ROSA, voz semiculta tomada del lat. rŏsa íd.

1.ª doc.: Berceo.

«Non quiso otra suegra sinon la Gloriosa, / que más fermosa fué que nin lilio nin rosa» S. Or., 28d; análogamente Loores 204. También en J. Ruiz y de uso general en todas las épocas. Es común a todos los romances de Occidente, pero la falta de diptongación en cast., fr. e it. muestra que el vocablo, a pesar de su gran popularidad, estuvo sujeto al influjo de la lengua culta; más que los poetas, y tanto por lo menos como los botánicos, en este período temprano del romance, influyeron en ello la letanía y las obras piadosas, como nos muestran los contextos en que primeramente aparece en cast. También aparece en las fuentes mozárabes: rûsaš en Abenbuclárix1. Rûda ašinîna o rosa de asno ‘Paeonia Officinalis L.’ en Abenɏólɏol; «rosa silvestre o gavança» Nebr.; ast. mal de la rosa ‘pelagra’ (V). Para metáforas poéticas que contienen esta palabra, convertidas en bien común del idioma, vid. M. R. Lida, RFH III, 263-70.

DERIV.

Rosáceo [Acad. S. XIX]. Rosado [S. XIII, Buenos Prov., 17; J. Ruiz; «r., de materia de rosa; r., color de rosas» Nebr.]. Rosal [r. blanco, r. bermejo, h. 1325, J. Manuel, Rivad. LI, 252b32; «rosetum... es rosal» APal. 422d; «r.: rosarium» Nebr.]; rosaleda [Acad. S. XIX], más raro rosalera. Rosario ‘conjunto de oraciones dedicado a la Virgen y terminado con la letanía, donde aparece repetidamente la comparación de la Virgen con una rosa’ [1591, Percivale], ‘sarta de cuentas para rezar el rosario’ [1595, D. de Yepes, Aut.], ‘el espinazo’ [Aut.; de uso general aunque familiar, y no sólo ast., V]; rosariero, -era. Rosear. Róseo [Aut.]; roséola. Rosero.

Roseta [r. novela ‘cierto letuario’ J. Ruiz; «roseta, color: purpurinum» Nebr.; ‘cada una de las bolas de hierro con pinchos que se echaban al suelo para dificultar el avance de los jinetes indios, de los asaltantes en el abordaje, etc.’ arg. ‘panecillo del tamaño de los panecillos de Viena’ arg.]; rosetón [Aut.]. Rosillo, vid. ROJO. Rosita; de rositas ‘de balde, sin esfuerzo alguno’ cub. (Ca., 243), y famil. según Acad. Sonrosar [Aut.], antes sonrosear [h. 1580, Fr. L. de Granada; h. 1700, Bart. Alcázar], raro rosarse; sonroseo.

CPT.

Rosicler [1595, Góngora, de quien es palabra favorita; 1621, Tirso, Cigarrales (ed. V. Said Armesto, Madrid 1913), pp. 104, 160; Calderón; Aut.; no Covarr.]. Es etimología errónea suponer que se tomase del fr. rosé clair ‘rosado claro’, según muestran ya el significado y la documentación antigua, que es más catalana que castellana; en cat. rogecler 1412, rogicler 1415 (bis), rochicler (texto valenciano) 1943; en cast. rochicler en la Questión de Amor impreso en Valencia en 1513, rosicler 1521 y 1523.

El significado en todos esos textos, y en otros tempranos en ambas lenguas, es ‘plata roja, mineral con color de rubí que se compone de plata, azufre y arsénico’; la acepción cromática es secundaria, a causa del color brillante y rojizo del rochicler o plata roja, y no aparece hasta 1567; de ahí luego, sacó Góngora su rosicler ‘rojo vivo’. Hasta aquí, G. Colón (Congr. de Ling. Rom. 1965 y Enc. Ling. Hisp. II, 223-4), quien observa que en las formas en s [?] y en los datos valencianos de 1493 y 1513 actuaría el fenómeno dialectal del valenciano apitxat, del que ya hay tres casos sueltos en la segunda mitad del S. XV. ¿Los ha comprobado Colón en los originales manuscritos? Puede tener razón, aunque en este caso no hace falta eso, porque se trata de un compuesto árabe con Ǥ final de palabra, donde la sonoridad era vacilante. En efecto, se impone ahora desechar la etimología tradicional ‘rosado claro’ (fr. rosé clair o cualquier equivalente).

El rogecler catalán y cast. rochicler es lo mismo que el rejalgar, si bien combinado con plata, y el rejalgar se extrae a su vez de las minas de plata. Luego se trata del ár. rahǤ al-ġâr el étimo de REJALGAR, con ciertas alteraciones fonéticas: la a del árabe entre r y h se pronuncia å no lejana de ྿. Por lo demás, claro que hay influjo romance, probablemente del mozár.-catalán CLARUS, que arabizado sonaba k(e)ler: se entendió que el color de la plata roja era roig i cler ‘rojo claro, rojo brillante’.

1 La variante rûdaš que aparece también en dicho autor, en Abenɏólɏol y en las glosas mozárabes a Dioscórides (vid. Simonet), se debe sin duda a la confusión individual cometida por un botánico árabe entre el nombre romance y el gr. Ǧóƌον (a no ser que se trate de una contaminación del ár. ward ‘rosas’, wárda ‘una rosa’).