TALUD, tomado del fr. talus íd., de origen incierto, probablemente voz de origen galo (*TALȢTON ?) derivada de *TALOSfrente’, por alusión al ribazo o talud en que suelen terminar los campos.

1.ª doc.: Terr. («talud o tatut en la jeometría, fortificación, etc., es aquel declive o cuesta casi insensible que se da a las obras, o a las partes exteriores de las paredes, murallas, etc.»).

Jovellanos (h. 1805) emplea talús en su descripción del Castillo de Bellver (Rivad. XLVI, 394b), forma quizá tomada del cat. de Mallorca, dado el lugar a que se aplica. La Acad. no admitió talud hasta después de 1843 (ya 1884). El granadino Luis Fz. Guerra y Orbe (1818-90) lo empleó así, pero Cuervo, que lo cita (Disq., 1950, p. 137), vacila entre talud y taluz, y el propio Fz. Guerra emplea en otra parte el verbo ataluzar (Cuervo, o. c., p. 122). Como ya indica esta vacilación, y confirma la aplicación preferente a fortificaciones, el cast. talud es un galicismo reciente; en la forma que se le dió al adaptarlo al cast. debió actuar de modelo el popular ALUD. Lo mismo cabe decir del cat. talús, que ya figura en el Labernia de 1840 (donde también se lee un cast. talús); plural talussos y derivado atalussar, pero también lo he oído con -s- sonora; y el carácter forastero es aún más claro en el caso del port. talud, que Moraes cita de un texto, al parecer del S. XVIII, y al que hoy se le ha dado la forma talude de aspecto algo más portugués.

Incomparablemente más antiguo y arraigado que todo esto es el francés talus (pronúnciese talü), documentado desde el S. XII: el primer documento da la forma talu, y el verbo derivado ha vacilado entre taluer, taluyer, talusser y taluter. La primera de estas formas (y creo también la segunda) se halla ya en Rabelais: «fauldroit bastir les murailles... en taluant à doz d’asne», Pantagruel, cap. 15 (ed. Plattard, p. 78).

Sería importante saber cuál era la consonante en que terminaba primitivamente el vocablo: en el Sur de Francia encontramos taluu varias veces en docs. bearneses de fines de la Edad Media, y talus (que no se sabe si es singular o plural) en doc. lemosín de 1452. Que terminaba en una dental -T- o -D- lo indican con bastante claridad los testimonios del bajo latín: talutum en un doc. de Felipe Augusto (1180-1223) y taludare ‘construir en talud’ en otro de Nimes de 1381.

La etimología la dió brillantemente Jud en una breve nota de Rom. XLVII, 487-8. Observando que muchas denominaciones romances reúnen las acs. de ‘talud, ribazo’ y ‘límite de un campo’ (prov. bro «lisière d’un champ, talus inculte qui sépare deux champs sur le penchant d’une montagne», langued. ribo «talus de gazon, lisière d’un champ», prov. raso «rigole qui sépare deux propriétés, talos de gazon», Centre tauv(r)e «jet d’un fossé», Anjou tôvre «talus» frente al prov. tauvero «lisière d’un champ»), y que por otra parte varios derivados y compuestos del célt. TALOSfrente’, como el galés y bret. talar, bret. talerv, designan precisamente el ‘surco que limita un campo’, emitió Jud la bien fundada conjetura de que el fr. talus fuese otro derivado de este galo *TALOSfrente’, cuya existencia se funda en el nombre propio galo Dubno-talos, y en las voces célticas galés tâl ‘frente’, bret. tâl ‘frente’, ‘fachada’, ‘chaflán’, córn. tal frente, irl. med. taul ‘frente’, ‘fachada’, ‘otero’, irl. ant. talman ‘tierra’ (Walde-P. I, 740).

Otro derivado semejante de esta voz céltica es el gasc. ant. talus (también latinizado en talucium) «cercle le plus près du fond d’un tonneau» documentado media docena de veces en textos medievales (con variante talur en otros dos), vid. Levy y Du C.: aquí tenemos al parecer un derivado diferente *TALȢCIUM, y agregaré que su área se prolonga en España (en otra forma *TALȢCUM): and. talugo ‘cada uno de los dos aros que coronan la tiesta de un bocoy’ (AV), cast. sotalugo «el segundo arco1 con que se aprietan los extremos o tiestas de los toneles y barriles» [Aut.]; mientras que en el Norte de Francia volvemos a encontrar dialectalmente el tipo gascón: Champagne tailus «talus» y «le dernier cerceau placé à chaque bout du tonneau, sur le jable, à côté et au delà du sommier», Mortagne talus «extrémité d’une pièce donnant sur celle inférieure»2. Ahora bien, que el célt. TALOSfrente’ tenía también el sentido de ‘fondo de un tonel’ (que es su extremo), de acuerdo con su étimo indoeur. TEL- ‘fondo plano’ (Walde-P.), lo comprueba el bret. tâl, que además de ‘frente’ es «fond, la partie la plus basse de ce qui contient ou peut contenir quelque chose, comme fond de barrique», tala «mettre un fond à un tonneau, à un baquet», lo cual por lo demás no puede sorprendernos puesto que en la Litera se llaman frontales las «piezas redondas que cierran los extremos de los barriles, toneles, cubas» y que esto mismo recibe en cast. el nombre de tiestas (TESTAS).

Lo único que queda algo dudoso en esta etimología de talus y de talugo, es la forma exacta de la terminación, que no creo pueda corresponder en talus a un tipo *TALUTIUM o *TALUCIUM, pues según he notado arriba, ninguno de los datos antiguos indica una terminación en sibilante sino en dental pura -T- (o quizá -D-)3, mientras que talugo y el oc. talus postulan *TALȢC(I)UM: se trata seguramente de dos derivados distintos (a no ser que talugo sea un préstamo francés con terminación castellanizada según el modelo raro de fétu = ostugo, lo cual es poco verosímil).

Esta etimología céltica ha tenido aceptación general4. Sólo Spitzer, en su prejuicio sistemático contra toda etimología prerromana, ha tratado de ponerla en duda (MLN LII, 79-82), manifestando tendencia a volver a la abandonada etimología lat. TALUStalón’, tan poco adecuada semánticamente5. El ataque de Spitzer apunta al talutium documentado por Plinio como nombre hispano del oro que a veces se encontraba a flor de tierra en la Hispania romana: Spitzer supone que en este pasaje talutium fuese el nombre de una hierba que señalaría el lugar donde debe encontrarse oro. Aunque esta interpretación no encuentra apoyo en el contexto pliniano, y aunque Jud se abstuvo de relacionar directamente el talutium de Plinio con el fr. talus, conviene advertir que aun teniendo razón Spitzer esto no debilitaría en nada la etimología de talus, pues este talutium ‘hierba’ seguiría siendo algo que se encuentra en la superficie (o frente) del oro oculto, y así seguiría valiendo como prueba de que los celtas hispanos formaban de TALOS derivados en -UT- para indicar lo que se encontraba en el frente o extremo (superior o lateral) de algo6. Por lo demás ya es más fundada la teoría de Bertoldi, que separa completamente del céltico el TALUTIUM de Plinio y le asigna etimología ibérica (V. aquí ALUD), pero insisto en que el TALUTIUM pliniano no es esencial en la etimología céltica del fr. talus propuesta por Jud, que se sostiene igualmente sin este apoyo.

1 Sin duda hay que leer aro.―

2 También llamado en este mismo dialecto talard, que a su vez enlaza con Haut-Maine talart «talus» *TALA-RITON (de RITONvado’, ‘paso’ = ingl. ford, gr. πóρος, comp. REW 8535d).―

3 Si fuese -D- se explicaría mejor la forma bearnesa taluu, pero ésta podría ser tomada del francés y desde el punto de vista céltico quizá fuese más fácil explicar un sufijo en -TO-.―

4 M-L. (REW3 8545b), Gamillscheg (EWFS), Wartburg (en Bloch); y el celtista Weisgerber, Die Sprache der Festlandkelten, p. 210.―

5 Claro que el alem. tal-sohle ‘vaguada’, propiamente ‘suela del valle’, no es paralelo adecuado: así el punto de partida como el de llegada son bien distintos. Tampoco lo sería ESCARPA, aun si fuese seguro que éste es lo mismo que el it. scarpa: ‘zapato’ no es lo mismo que ‘talón’. Du C. emplea (s. v. taludare) el lat. talus en el sentido de ‘talud’, pero este sentido se lo da arbitrariamente, acordándose de la pretendida etimología de la voz francesa.―

6 La argumentación de Spitzer y de su corresponsal contra la interpretación consagrada del pasaje pliniano es forzada visiblemente. No hay razón para no suplir aurum como sujeto de «inventum est in summo caespite»: claro está que hay oro debajo y oro encima, pues si no estuviese debajo la aurosa tellus, el talutium u oro superficial ya no sería segutilum o indicium de algo. Que los versos de Lope donde se habla de la hierba indiciaria prueben algo sobre el texto de Plinio es también muy dudoso. Finalmente nótese que Spitzer no se levanta contra la interpretación de Jud, sino contra la más arbitraria que dieron Gamillscheg y M-L. a talutium como ‘fin de una pendiente’. Nada de esto dice Plinio ni supuso Jud, y es innecesario suponerlo: el talutium pliniano sería un derivado de TALOS diferente del TALȢTO- supuesto por el fr. talus y de TALȢC(I)O-l> ‘extremo de un barril’, aunque coincide con éstos en el significado general y parcialmente en la formación del sufijo.