Definida por Acad. (1884): «valentón», a la cual en edics. posteriores se ha agregado «fuerte, tieso, robusto de salud» y «perseverante, obstinado». Es palabra favorita de Ascasubi («por mozo trabajador / don Faustino lo quería, / ... / honrao a carta cabal / y
terne si se ofrecía»
S. Vega, v. 1173; íd. 2814; otros citados por Tiscornia,
M. Fierro coment. 485-6) y demás gauchescos (
M. Fierro I, 1273). Pero también es usual en España, no sólo en Andalucía (
RH XLIX, 607), sino en el Centro y en el Norte (Pz. de Ayala, Pereda). En el Perú y el Ecuador corre el derivado
ternejo («valiente, enérgico, vigoroso», Lemos,
Semánt. Ecuat., s. v.), en Cuba y Río de la Plata
ternejal con el mismo sentido. El vago parecido con
terno ‘juramento, porvida’ parece ser casual. Como indica M. L. Wagner (
ZRPh. XLIX, 109), se trata del git. general
terno ‘joven’, ‘juventud’, o mejor de su plural colectivo
terne1, que cuenta con numerosa familia en las hablas gitanas, en la de España
ternaró ‘joven, nuevo’,
teroné ‘animoso, entero’,
ternariló ‘valentía’. En definitiva procede de la India: hindustani
tarún «young, adult», scr.
taruña. El paso de
terno a
terne cabe sea debido a influjo del sinónimo
fuerte.