QUEDO, del lat. QUIୱTUS, -A, -UM, ‘quieto, apacible, tranquilo’, propiamente participio de QUIESCĔRE ‘descansar’, ‘estarse quieto’.
1.ª doc.: Cid.
El duplicado culto quieto, que le ha sustituido, está ya en C. de las Casas (1570), y es muy usual desde princ. S. XVII (Quijote).
DERIV.
Quedito.
Quedar [un solo ej. y dudoso en el Cid, 283; pero ya es frecuente en Berceo, Alex., Apol, J. Ruiz, etc.: de uso general desde el S. XIII; mozár. quedarse en ȟarǤa trasmitida por un poeta del S. XI o XII, Al-And. XVII, 105]1, del lat. tardío QUIETARE ‘aquietar, hacer callar’, sólo conservado por el port. quedar ‘estar quieto’, ‘permanecer’, y el it. chetare ‘aquietar, apaciguar, hacer callar’2. Queda [queda, quada, aqueda, en el F. de Avilés, Oelschl., quizá correspondan ya a este vocablo, del que no vuelvo a hallar noticias hasta ley de 1525, Aut.; otros ejemplos de principios del S. XVI en HispR. XXVI, 290; para el uso en Canarias: BRAE VII, 341], postverbal de quedar. Quedado [Berceo, S. Dom., 566; Apol, 457c; Alex., 405, 862, 1876] ‘quieto, sosegado’ (corresponde a la antigua construcción tr. de quedar); quedau ast. ‘el bolo que para jugar se coloca más cerca del biche’ (V). Quedada [«mansio», Nebr.]. Tomado del cast. quedado es el vasco vizc. y guip. geratu ‘quedado, detenido’ con -r- de -d- por disimilación (Michelena, BSVAP XII, 371). Quedamiento. Quedante. Aquedar [Berceo, S. Dom., 377; Alex.; Fn. Gonz.]; aquedador.
Cultismos. Aquietar [h. 1580, Fr. L. de León] o quietar [2.° cuarto S. XV, Santillana, y todavía en Fr. L. de Granada y Cervantes: Cuervo, Dicc. I, 601-2], forma adaptada a lo hereditario en gallego: «despóis de tres horas fun-me quedando na lentura das sabans, e cando chegou o día xa fuxiran os medos todos» (Castelao, 195.16); aquietador. Inquieto [1515, Fz. Villegas (C. C. Smith, BHisp. LXI); med. S. XVI, Alonso de Orozco]; inquietar [Corbacho, C. C. Smith; h. 1600, Aut.], inquietador, inquietante, inquietación; inquietud [1515, Fz. Villegas, C. C. Smith; Quevedo]; quietud 1515, Fz. de Villegas (Smith, BHisp. LXI)]. Aquiescencia [h. 1800, Jovellanos, DHist.], derivado culto del lat. acquiescĕre ‘descansar, entregarse al reposo’, ‘consentir calladamente’. Recle m. ‘el tiempo que se permite a los prebendados estar ausentes del coro, para su descanso’ [ya en 1497, Const. Igl. Badaj., R. E. Extrem. XII, 347, Mtz. López; Aut.], alteración del lat. requies, -ētis, ‘descanso’ (si la forma recre citada por Acad. existe realmente, no prueba, sin embargo, que el vocablo venga de recrear, idea imposible por obvias razones morfológicas). Irrequieto, derivado negativo de requiescere ‘descansar’.
Tranquilo [Santillana, C. C. Smith; 1582, Góngora, ed. Foulché I, 25; ya corriente en el Quijote, pero falta en Covarr. y C. de las Casas, que sólo admiten tranquilidad; éste traduce el it. tranquillo por sossegado], tomado de tranquillus íd., que parece ser derivado de la raíz de quies, -etis; tranquilidad [h. 1440, A. Torre, C. C. Smith; 1570, C. de las Casas]; tranquilar [princ. S. XVII, Paravicino, Aut.] y más tarde tranquilizar [Aut.]; tranquilizador.
1 ‘Cesar, desistir, dejar de’ S. Dom., 554, Alex., 1823b, J. Ruiz 522b, 833; ‘pararse, descansar’ Sem Tob (citado en ALREDEDOR), «no quedaré fasta lo traer aquí» Lanzarote de 1414 (RFE XI, 295). Quedarse ‘quedarse quieto’ Mil., 731d, ‘dormirse’ Alex., 862. Quedar tr. ‘aquietar, hacer callar’ en Calila, Alex. (1520d), Apol., 179b y otros textos medievales: éste sería el sentido primitivo, de donde nació luego quedarse, y después quedar intr.; más anómalo es en el sentido de ‘dejar, tr.’, con el cual aparece en el S. XVI, hoy en Colombia y Extremadura, y en algún autor español (Gillet, ARom. XIX, 441-2, rectificando a St. Lyer, ARom. XVIII, 421-6; Toro, BRAE VII, 611). Quedar de: Cuervo, Disq., 1950, 362; quedar que: «fuése... quedando que otro día volvería» La Gitanilla, Cl. C., 24; quedar a deber ‘adeudar’ R. de Reynosa, fin S. XV, Philol. Q. XXI, 41; Rz. de Alarcón, Las Paredes Oyen, Cl. C., 204; «mientras voy a la plaza / pon la messa y queda adiós» Vz. de Guevara, La Serrana de la Vera, v. 1815, donde hoy decimos queda con Dios; quedar a pedir ‘tener que mendigar para comer’ en el Norte argentino: O. di Lullo, Canc. de Santiago, p. 442.― ↩
2 Es castellanismo, aunque ya del todo arraigado, el cat. quedar ‘permanecer’, que ya aparece en 1594 (Hist. de Sóller II, 132); carecen de valor los argumentos de Alcover, BDLC XI, 239-40, en favor del carácter castizo del vocablo: la mejor prueba es que no hay un adjetivo cat. *quet, queda, aunque el adverbio quedament aparece en un par de textos de fines del S. XV y será castellanismo temprano (quet, queta, hoy en Valencia es vulgarismo en lugar de quiet, como pacència, conscència, o catalanización exagerada del cultismo, como ambent). Los dos ejs. de queda y quedar en textos de Bayona y Burdeos, de fines de la Edad Media (Levy), sólo pueden indicar que el vocablo existió en gascón (o lo tomó éste del cast.), pero no interesan para el catalán. Quet en el Dante de Febrer es uno de tantos burdos italianismos de esta traducción. Otro indicio del castellanismo es que queda se pronuncia con e cerrada en cat. oriental. ↩