TABUCO, origen incierto, quizá alteración del ár. vg. ƫabáq ‘calabozo’ por influjo del sufijo diminutivo -uco.

1.ª doc.: h. 1575, Ambrosio de Morales.

Escribió: «poniendo con devota consideración el altar encima la portecica del tabuco pequeño» y «este tabuquito tiene una saetera de hasta dos dedos en ancho y dos palmos en alto» (Aut.); «aposentico muy pequeño de atajos, como de taybiques, de donde tomó nombre» Covarr.; «aposento pequeño o habitación estrecha» Aut. Sigue hoy siendo palabra generalmente conocida1.

Adhirióse Dozy, Gloss., 344-5, a la etimología de Covarr.: ár. tašbîk ‘pared de ladrillo’, que no convence desde el punto de vista semántico, y que no es posible a causa de la ú en lo fonético. Müller, seguido por Eguílaz, Baist (RF IV, 411) y la Acad., prefieren partir de ƫábaqa, que además de ‘piso’, en Egipto significa ‘cuarto, aposento’; la objeción de Dozy de que tal vocablo no se encuentra en el árabe de España no tiene valor, pues estamos lejos de conocer todo el vocabulario de este dialecto, y se trata de un derivado normal del verbo ƫábaq ‘cerrar, tapar’ empleado en todas partes y en todas las épocas; de hecho el cat. tàvega ‘calabozo’, ‘cárcel subterránea’ (BDC XXIV, 67) prueba que el ár. ƫábaqa se empleó en España con este sentido. Más fuerte es el reparo fonético que inspira a Dozy la u castellana, y además la diferencia de género. Pero hay un masculino ƫábaq «prison souterraine» empleado entre otros por el español Abenaljatib (S. XIV) (Dozy, Suppl. II, 24), y que en el vulgar de España debía acentuarse ƫabáq, como lo hace en efecto PAlc. en otra ac. del vocablo (s. v. despalmar). Ahora bien, la á no se cambia en ú, pero sí que, delante de q o en contacto con otras consonantes velarizantes, podía pronunciarse como una ó (aladroc < al-Ȑazraq, y otros ejs. que he citado s. v. RONCERO). Todavía es verdad que ó no es lo mismo que ú, de suerte que hubo de ayudar el sufijo diminutivo -uco, o el influjo de alguna palabra sinónima, que dudo sea buco ‘agujero’, empleado por Cervantes, pero como italianismo sin arraigo; Régulo Pérez (Rev. de Hist. de La Laguna, n.º 81, p. 110n.7) cita en un doc. canario de 1506 la voz cabuco en el sentido de ‘espacio en que gira la rueda de un ingenio de azúcar’, voz afín o tomada del port. cavouco, cab-, «fôsso; cova comprida em que assentam os alicerces; a espaço em que gira o rodízio da azenha; estribo de pau» (Fig.), que Moraes documenta ya en el S. XVI, y que deriva evidentemente de CAVUS con sufijo portugués bien conocido: el sonido extranjero port. ou se adaptaría en forma de u. Podría ser que este cabuco se empleara en otras partes de España, y que él fuese responsable de la alteración de *taboco (< ár. ƫabáq) en tabuco2. Para un cambio semejante en palabra análoga, V. SOCUCHO.

1 El domin. tabuco «matorrales; maleza enredada» (Brito, Tejera) más bien parece ser un homónimo de etimología aborigen; entabucao ‘enmarañado’, atabucarse ‘llenarse, atragantarse’ (Brito). Comp. ARCABUCO.―

2 Hará falta, sin embargo, comprobar mejor la forma de este cabuco: en portugués no se dice cabuco, como escribe el Sr. Pérez, sino cabouco o cavouco. Él mismo nos informa de que hoy en La Palma dicen caboco ‘foso’, ‘risco pequeño’, ‘precipicio más pequeño que el llamado caldero’, en Tenerife ‘hoyo hondo y redondo’.