţă quizá tomada del griego; en Cerdeña es corriente titta, que podría corresponder fonéticamente a la voz castellana, pero la existencia de variantes con th o ts indica más bien una forma primitiva semejante a la rumana, y hay otra forma sarda dedda (RF XIV, 481) que enlaza con el lat. tardío DIDA1, bien documentado en la baja época como nombre de la teta, y que a su vez se da la mano con el cat. y mozár. dida ‘nodriza’ (realmente en sardo es ȓȓedda, abrev. de tittèȓȓa, M. L. Wagner, RFL XIX, 258). Tenemos, pues, un conjunto de formas divergentes en su aspecto fonético y aun en su significado, e irregularmente repartidas en la Romania, cuya antigüedad no es posible precisar; a diferencia de DզDDA, el tipo *TէTTA supuesto por el cast., port. y fr. no está documentado antes de la aparición literaria de estos romances2, y ni siquiera es bien seguro, aunque sí probable, que existiera en latín vulgar, por lo menos localmente.

Fuera del romance, τιτȎóς ‘pezón’, τίτȎƓ ‘nodriza’ y τιτȎεύειν ‘dar teta’ existen ya en griego clásico; en céltico el vocablo es común a las tres lenguas britónicas y el tratamiento regular de la -TT- en cada una de ellas es signo inequívoco de considerable antigüedad (Thurneysen, Keltorom., 80), pero en cambio parece ser ajeno al grupo gaélico; en germánico es común a las varias lenguas del grupo occidental (alem. zitze ‘pezón’, voz familiar; el ingl. teat parece haberse tomado del fr., pero existió un autóctono titt en ags., y el vocablo reaparece en neerl. y b. alem.), pero sólo en anglosajón aparece en fecha antigua, en alemán es posterior a la Edad Media, y el a. alem. ant. sólo conoce una forma diferente tutta. En una palabra, las formas germánicas son ajenas al escandinavo y al gótico, y aun en la rama occidental se presentan en forma irregular e incoherente; su forma fonética no corresponde a la que tendría una voz heredada del indoeuropeo, hermana de las formas griegas y célticas citadas, y mucho menos a la raíz indoeuropea que significa ‘dar teta’ (lat. felare, gr. ȎŲσȎαι, scr. dháyati, a los cuales responderían formas anglosajonas en d-, y altoalemanas en t-); además no existiendo el vocablo en gótico, no pudo tomarlo de éste el cast., y faltando en los romances intermedios entre el cast. y el fr. tampoco puede mirarse como un préstamo germánico al latín vulgar, ni como un préstamo fráncico por conducto del francés al castellano.

Hay que llegar a la conclusión de que lo mismo en romance que en germánico, céltico y griego, se trata de una creación paralela, propia del lenguaje infantil, y rechazar la idea de un préstamo (que todavía admiten Diez, Bloch1 y 2, Gamillscheg EWFS, y la Acad., pero que ya pone en duda M-L. en el REW, y rechazó razonablemente Sainéan, Sources Indig. I, 428); tanto más cuanto que lo mismo se encuentra en lenguas no indoeuropeas, entre ellas el vasco guip. y vizc. titi, lab., b. nav. y sul. dithi «pecho, mama» (> bilb. titi, Arriaga).

DERIV.

Tetilla [«papilla: tetilla» APal. 339b; «tetilla: mammilla» Nebr.]; en la ac. ‘mamadera’ reemplazado por tetera en mej. y antill., tetero colomb.; atetillar. Teto ast. [‘teta’ Aut.; ‘pezón de la ubre’ V] y gall. ‘pezón de la teta’3, ‘casco o cuarterón de naranja y limón’, etc., Sarm. CaG. 161r. Tetón. Tetona [Covarr.]. Tetuda [Nebr. «mammosa»]. Destetar [S. XV, Biblia med. rom., Gén., 21.8; «ablacto» Nebr.; ast. desatetar, V], de donde se sacaron secundariamente los raros tetar [princ. S. XVII, Aut.] y atetar [1634, DHist.].

CPT.

Teticiega.

1 Aun cuando es ésta la forma documentada, más bien parece que haya que suponer una base *DIDDA, a juzgar por el sardo dedda y la conservación de la intervocálica en catalán, en coincidencia con la geminada de *TITTA y de τίτȎƓ. Verdad es que en palabras infantiles no hay deducciones fonéticas seguras.―

2 Titia está en el glosario del seudo-Filóxeno, recopilado en el Sur de Italia no más tarde del S. VI, pero con el sentido de ‘carne’ y, a juzgar por la variante ζίζει, no parece, contra la opinión de Heracus (ALLG XIII, 165), que tenga que ver con teta, sino con otra voz infantil: chicha (comp. SALCHICHA).―

3 «A nosa vaca ten o pesebre en Galiza e os tetos en Madrid» Castelao 255.21.