RASTROJO, alteración del antiguo restojo, que junto con el port. restolho, cat. rostoll, res-, oc. restolh, procede de un lat. vg. *RESTŬCŬLU, resultante de *RESTUPULU (cat. y oc. restoble, it. merid. restuccio) por cambio de sufijo; este sustantivo deriva de un verbo *RESTUPULARE ‘rastrojar’, sacado a su vez del lat. vg. STUPULA, lat. cl. STIPULA, ‘rastrojo’.
1.ª doc.: Fueros leoneses fronterizos, de h. 1200; Berceo.
Es posible que a la alteración contribuyera la etimología popular rastro, por ser el rastrojo lo dejado en el campo; precisamente por este prejuicio seudo-etimológico se limitaron Covarr. y Aut. a definir rastrojo como «el residuo de la mies que queda en la tierra después de segada»; pero conforme probó Cuervo (Disq., 1950, 589-90), con gran copia de testimonios antiguos, la otra ac. moderna ‘el campo después de segada la mies y antes de recibir la nueva labor’, es aún más frecuente en los autores clásicos y medievales.
Sea como quiera, no cabe duda que restojo es la forma etimológica, pues el tipo en resto- es el único o poco menos que se encuentra en los demás romances: port. restolho, cat. ant., cat. occid., mall. restoll (-oi)3, oc. ant. restolh (muy frecuente desde 1300), langued. restoulh, rastoulh, logud. ant. restuglu, logud. mod. restuyu (M. L. Wagner, Das Landleben, 34) y el tipo ristucchia, -ucciu, restocchia, etc., extendido en forma compacta desde Sicilia hasta Pulla, Nápoles y los Abruzos (Coray, VKR III, 181-2). A lo mismo viene a reducirse el cat. orient. y lit. rostoll, pues es bien sabido que aquel dialecto practica sistemáticamente la asimilación vocálica e-ó > o-ó (fonoll FENUCULUM, jonoll GENUCULUM, rodó ‘redondo’, forroll FERRUCULUM, etc.); lo mismo cabe decir del mozár. ruštûluš (más tarde Rochulos), en textos de Almería (Simonet), como es natural en un dialecto que incluso asimila de morte, de noȟte en do morte, do noȟte (M. P., Oríg.3, p. 375).
Luego todas estas formas romances, junto con la castellana, postulan una base *RESTŬCŬLU, todavía bien clara en el logud. ant. restuglu4. Por otra parte está claro que el cat. restoll, ro-, es inseparable del nombre del rastrojo en otros dialectos de este idioma: restoble5; y del oc. ant. y mod. restoble, -ouble (Provenza, Lemosín, Forez, Delfinado, etc.); en los cuales tenemos evidentemente una terminación *RESTŬPŬLU, cuya hermandad con el nombre latino del ‘rastrojo’, a saber STŬPŬLA, salta a la vista. Lo clásico era STIPULA, pero STUPULA está documentado en Varrón, en inscripciones (Graur, Rom. LIII, 203), en mss. de San Isidoro6 y en otras partes (p. ej. aun en APal. 474d); de STŬPŬLA proceden evidentemente el it. stoppia, el fr. éteule y aun ciertas formas languedocianas y gasconas, pero es de notar que éstas en parte postulan *STŬCŬLU con el mismo cambio de «sufijo» que se nota en los nombres hispánicos7.
Es evidente, en efecto, que *RESTUPULU se cambió en *RESTUCULU por sustitución de la terminación rara -UPULU por la muy frecuente -UCULU, tal como ocurrió en MANOJO (< MANUCULU < MANUPULU < MANIPULUM), y en ESCOLLO (< SCOCLU < SCOPULUM).
¿Cómo se explica el añadido del prefijo RE-? Podría haber habido un cruce con el lat. restibilis ‘tierra cultivada todos los años’, voz antigua, documentada desde Varrón hasta Plinio, Columela y muchas glosas tardías (CGL II, 174.2; V, 664.21; Dammann, Comm. Ien. V, 33), pero como esta palabra no ha dejado descendencia romance, quizá sea preferible otra explicación, pues la hay muy natural. Frente al gasc. estoulh existe en el Gers rastoulhà «ramasser le chaume» (Durrieux), frente a estouillo está en el Rouergue restouillà, rastouillà «arracher le chaume» (Vayssier), y es natural que la acción de ‘volver a arrancar la planta recogiendo la STUPULA’ se dijera RE-STUPULARE: de ahí se extendería el prefijo al sustantivo RESTUPULA, RESTUPULU; nótese que junto al clásico STIPULA, o por mejor decir su primitivo STIPA, se formó también *RESTIPA, de donde el trasm. y beir. resteva «restolho» (Leite de V., RL IV, 72) y el gall. restreba «terreno mondado de leñas menores y cuyos montes se queman para destinar la tierra a sembrar trigo» (Pz. Ballesteros, Canc. Pop. Gall. II, 246), y resteba (o reest-) ‘la segunda sementera o sembradura de maíz, mijo o panizo, en una tierra donde ya se ha cosechado trigo o centeno’ (Sarm. CaG. 227r y p. 109).
Esta etimología se impone de tal manera que la han aceptado casi todos los etimologistas que no confinan sus estudios al español: Cornu (GGr.2 I, p. 933), Gonçalves Viana (Apost. II, 344), Jud (Rom. XLVIII, 149; L, 607), Spitzer (Lexik. a. d. Kat., 118), M-L. (REW3, 7252a) y yo mismo en mi tesis de 1928. La antigua etimología RASTRUM de Covarr. es evidentemente indefendible, en vista de las formas del cast. ant. y de los demás romances; tampoco tiene verosimilitud suponer un *RESTUCULU derivado de resto8, entre otras razones porque este postverbal de RESTARE es creación modernísima y el sufijo -UCULU pertenece al latín vulgar. Malkiel publicó recientemente uno de sus exhaustivos y meritísimos artículos (RPhCal. I, 209-234), al cual remito para ciertos pormenores que aquí no hacía falta repetir; por desgracia este erudito tomó como punto de partida las formas castellanas, prestando harto poca atención a los demás romances, lo cual le condujo a una etimología evidentemente imposible, *ROSTRUCULUM, derivado de ROSTRUM ‘pico’9.
DERIV.
Rastrojal. Rastrojera [Aut.]. Rastrojar; rastrojear ‘recoger residuos’ arg. («algún poco de tabaco que rastrojea en los bolsillos del abuelo», A. Ghiraldo, La Prensa, 29-XI-1942).
1 Rivad. LI, 251; igual en la ed. Gräfenberg, RF VII, 427ss.― ↩
2 Restrar en el Fuero de Oviedo de 1295 (Fz. Guerra, Fuero de Avilés, p. 123); rastar es trivial en la Edad Media, y ya está en el Cid; de rastrar viene «rastro, por resto: reliquum» en Nebr.― ↩
3 Frecuente desde primeros del S. XV, Ag.; BDLC VI, 37; VIII, 158. En R. Martí, S. XIII, la glosa medio romance restallo, traduciendo el ár. maɅɊûd «éteule, chaume» (s. v. metere), ha de enmendarse indudablemente en restollo.― ↩
4 Lo mismo cabe decir del sic. ristucchia (aunque ahí se trata del femenino en -UCULA), napol. restocchia. Es verdad que algunas de las formas meridionales it., como el calabr. ristucciu, -uccia, no presentan el tratamiento correspondiente a -UCLU ni -UPLU, sino a -UP?U (vid. Rohlfs, Hist. Gramm., pp. 410, 417, 464), lo cual condujo a Merlo, Coray y otros a suponer un tipo *RESTUPĔA, que sería injustificable, pero en primer lugar el sonido de -cchȳ- está bastante cerca de -cci-, y después es probable que haya préstamos dialectales procedentes de las zonas de Sicilia y de otras partes donde se confunden totalmente aquellas tres terminaciones.― ↩
5 Es la forma normal en Mallorca (BDLC VIII, 138; XIV, 204; Ag.), pero también la tengo anotada en más de una docena de lugares de la zona Centro-Norte del Principado, en las comarcas de la Selva, Guilleries, Vic, Lluçanès, Moianès (en parte, en la variante asimilada rostoble).― ↩
6 Stupola en K, stuppla en P, correspondiendo a stipula de otros, que hubo de ser la forma del autor, en vista de la etimología stipa que le atribuye (Etym., ed. Lindsay, XVII, vii, 56).― ↩
7 Rouerg. estouillo (Vayssier), Gers estoulh «chaume», estoulhà «champ de chaume» (Durrieux II, 228), Lagraulet (Gers) estoulh, estoulhà íd. íd. (Lamothe). Junto a estoulh aparece estout en otras hablas del Gers (Cénac-Moncaut, Lamothe), en Arrens (H.-Pyr.) y en bearnés (Palay), con el derivado estourà (Paret, 24), los cuales postulan una asimilación antigua en la etapa sonorizada *STUBLU > *STULLU, comp. stulus en las Glosas de Reichenau y el propio fr. éteule. El tipo con asimilación reaparece en el derivado en RE-, de donde el b. aranés y gasc. arrastoutch, restout, que estudié detenidamente en mi Vocab. Aranés, s. v.― ↩
8 Como hicieron en obras tempranas suyas M. L. Wagner (l. c.) y M. P. (Rom. XXIX, 371); G. de Diego, para no perder la costumbre, supone un cruce RESTARE + RASTRUM (Elem. de Gram. Hist. Cast., p. 60).― ↩
9 Aparte lo atrevido de esta explicación semántica, salta a la vista que este étimo es incompatible en primer lugar con las formas sin -r- del cast. ant. y de todos los romances, después con el cat. y oc. restoble que nadie querrá separar de rostoll y de rastrojo. La forma rostrojo que aparece en el ms. del Sacrif. de Berceo (ms. del S. XIV, ignoramos cuál fuese la lección del ms. de Ibarreta, del S. XIII) está completamente aislada en cast. y resulta sin duda alguna de una asimilación vocálica. Que de ‘pico de ave’ se pudiera pasar a un colectivo como ‘rastrojo’, aunque el rastrojo sea punzante, pocos serán los que quieran admitirlo. ↩