ROZAR, significó primeramente ‘roturar, arar un campo por primera vez’, ‘limpiar de matas y hierbas’, después ‘pacer la hierba de un prado’, ‘raer o desgastar la superficie de un objeto’, y en fin ‘pasar tocando ligeramente’: del lat. vg. *RŬPTIARE, derivado de RUMPEREromper’ (participio RUPTUS).

1.ª doc.: roçar, 1282; el sustantivo roça ‘tierra roturada’ está ya en docs. del S. X.

Oelschl. lo cita en escrituras de 980, 1157 y 1159, roza en 1138; M. P., Oríg.2, p. 73, documenta roçola h. 980, como diminutivo de roça *RUPTIA; Vigón, Vocab. de Colunga, extracta de la España Sagrada «dultra ipso flumine una roza» a. 1053 (XXXVIII, 306), y «los moradores... iban a las suas rozas o a las suas labores» en 1380 (XXXIX, 255). Roza sigue siendo palabra bien usual en muchas partes, en Asturias y Vizcaya ‘terreno poblado de árgoma, brezo y otras plantas propias de monte bajo’ (V); y está muy extendido en la toponimia española («roça: runcatio» Nebr.). La aparición más temprana del sustantivo que del verbo es natural, por prestarse más a aparecer en docs., pero roza es derivado de rozar y no viceversa. Ya se lee rocemos, presente de subjuntivo, con el sentido de ‘roturar’ en doc. leonés de 1282 (Staaff, 65.52); con leve debilitación de sentido pasa roçar a ‘limpiar la tierra de matas’, ‘cortar matas’: «occare... y es occador el que enxere y el que roça lo demasiado y el que ara», «runcones son a manera de guadañas con que se roçan los çarçales» APal. (319b, 425b), «roçar: runco» Nebr., y así en Ant. de Guevara (Fcha.), Fz. de Oviedo («para rozar y talar arboleda y montes de boscajes»), G. A. de Herrera («rozará zarzales», «rozándole y sacándole las raíces de los árboles y matas y de toda grama»), el G. de Alfarache («todas eran matas y por rozar») y otros muchos clásicos (vid. Cej. V, 492-4). No es sentido desusado, por lo menos en algunas partes: así en la Arg.1, cast. de Galicia rozar «cortar maleza, segarla a golpes de hoz o de hacha» (BRAE XIV, 132), ast. «segar árgoma o rozu» (R), and. ‘escardillar’ [1797, Caro, Pueblos de Esp. 352]; rozado ‘acción de desmontar un terreno quemando luego el monte arrancado’ en Misiones (Arg.) (C. Selva Andrade, La Prensa, 5-IV-1942); canar. rosadera ‘cuchilla enhastada para cortar ramas’ (BRAE VII, 339), como usaira en la Sierra de la Estrella (VKR IV, 159). Partiendo de ahí se ha podido llegar hasta ‘cortar un hilo’, ac. que he oído en Almería, o ‘cortar un cable’ (en una tormenta los de las anclas de una nave se roçan en el Cuento de Otas, 1.r 4.º S. XIV, fº 91)2.

Pero la evolución más generalizada se produjo en otra dirección. De ‘cortar matas’ se pasó a ‘pacer la hierba’ hablando de los animales: así en el proverbio «¿qué buey trabaja, que después no roza la haza?» documentado en Juan de Torres (1596) y en el Alfarache de Martí (1601),(Rivad. III, 385), «los jumentos lo pacen y lo rozan» en Lor. de Zamora, y ejs. análogos en la Pícara Justina (Fcha.) (de ahí ‘comer’, aplicado pintorescamente a los hombres, en germanía, y ya en Juan Hidalgo); después ‘desgastar la superficie de un objeto’, ya documentado en la Caça de las Aves (1383) de López de Ayala: «falcones... los que toman... fasta comienço de febrero... traen todo el plumaje deslanado de las aguas, que ha grand tiempo que duermen fuera; et traen la cola toda roçada en las puntas de las péñolas, del estribar que fazen sobre ella quando toman las presas» (ed. Soc. de Bibl., cap. ii, p. 17), y así es también frecuente entre los clásicos: «que ha mucho que pisa la soga y ya se roza» Pícara Justina; Juan de Pineda, Fr. Ant. Álvarez, Zabaleta, etc. Una aplicación especial es «raer parte de alguna cosa» (Aut.), «como de las paredes, del suelo, etc.» (Acad.), Beira roçar as casas «esfregar as casas, laval-as» (RL II, 252). Desde estos dos matices se pasaba muy fácilmente al más divulgado en la actualidad ‘pasar una cosa tocando levemente la superficie de otra’, que ya vemos en clásicos: «GRACIOSO: Estoy perdido, a fe de enamorado. / MUJER: No se llegue tan cerca, que me roza. / GRACIOSO: Bravo melindre, pero buena moza» Quiñones de B. (NBAE XVIII, 811b), «que una mujer que fué toda su vida / libre, rozando telas y tabíes, / y de un galán y otro requebrada» íd. (íd. 686), y ya «los príncipes rozando telas, los señores cubiertos de hermosura» en Lor. de Zamora (1601). Finalmente rozarse figuradamente es ‘tener una cosa semejanza con otra’, de lo cual ya hay varios ejs. en Aut.

El cast. rozar no tiene otro pariente próximo que el port. roçar, que en el idioma vecino tiene las mismas acs.; en el sentido primitivo roçar mato «cortá-lo, derribá-lo» ya está en las Ordenações del S. XV (Moraes), «casal... sem poder outrem roçar nem plantar nele» en ms. norteño de 1661 (Leite de V., Opúsc. II, 255), minhoto o papel rouça-me nas costas (ibid. 509), Alto-Douro rôço «o acto de limpar qualquer árvore, sobretudo pinheiros», «herva das vinhas, etc., que cortam para o ganado e para estrume» (ibid. 508), Beira roçar mato ‘cortar mato’ (RL II, 252), trasm. arrouçar «arrastar, virar», arrouço «arrastamento» (RL II, 256); esta variante con ou se debe a contaminación de bouça ‘artiga’, pero en portugués literario se dice roçar sin diptongo.

No hay dificultad alguna en la etimología *RŬPTIARE de RUMPERE, una vez se conoce la evolución semántica del vocablo; ya la sugirió Horning (ZRPh. XXV, 740), aunque decidiéndose más bien por un *RŬTIARE derivado de RUERE ‘empujar’, teniendo en cuenta que este último verbo parece significar una vez ‘arrancar, pacer la hierba’ (hablando de animales) en Plinio; pero como observó Baist (KJRPh. VI, i, 396) hay que decidirse por *RUPTIARE a causa de la ç sorda del castellano antiguo y también porque RUERE apenas ha dejado descendencia romance; M-L. (REW3 7453) y Espinosa (Arc. Dial.) han corroborado definitivamente esta etimología: en efecto la calidad sorda de la ç está probada no sólo por las grafías de 1282, de López de Ayala, de APal.3 y de Nebr., sino también por la pronunciación actual de la prov. de Cáceres, donde el vocablo vive en la ac. ‘limpiar las tierras de las hierbas inútiles antes de labrarlas’4.

Fuera del cast.-port. es dudoso que nuestro vocablo tenga representantes; desde luego no lo es, contra lo que afirma Rohlfs (ASNSL CLXV, 86-87; BhZRPh. LXXXV, § 224), el cat. ant. y mod. (ar)rossegar, oc. ant. y mod rossegar, prov. mod. roussà, ‘arrastrar’, que difícilmente podrían explicarse por *RUPTIARE, y que significando en lo antiguo ‘matar haciendo arrastrar por caballos’ son ciertamente derivados de ròssa ‘caballo viejo, de carga’ (V. aquí ROCÍN). El fr. rosser ‘zurrar, dar una paliza’, voz de aparición tardía [1664], presenta un problema difícil: teniendo en cuenta que en el Bas-Gâtinais significa «brouter entièrement l’herbe des prés» (Horning) y en el Anjou «se frotter avec force l’une contre l’autre, en parlant des branches» (comp. Anjou rosse «souche» y «vieux chêne rabougri»; Sainéan, Sources Indig. II, 258), no es imposible que el punto de partida sea el mismo que en iberorromance, como sostuvo Horning, pero el problema se complica al tener en cuenta el fr. ant. roissier ‘zurrar’, voz por lo demás rara, y anticuada desde el S. XV. No me incumbe a mí resolverlo (la solución *RUSTIARE adoptada por Wartburg, rectificando la 2.ª edición de Bloch, no convence de todos modos).

DERIV.

Roza (V. arriba); estar a la roça ‘rozarse, tocarse’ (como eufemismo amoroso J. Ruiz 1392c); cub. rosa ‘medida superficial que resulta de dividir una caballería de tierra por 18.6’ (Ca., 72); es muy dudoso el cast. rocha ‘roza, tierra rozada’ que admite la Acad. (ya 1884, no 1843): parece rocha ‘roca’ mal entendido (V. ROCA). Rozable. Rozadera (V. arriba). Rozadero. Rozador [Nebr., -ç-]. Rozadura. Rozamiento [Acad. ya 1843]. Rozo ‘acción de roturar’ [1627, Mtro. Correas; 1.ª ed., pp. 112, 370], ‘tarugo de leña menuda’ (1605, Pícara Justina, Fcha.), ‘comida’ gnía. [fin S. XV, R. de Reynosa; Juan Hidalgo], ast. rozu ‘el esquilmo de la roza que se utiliza para estrar y como combustible en algunos hornos’ (V, R), gall. fazer un rôzo, p. ej. en un camino, ‘hacer dos filas de piedras grandes y llenar el hueco de ellas de pedrullo -cascajo-, broza, etc.’ (Sarm. CaG. 224v). Rozón. Roce [Acad. S. XIX]; por cruce con el sinónimo frete de FLETAR: Cespedosa rete ‘raspe, frotamiento’ (RFE XV, 261). Rocero; rocera.

CPT.

Rozavillón ‘el que come de mogollón’ gnía. [Juan Hidalgo; porque se come la moneda de vellón de su huésped, cat. billó ‘vellón’]. Rozapoco (-ç- ‘persona frívola, haragana’, opuesta a cuerdo, J. Ruiz 729c, porque ara poco cada día).

1 Draghi, Canc. Cuyano, p. xxv.―

2 En el periódico argentino Los Andes (16-VIII-1940) leo «rosen este anuncio», al parecer en el sentido de ‘recorten’. Sin embargo, no me saben dar noticia de esta ac. en Mendoza, y quizá sea errata.―

3 Verdad es que éste escribe rozar en 425b, junto a roçar (2 ejemplos, ya citados), pero en este dicc. hay alguna rara vacilación en el uso de la ç y la z.―

4 Spitzer, Hisp. R. X, 66, olvidando los sentidos antiguos del vocablo, y no atendiendo más que al divulgado actualmente, preferiría un *RODITIARE de RODEREroer’, formación inverosímil en latín, además de improbable semánticamente. G. Paris, Rom. XXXI, 156, pensaba en un *RUCIARE relacionado con *RŬCէNAl> ‘cepillo de carpintero’ (> fr. roisne, rouanne), lo cual es ya imposible desde el punto de vista morfológico; también G. de Diego quiere derivar roçina ‘la tierra rozada o limpia de matas y hierbas, preparada para la siembra’, empleado por López de Ayala, del correspondiente verbo *RUCINARE (BRAE VII, 250), pero claro está que no es más que un diminutivo de roça, postverbal de roçar *RUPTIARE.