ESCOLLO, tomado del it. scoglio íd., procedente del dialecto de la Liguria; el genov. schêuggio, oc. escuelh (> fr. écueil) y el cat. escull proceden de un lat. vg. *SC֊CLU, variante inexplicada del lat. SC֊PŬLUS ‘peña’, ‘peñasco’, ‘escollo’.

1.ª doc.: 1607, Oudin; íd. Góngora (ed. Foulché I, 288).

Se halla también, algo más tarde, en Quevedo, María de Zayas, Novelas amor. y ejemp., ed. Amezua, p. 379 y en Ovalle, y de Oudin pasó a Minsheu (1623), pero falta en APal., Nebr., PAlc., Covarr., en el léxico de la Celestina y del Quijote y en otras fuentes medievales y clásicas. Góngora emplea el vocablo muchísimas veces, después de 1607 (Polifemo, Soledades, etc.), hasta el punto de que se convirtió en vocablo característico del estilo gongorino (vid. Alemany): esto indica palabra ajena al uso vulgar, italianismo reciente, apoyado en el lat. SCOPULUS; todavía en 1570 C. de las Casas no conoce al it. scoglio otro equivalente castellano que peñasco. También en portugués es palabra muy tardía: se lee en la Malaca Conquistada de Sá de Meneses (1634), en la Eneida de Franco Barreto (1664) y en Filinto († 1819), V. los dicc. de Moraes y Vieira; falta todavía en Bento Pereira (1647); ya lo registran los tratadistas del S. XVIII, Madureira (h. 1720 ó 30), Lima (1736) y Montecarmelo (1767), pero el más antiguo declara que es voz castellana1. La ausencia de nuestra palabra en la toponimia castellana y portuguesa, así como en los dialectos2, y su frecuente uso figurado y el tratamiento fonético3, son otros tantos indicios de su procedencia forastera; indudablemente los vocablos antiguos y populares fueron en castellano arrecife, peñasco y los préstamos laja y farallón. Otra cuestión es la del cat. escull (documentado desde princ. del S. XIV, en Muntaner, cap. 165; en el Spill de Jaume Roig, v. 12758, etc.), y hoy frecuente en la toponimia, por lo menos en las Baleares, y con pronunciación dialectal regular4: el tratamiento normal de la ֊ ante palatal muestra evolución autóctona. Lo mismo cabe decir del oc. ant. escuelh (documentado en el provenzal Raimon Feraut, princ. S. XIV), y si el fr. écueil deberá mirarse probablemente como occitanismo, no es por su fonética sino por su fecha moderna (un caso aislado de escueil en el S. XIV, pero todavía en el XVI empleó un autor la forma italianizante escoigle, prueba de que no era vocablo usual en el idioma).

El it. scoglio se halla desde princ. S. XIV (Fr. da Barberino, † 1348; Dante), pero su palatal gli indica forzosamente procedencia lígur tanto si partimos de SCOPULUS como de *SC֊CLU. En cuanto al genov. scheûggio (= sköo), oc. escuelh y cat. escull, sólo pueden explicarse fonéticamente a base de *SC֊CLU5, pues, como observa Parodi (AGI XVI, 339), las variedades lígures, como la de Bussana, que distinguen entre -PL- y -CL- (o -L?-) tienen scöju, forma que corresponde a este último grupo y no al primero; debe rechazarse, por lo tanto, la opinión de M-L. (ZRPh. XX, 137), luego defendida por Vidos (Parole Marin., 364-9)6, de que la forma lígur procedía de SCOPULUS, gracias a la confusión que en el moderno (pero no en el antiguo) dialecto de Génova se ha producido entre -PL- y -CL-, y que desde Génova se propagó el vocablo a los demás romances, gracias a un maravilloso sentimiento de la correspondencia fonética en el vocalismo; este punto de partida sólo sería admisible para algunas formas italianas. La razón de la deformación de SCOPULUS en *SCOCLU es oscura, pero se relaciona evidentemente con el carácter advenedizo de la voz SCOPULUS en latín (< gr. σκóπελος), carácter que pudo dar lugar a toda clase de deformaciones (p. ej. SCOPELLUS < σκóπελος, de donde formas sicilianas y dalmáticas, vid. Rom. l. c. y LVIII, 258-60), sea por dilación de la C precedente, sea por asimilación al caso de MANUPULUS > MANUCLU7, o sea por influjo de algún vocablo desconocido8.

DERIV.

Escollar. Escollera [Acad. ya 1843].

1 A pesar de ello, se inclina Cornu, GGr. I2, 55 22, 137, a creerlo autóctono, con el mismo tratamiento que TRIBULUM > trilho. Esto parece resueltamente inaceptable, pues -PL- no es -BL-, y se hace notar la ausencia de escolho en numerosos glosarios portugueses de la Edad Media y del S. XVI, que he consultado. Lo que aparece con este sentido en autores medievales es lagem (vid. CortesƟo y mi artículo sobre LAJA) y penedo (así en Azurara, 2.ª mitad del S. XV, vid. Jal), y éstas, junto con rochedo, arrecife y penhasco, son en efecto las expresiones castizas en portugués. Nótese también el uso preferentemente figurado de escolho (Fig., Filinto). La irregularidad de pronunciación, escólhos junto al singular escôlho, que llama la atención a Cornu, se explicará de la misma manera.―

2 Como he dicho s. v. ESCOBIO, no es creíble que este vocablo tenga que ver con SCOPULUS.―

3 El caso de trillo y enjullo debe mantenerse aparte pues que ahí se trata de -BL-: comp. doble < DUPLUS. Como resultado de *SC֊CLU habríamos tenido *escojo en Castilla y *escueyo (o *escuejo) en asturiano-leonés.―

4 S’Escui d(a)urat es, p. ej., uno de los islotes que rodean a Ibiza (BDLC XII, 52).―

5 La afirmación, que viene repitiéndose desde Montoliu, de que en catalán -PL- puede dar -ll- sólo se apoya en el caso de escull; los demás que se citan (dollar, colla) se basan en etimologías falsas, y poll supone un dimisilado *PĶC’LU (comp. ribag. coplle *CĶPULU). El resultado bien conocido de -PL- en catalán es -bl-: doble, cobla, poble, reble, rublir, etc. Una forma cat. escoll, citada por M-L., no existe.―

6 El propio M-L. abandonó esta opinión en REW3, 7738. Bertoni, AGI XXIV, 333-4, rechaza pertinentemente la de Vidos. Véase también Skok, Rom. LVII, 465-78, 610; en cuanto al origen veneciano, defendido por éste, no es posible por las razones que indica Vidos. Con el caso del vencc. scogio comp., sin embargo, el venec. (soto)scagio, istr. scaio ‘sobaco’ que bien parece venir de SCAPULA ‘hombro, espalda’ (RF XIV, 439).―

7 Comp. STUPULA > STUCLU > estoulh en ciertos dialectos gascones (Vocab. Aran., p. 11), donde tampoco cabe hablar de un «cambio de sufijo».―

8 No de SPECULA ‘atalaya’, como quería d’Ovidio, pues sólo en el lenguaje poético podía llegar a significar ‘montaña’.