SIERRA, del lat. SĔRRAsierra de aserrar’.

1.ª doc.: ‘línea de montañas’ Cid, y ya en docs. de los SS. X y XI (Oelschl.); en el sentido propio no es menos antiguo, aunque sólo tengo documentos desde APal.

«Serra: sierra con que siegan y cortan los maderos y los mármores» (448b), «s. para asserrar, de hierro: serra» Nebr., y de uso general en todas las épocas. En la ac. ‘línea de montañas’ ya está en el Cid, la sierra de Miedes (vv. 415, etc.), la sierra que las otras tierras parte ‘el Guadarrama’ (vv. 422, 425); también se halla en Berceo, J. Ruiz, glos. del Escorial y de Toledo, Nebr. «s. o monte alto: mons») y en todas las épocas; Cej. VIII, § 79. Se trata de una metáfora, por comparación con el aspecto dentado de las cordilleras, metáfora muy extendida en romance meridional: macedorrumano, friulano, alto-italiano1, sardo2, occitano3 y en toda la Península Ibérica4, y que se dió también en otras familias ingüísticas.

Polibio emplea dos veces el gr. πρίων, -ονος, ‘sierra de aserrar’, en este mismo sentido. La primera habla de la sierra enriscada (barrera infranqueable, quizá el Djébel el Gedidí de Zaguán, según Veith) contra la cual Amílcar Barca, con su elefantería, acorraló el ejército de los mercenarios hasta aniquilar a sus 40.000 soldados (Hist. I, § 85.7); en la segunda, habla de la estribación abrupta que unía a la ciudad anatolia de Sardes con su ciudadela (ib. VII § 15.6), V. la ed. de Pédech (G. Budé) quien cita la interpretación concorde de otros filólogos5. Como se trata de un uso ajeno al griego, y Polibio se entretiene en el primer pasaje en explicarnos la metáfora, quizá estemos ante la expresión usual entonces en el camítico de los númidas, o en el feno-púnico de sus adversarios; tal vez éste más bien, pues así nos explicaríamos mejor lo de Sardes; pero también pudo hallarse en varios idiomas antiguos a la vez. Se trata pues de una vieja metáfora circummediterránea.

Es erróneo creer que podamos tener ahí una palabra prerromana o lígur, como afirma audazmente Gröhler, ZRPh. XLV, 89. Desde luego no hay la menor dificultad semántica en admitir este origen metafórico, y toda discusión futura acerca del caso parece ociosa. Me bastará recordar otras muchas denominaciones figuradas de la sierra y el cerro, como pico, cerro, loma, espaldar, etc., y en particular los varios sinónimos catalanes de ‘sierra’: carena, crenxa (propiamente ‘crencha, raya del cabello’), clina (= crin, en el sentido de ‘crines, melena del caballo’); cito otras s. v. SOBACO. También es antiguo sierra como nombre del pez sierra (ast., V; etc.), valor con el cual ya se encuentra en latín.

DERIV.

Sierro salm. ‘teso de sierra’ (comp. el cat. tarragonés serret, cat. común serrat, que no van con cerro, como creyó M. P.). Serrano [Berceo; docs. del S. XII, Oelschl.; «serrana cosa, de sierra: montanus» Nebr.]; serrana; serranilla [-iella, en sentido propio, Berceo]; serranía [J. Ruiz; Nebr.]; serraniego; serranil6. Serratilla. Serrezuela. Serrijón. Serrátil. Serrato. Serreta [Acad. S. XIX]; serretazo. Serrino. Serrón. Serrucho [Acad. ya 1817]; aserruchar, en Cuba serruchar (Ca., 197). Aserrar [1251, Calila, 19.75; Nebr.], más común que serrar, del lat. SERRARE; serradizo, serrado, serrador; serraduras, o aserraduras [Nebr.], o aserrín o serrín [princ. S. XVIII, Aut.]; aserradero; aserradizo; aserrado; aserrador. Leon. leña serriega (Eslonza): la madera del serriego ‘árbol de bellotas como encina, pequeña y chaparra, caducifolio’ (Sarm. CaG. 138v; el parecido con el lat. cerrus es casual). Cat. serra nombre de un pez; gall. sarrán ‘pez como faneca, azul y muy pintado’, que sólo conoce de oídas Sarm. (CaG. 81v).

1 Vid. Grasso, Sul Significato Geografico del nome «Serra» in Italia, RIL XXXIII. En algunas partes hay la ac. ‘desfiladero’. que quizá venga más bien de SERARE ‘cerrar’. Comp. Jud, Litbl. XXIX, 335n.5. Ejs. del Piamonte en ASNSL CLXXIV, 67.―

2 Ya en sardo antiguo, M. L. Wagner, ASNSL CXXXV, 118, por lo tanto autóctono y no hispanismo.―

3 Cuento una cincuentena de ejs. en el Cantal, más de treinta en el Aude (V. los dicc. topográficos de Amé y de Sabarthès, s. v. Serre y Haute).―

4 Ej. catalán de Jaume Roig, S. XV, v. 10260, pero no sería dificil citarlos, tanto o más antiguos que en Castilla, de cartularios catalanes.―

5 Se cita además (Liddell-S.) un pasaje de los Illyrica de Apiano, donde se habla de λóưοι o cerros dentados como πρίονες. De ahí ya no resulta claro que la metáfora estuviese cuajada lingüísticamente entre los Ilirios, aunque es posible.―

6 Propiamente puñal de serranos; mal escrito seranil en Berceo, Mil., 155; «para ferir a manteniente deben haber cuchiellos, puñales, et serraniles, et espadas et hachas et porras...» Partidas II, xxiv, ed. Acad. 35 II, p. 265.