TARRO, voz peculiar del cast. y el port., de origen incierto, quizás extraída del antiguo sinónimo tarrazo, que se creería ser aumentativo, variante de terrazo y procedente de un lat. vg. *TERRACĔUM ‘hecho de tierra’, derivado de TERRA; pero quizá es preferible la alternativa de una etimología arábiga, tarr ‘aro, redondel’ que se aplicaría a una vasija de corteza empleada por los pastores, teniendo en cuenta que con este sentido aparece desde antiguo en portugués y en varias fuentes castellanas y gasconas.

1.ª doc.: S. XIII [?].

En un inventario de este siglo (Arch. Cat. Toledo, 2, 4, 1, 4, fº 18) se lee «un tarro grande de barro» (comun. de don A. Castro). Está también en Nebr.: «tarro en que ordeñan: mulctra, mulctuare, mulgar», y en Juan del Encina («un tarro de leche nuevo» Cej.). No es raro en los clásicos, sobre todo en la ac. especial ‘cacharro para ordeñar o para leche’: «los vasos, que corriendo estaban suero, / los barreños labrados y los tarros, / donde la leche se ordeñó primero» Lope (Circe II, ed. 1776, vol. III, p. 53), y V. otros coetáneos en Aut.; es también general en los léxicos del Siglo de Oro: «tarro: scafarca» C. de las Casas, «a paile, a bucket» Percivale, «une terrine à traire le laict des bestes» Oudin, «vaso de tierra ancho: díxose assí quasi térreo» Covarr., «vaso de tierra alto, y ancho de boca, y vidriado, el qual suele servir para conservas», «una especie de taza de barro en que los pastores ordeñan las ovejas, cabras o vacas; y los hacen también de palo a modo de herradas» Aut. Hoy sigue siendo voz de uso general, en el sentido de ‘vasija de barro más ancha que alta’. En port. tarro «vaso em que os pastores recolhem o leite, em quanto o vƟo ordenhando» (Moraes, con cita de la Ulisipo, de 1547): según C. Michaëlis sería propio del Norte de Portugal; y como ‘vasija de barro’ es también gallego, por lo menos de Pontevedra (Sarm., CaG. 60r, 187r). En Cuba y en el Oeste de Puerto Rico1 tarro ha tomado el sentido de ‘cuerno’, con toda la extensión semántica de este vocablo (primero como eufemismo, aunque hoy ya es palabra malsonante), por haberse aplicado primero a las vasijas de cuerno que se hacían en los tiempos coloniales, con evolución paralela a la experimentada por CACHO y CHIFLE en otros países americanos.

En cuanto a la etimología, sólo se ha sugerido una posible (no hay que pensar en el gr. ταǥǦóς ‘encella de hacer quesos’, propuesto por D. Vieira y otros portugueses), la de C. Michaëlis (RL XIII, 410-1), aceptada en el REW (8668): tarro se habrá extraído secundariamente de tarrazo, variante fonética de terrazo, y éste derivado del lat. TERRAtierra’. Terrazo, en efecto, como sinónimo de tarro, es palabra antigua bien conocida: «terrazos con cal para cegar a los enemigos, et otros con xabón para facerles caer» Partidas (II, xxiv, ed. Acad. II, 265), «tres tiendas que están... en los alphahares o venden los terrazos» explicación al dorso de un doc. árabe de Toledo del a. 1204, escrita quizá en el propio S. XIII (Gonz. Palencia, n.º 335), «1 arinal con su basera; 1 terraçuelo blanco» invent. arag. de 1331 (BRAE II, 554), «misatorium: terrazo donde mean» en el glos. del Escorial, «que furtastes ayer un terrazo de vino» Canc. de Baena, p. 470, y otros en la Gr. Conq. de Ultr., 268, y en invent. arag. de 1373 y 1380 (VRom. X, 210)2; «duos tarracetos terre Máleche» en doc. turolense de 1319, Al-And. XVI, 183. El val. terrasset es ‘tarro para confitura’. También corría el correspondiente femenino terraza, que se halla en inventarios aragoneses (VRom. X, 209), etc.

Como dice C. Michaëlis, terrazo se cambió en tarrazo, por una evolución fonética que es frecuente en los derivados de TERRA: minhoto tarranho, Litera tarrueco ‘terrón’ (Coll A.), arag. y soriano tarriza ‘barreño, lebrillo’ (Acad.), ast. tarreñu ‘vaso de barro tosco parecido a un tanque’ (R), tarreña y terreña en Juan de Lucena (1463) y en Rodrigo de Reynosa (fin S. XV) y otros textos (Gillet, Philol. Q. XXI, 43 e HispR. XXVI, 294), ast. tarrén ‘terreno, suelo’ (M. P., Dial. Leon., § 7.3), ast. tarreru = terreru (V)3. En efecto tarrazo, -aza, se encuentra varias veces en lugar de terrazo: «h?u taraço de vinagre» como ingrediente de una receta en Mestre Giraldo (donde es frecuente la grafía -r- por -rr-), cita de D.ª Carolina (a. 1318), Fig. cita un ej. semejante en Ribeiro Chiado (S. XVI)4, «bebía del agua en unas tarrazuelas con que la suelen beber los moros, que suena el agua cuando beben con ellas», Conde Lucanor (con variante terrazuelas en otro ms.: ed. Knust, 214.6; ed. Gayangos, p. 417b35 y glos.), taraçoelo en invent. arag. de 1402 (BRAE III, 359, n.º 57), cast. antic. tarraza (Acad.). Luego no cabe duda que de tarrazo, tomado por un aumentativo, se pudo extraer regresivamente tarro, ayudando además el modelo de jarro: hoy en el Alto Aragón (Echo y Sierra de Guara) se dice terrizo para ‘gran plato de barro’, ‘vajilla de barro’ (RLiR XI, 233).

Las dudas que contra esta etimología se pueden abrigar no son decisivas. Port. tarro ha significado «vaso de cortiça dos pastores» (ya en Reis Quita, Obras I, a. 1781, p. 87), Évora tarro «vaso de cortiça para leite, azeitonas, etc.» (RL II, 23), Extremoz tarro «caixa de cortiça para transporte de mantimentos» (RL XIX, 332), pero aunque esto prueba que no siempre hoy el tarro es de barro o tierra, y aunque una vasija de corteza corresponde a un tipo de cultura arcaico, no prueba esto que el nombre sea arcaico, ni que por esto hayamos de pensar en un étimo prerromano (por más que esta posibilidad no pueda descartarse del todo), y teniendo en cuenta la fecha moderna de estos testimonios, tenemos derecho a creer que se trata de un uso secundario; es cierto que en el valle gascón pirenaico de Barousse tarrüst designa un receptáculo de corteza en forma de gamella para trasportar estiércol al hombro (Rohlfs, ASNSL CLXXV, 138-9), donde además es enigmático el sufijo, pero además de que otros anotan arrüst5, es muy dudoso que esto tenga que ver con el tarro portugués.

No son decisivas estas dudas. Sin embargo, no debe dejar de pesar en nuestro ánimo el hecho de que la cultura popular de zonas varias y tan conservadoras conmueva la base semántica de la etimología aceptada; y la consideración de que, aunque la derivación sea un camino de dos direcciones, los derivados retrógrados son mucho menos frecuentes que los derivados directos. Luego hay que pensar además en otra etimología hasta ahora no tenida en cuenta.

El árabe vulgar ƫarr ‘pandero’ es palabra ya antigua en Occidente, pues no sólo consta en muchas fuentes argelinas y marroquíes desde el S. XVIII, sino que ya figura en Ramón Martí y PAlc.; por otra parte, como indicó Dozy (Suppl. II, 292b y 66b), parece ser una mera refacción o adaptación del ár. oriental ƫâr6, que es propiamente ‘aro de una criba’ y en general ‘todo lo que rodea o bordea algo’ (según varias fuentes sirias), pero que aparece también en el sentido de ‘pandero’ en Almakkarí, en un texto vulgar oriental ya algo antiguo (բazz al-Qalûl), en las Mil y Una Noches y en los varios léxicos egipcios. Ahora bien, si era fácil que el sentido de ‘aro o cuerda circular de madera’ se concretara en el de ‘pandero’ no lo era menos que pasara a una ‘vasija de corteza más ancha que honda’ (de donde luego ‘tarro’).

Confirmación del arraigo popular entre los moros hispanos puede verse en la toponimia valenciana: El Tarro barranco con pozo y balsa por donde sube el camino de Ador a Castellonet, Font del Tarro es el antiguo y renombrado manantial donde brota el riachuelo de Alfauir (términos de Castellonet y Alfauir, cerca de Gandía), y algo más al Oeste tenemos el nombre del pueblo de Tarrateig o Terrateig < ár. ƫarr at tāǤ ‘cerco de la corona o guirnalda’ (alusivo quizá al cerco redondeado que lo domina, o acaso a otra fuente). Me inclino ahora, pues, a tomar esta etimología arábiga en consideración preferente sin desechar del todo la otra.

DERIV.

Tarreñas ‘tejuelas que se emplean como castañuelas’ [Nebr., s. v. chapa y «tarreñas, chapas para tañer: crotalum»], parece ser significado secundario del tarreña = terreña ‘tarro’ arriba citado (derivado directo de TERRA), teniendo en cuenta que según el informe de Aut. también se hicieron tarros de madera; hoy tarreños en And. (RH XLIX, 604), tarrañuelas en Bilbao (Arriaga). Tarra ‘salero’ cesped. (RFE XV, 262). Tarramenta ‘cornamenta’ cub. (Ca., 41). Destarrar ‘romper los cuernos’, ‘herir o matar en accidente’ cub. (Ca., 106). Tatarrete.

1 Según un informante de Malaret, también en el Uruguay, donde puede ser importado.―

2 Lo mismo significará tiesto de terrazo en la Montería de Alfonso XI, p. 211. Si el sentido es ‘barro’ en otro pasaje del mismo texto (p. 197), como supone D.ª Carolina, debería comprobarse mejor.―

3 Tarego ‘vasija para conservas’ en docs. leoneses de 1049 y 1083 (Oelschl.) será lo mismo que el ast. tariegu «puchero de barro con su asa que se emplea en usos domésticos» (R), y así es difícil que la -r- esté por -rr-. Parece tener que ver con el arabismo TARECO.―

4 De ahí el derivado port. mod. tarraçada «grande porçƟo de bebida».―

5 Arrüsca es ‘corteza’ en gascón y demás hablas pirenaicas, así que a pesar de Rohlfs y Soulé-Venture, puede que tenga razón Schmolke al anotar arrüst, ya que -c y -t se confunden con frecuencia en estas hablas. Además el artículo et (ILLE) puede dar lugar a aglutinaciones (o deglutinaciones), aunque es verdad que ciertas hablas tienen er ante vocal, otras edj y otras ed: Barousse según los datos de Rohlfs (BhZRPh. LXXXV, § 408) se encuentra en el límite entre el 1.º y el 2.º tipo, pero en esta zona cada valle tiene su dialecto particular, y no tengo datos directos de Barousse.―

6 Al parecer perteneciente a la raíz ƫwr. Idea que no anda discorde con el hecho de que otras fuentes argelinas dan ƫarra «bord, marge» y ƫurr ‘pandero’ (Beaussier).