RABO, probablemente del lat. RAPUM ‘nabo’.

1.ª doc.: Berceo.

De uso general desde los orígenes: en J Ruiz está el compuesto rabigalgo, y en cuanto a rabo figura en los glos. del Escorial y de Toledo (h. 1400), en APal. (521d), Nebr. («r. de animal: cauda; r. de vestidura. syrma; r., por el culo: podex»), etc. Cej. V, § 50. Es voz de tono más plebeyo que cola, pero también mucho más expresiva y popular: cola se reserva sobre todo para las acs. figuradas y traslaticias (‘fin’, ‘lo que sobreviene después’, ‘apéndice de un vestido’, etc.), mientras que rabo es más empleado hablando del de los animales o como término pintoresco aplicado al hombre. El habla popular distingue perfectamente entre rabo y cola en el uso fraseológico. Así en valenciano (donde rabo es desde luego castellanismo, aunque ya arraigado) rabo es sólo la parte carnosa y coa la parte peluda de la cola de un caballo o de una zorra; coa es la de los animales inferiores (pez, gusano, lagartija), mientras que un perro, un gato o un ratón sólo tienen rabo; también en los empleos figurados: se habla del rabo de una sartén, de una escoba y análogos, pero de la coa de una cometa, de un cohete, de un vestido femenino; se dice coa (nunca rabo) para una hilera de gente que espera, etc. En líneas generales esto podría aplicarse también al castellano (o al gallego: «Deus puxo rabo ós cabalos», «o rabo d’unha ó», Castelao, 86.32, 209.19).

Nuestro vocablo es común con el portugués, donde ha eliminado el antiguo coa, y ya se encuentra en un fuero de h. 1200 (escrito en la zona limítrofe de León: CortesƟo; muchos ejs. desde el S. XVI en Moraes). En el sentido de ‘cola’ y análogos apenas se encuentra nada análogo a rabo en los demás romances; sólo es probable que haya relación con Guienne rabo ‘pantorrilla’ (Mistral), con el cual Nigra une Brescia ravott «gamba e coscia di bambino paffuto» (AGI XIV, 373-5): esto supondría que una variante de rabo había existido en el sentido de ‘cola’ en hablas del SO. de Francia y Norte de Italia, y que luego trasladó el significado; por lo demás las varias voces fr. e it. que Nigra quisiera relacionar con rabo tienen más bien otros orígenes (para el fr. râble ‘rabadilla de liebre o conejo’, V. ahora Bloch-Wartburg), a no ser que la voz jergal francesa raboin e italiana rabuino ‘diablo’ se explique por un cruce del tipo fr. babouin ‘mono’, ‘espantajo’ con un préstamo del cast. rabudo.

En definitiva rabo ‘cola’ es un tipo léxico estrictamente hispano-portugués. Su origen a primera vista no parece claro. Diez, Wb., 480, proponía derivarlo del lat. RAPĔRE, partiendo de la idea de ‘arrastrar’, pero en realidad RAPERE no era ‘arrastrar’, sino ‘arrebatar a la fuerza’, con posibilidad de que sea ‘llevarse arrastrando’: de todos modos la idea de ‘arrastrar’ es accesoria en RAPERE, y además esta etimología no tiene probabilidad alguna en ningún sentido. Mucho más convincente es la idea de Mahn (Etym. Untersuch., 46) de partir del lat. RAPUM por comparación de este tubérculo al arrancarlo, provisto de follaje en la punta, con una cola peluda en su extremo: recordaba Mahn que el alem. rübe, sinónimo de RAPUM, designa también la parte carnosa de la cola del caballo. En su apéndice crítico rechazó Diez esta opinión insistiendo en que los idiomas suelen designar la ‘cola’ a base de la idea de ‘cosa arrastrada’ o ‘movida de un lado para otro’. Sin embargo, la etimología de Mahn ha encontrado aceptación, haciéndosela suya Nigra, A. Thomas (Rom. XXIX, 189-190, y Mélanges d’Étym. Fr.), la Acad. y M-L. (REW 7065). En mi opinión, si no surgen novedades improbables, esta aceptación será definitiva, pero conviene eliminar de una vez las dudas semánticas que expuso Diez.

Primero, si comparamos la rica colección de denominaciones de la ‘cola’ reunidas por Buck en su diccionario semántico (4.18), veremos que el carácter postverbal que ve Diez como típico de los nombres de esta idea está lejos de ser predominante; en realidad casi se reduce al alemán, donde por cierto se presenta repetidamente: schwanz de schwanken ‘bambolearse’, schweif de schweifen ‘vagabundear, divagar’, zesche de zeschen ‘arrastrar’, schleppe de schleppen íd., y aun adviértase que estos dos últimos sólo designan la cola de un vestido, de suerte que el paralelo con rabo junto a RAPERE es puramente ilusorio. Mucho más común es que se haya designado el rabo por comparación con objetos concretos de forma más o menos alargada o puntiaguda o colgante. Dentro del orden de ideas aludido por Mahn empecemos por recordar el cast. hopo ‘cola peluda’, propiamente ‘penacho’. Pero se trata de un lugar común a infinitos idiomas: ingl. tail, escand. tagl emparentados con el scr. daçā ‘franja en un paño’; alem. sterz, escand. ant. stertr afines al gr. στóρȎƓ ‘espigón, punta’; eslavón opašĭ derivado de pachati ‘abaniquear’, ošibŭ derivado de šiba ‘varita’; escand. ant. hali, danés hale, hermanos del irl. cail ‘lanza’ y del gr. κŲλον ‘venablo, flecha’; bret. y córn. lost = galés llost ‘lanza’; galés cynffon, compuesto con ffon ‘bastón’. La supuesta comparación con el nabo no está lejos de este orden de ideas, tanto menos cuanto que rabo ha designado también el ‘miembro viril’, según recuerda Rz. Marín1.

Pero sobre todo es un hecho el que muchos idiomas designan el rabo precisamente con el nombre del ‘nabo’, o más precisamente la ‘naba’ o ‘nabo redondo’, que es lo que significaba el lat. RAPUM, de mayor tamaño que el NAPUM o nabo ordinario. Aparte del alem. rübe ‘naba’ que designa más precisamente el maslo de la cola del caballo, otras lenguas germánicas han convertido la forma correspondiente del nombre de esta hortaliza en la denominación ordinaria de la cola: noruego rôve ‘cola’, isl. mod. rôfa ‘cola del gato o del perro’, escand. ant. rôfa ‘parte huesosa de la cola del caballo’. Creo seguro que éste es también el origen de una denominación de la cola difundida en la mayor parte de las lenguas eslavas, en particular el svcr. rep2, esloveno rèp ‘cola, rabo’, ‘mango’, polaco rz༜࿃ «caulis caudae», checo řap ‘mango de cuchara’, vendo rep ‘cola’, sorabo řep ‘columna vertebral’, lusacio rjap ‘sacro’, ruso rěpitsa ‘cola de los vertebrados, prescindiendo de su parte lanosa o peluda’, ‘el conjunto de las vértebras caudales’3: salta a la vista la identidad del ruso rěpitsa con el eslavón rěpitsa ‘nabo’ diminutivo de rěpa ‘naba’, y no es menos probable que el serviocroato rep y sus hermanos sean derivados del serviocroato repa, etc. ‘naba’4. Finalmente terminaré indicando que el propio cast. nabo vale ‘tronco de la cola de las caballerías’ y que el lat. CAULIS, propiamente ‘col’, significaba lo mismo según Plinio; es más, bien podría ser que el lat. CAUDA, considerado hasta ahora de origen desconocido, no sea otra cosa que variante fonética y morfológica de CAULIS, con lo que se aclararía el misterio de la l del it. merid. caula, cola, y del cast. COLA 5.

DERIV.

Raba ast. ‘parte trasera del carro’ (V). Rabacil ant. ‘nalga’ [h. 1500, J. del Encina, Fcha.], quizá mozár. (*RAPICELLUM). Rabada [Acad. S. XIX]; rabadilla [Nebr.; med. S. XVI], rabadal o rabal ‘rabadilla’ ast. (V). Rabear [h. 1400, glos. de A. Castro; «caudam motito», Nebr.]; rabeo. Rabera [1640, Mz. de Espinar]; raberón. Rabicu ast. ‘rabicorto, rabón’, ‘fruta sin pezón’ (V); rabicar ‘derrabar’, ‘arrancar el pezón’ (V). Rabil ‘cigoñuela que sirve para mover los molinos de mano, las ruedas de afilar, etc.’, ast.; rabilar ‘dar vueltas al rabil’ (V). Rabillo. Rabiza [1609, J. Hidalgo; Aut.]. Rabón [Covarr.]; rabona, hacer ~ o la ~ ‘hacer novillos, faltar a la escuela’ en la Arg. y partes de España (Cuervo, Ap., § 634; A. Reyes, La Prensa, 17-VIII-1941): propiamente ‘volverle el rabo’. Raboso [Aut.]; rabosear [íd.]; raboseada, raboseadura. Rabote; rabotada; rabotear; raboteo. Rabudo [Aut.]. Rabuya ast. ‘esteva del arado’ (V); rabuyales ‘créditos de poca monta’ (V) (propiamente ‘rezagos’). Derrabar [«cauda mutilo; trunco; curto», Nebr.; Oudin 1607]; derrabado; derrabadura [íd.]. Enrabar. Sorrabar. Gall. rabuxo ‘el rabito malo con que nacen los gatos y que si no se les quita no crecen’; rabuxento ‘ridículo, y que anda gruñendo de continuo’ [como un gato] (Sarmiento, CaG. 78v). Además V. RAPOSA y RAPE.

CPT.

Rabicano [Aut.], así llamado porque tiene algunas cerdas blancas en la cola: de donde se tomaron el it. rabicano y el fr. rubican [«le cheval rabican, c’est-à-dire bay, ayant poil gris en quelques endroits, mesmement à la queue», 1559: Ant. Thomas, Rom. XXIX, 189-190]: la variante cast. rabicán [Oudin; fin S. XVII, Aut.] hubo de tomarse del gallegoportugués o volvió a tomarse del fr.; rubicán [Oudin; Aut.] alterado por etimología popular; precisiones semánticas, A. Alonso, El Problema de la L. en América, 170; del fem. rabicana es alteración por etimología popular rabiacana ‘arísaro’. Rabiatar (Cuervo, Disq., 1950, 382). Rabicorto. Rabigalgo ant. ‘(queza o zamarra) de cola larga como un galgo’ J. Ruiz, 1219). Rabihorcado [1492, Friederici, Am. Wb., 539]. Rabilargo. Rabisalsera [Aut.], propiamente ‘que mueve el rabo de un modo picante’ (comp. tomillo salsero, etc.); revisalsero ‘entremetido, husmeador, enredador’ bilb. (Arriaga). Rabisecu ast. ‘que comienza a secarse (planta)’ ast. (V). Rabopelado.

1 A propósito del Coloquio de los Perros, Cl. C., p. 251, donde en su opinión se sustituyó rabo por cola con el objeto de evitar el carácter malsonante de aquella palabra.―

2 G. Bilinié, Dizionario Pratico It.-Jugoslavo e Jugosl.-It. Es efectivamente el nombre usual de la cola en serviocroato: «iz torbaka virilo peȼenje, gibanice, hljeba i dugih repova luka kozjaka» = ‘del saco salieron asados, pasteles, pan y las largas colas de los ajos cabrunos’, leo en la novela de Sandor Gjalski, Perillustris ac Generosus Cintek (Djela, ed. 1934, VI, 262).―

3 Vid. S. B. Linde, Sownik Jȇzyka Polskiego; Dalj, Slovarĭ Russkoĭ Jazyka; Akademija Nauk, Slovarĭ Tserkovno-Slavjanskago i Russkago Jazyka. Es cierto que Brückner, Sownik Etymologiczny Jȇzyka Polskiego, se abstiene de dar etimología al pol. rz༜࿃.―

4 La única dificultad que ofrece esta etimología, por lo demás obvia, está en la forma polaca, cuya no corresponde a la ě eslavona, sino a ȇ si estoy bien informado. Pero en este unto el polaco está aislado, pues las formas de las demás lenguas eslavas sí corresponden a ě o no deciden entre las dos posibilidades (así el checo y el serviocroato, haría falta conocer la forma de los dialectos ikávicos, que distinguen entre las dos vocales); desde luego la ě rusa es inequívoca (ȇ da ja en ruso), y si entiendo bien el texto de Miklosich la vocal breve del esloveno rèp es también incompatible con una ȇ originaria (V. la Vergleichende Lautlehre der sl. Sprachen de este autor, pp. 310 y 489-90; Leskien, Serbokroatische Grammatik, § 37). Sé muy bien que Scheftelowitz (Idg. F. XXXIII, 143) propuso relacionar el polaco rz༜࿃ y congéneres con el lat. verpa ‘miembro viril’, gr. ǦǠψ ‘varita’, a. alem. ant. worf ‘mango de la guadaña’, es decir con la raíz indoeur. ?ERP-, pero Walde-Pokorny (I, 277) califican con razón de «muy problemática» esta idea, pues esta raíz no tiene elementos nasalizados, de suerte que explica tan poco la nasal del polaco rz༜࿃ como la etimología que lo identifica con rěpa ‘naba’. Creo que se impone considerar esta forma polaca, dado su aislamiento, como debida a una contaminación, que podría ser ora la del eslavón rbŭ ‘pingajo’, ora la confusión con el germanismo homónimo rz༜࿃ ‘marisma’, tomado del alem. sumpf, pero ya nacionalizado como polaco en el S. XV.―

5 Adviértase que el lat. rapum además de la ‘naba’, designaba el mazo de raíces de un árbol arrancado, que recuerda precisamente un rabo. Quizá no sea preciso admitir con Buck que el cast. rabo empezó denominando la cola del cerdo, muy igual a la de un rábano. Datos folklóricos y fraseológicos sobre el uso de la voz rabo en Cuba: Ca., 180.