ALREDEDOR, del anticuado alderredor, compuesto de al y el adv. derredor y éste de redor, preposición que significó asimismo ‘detrás’ y ‘cerca de’, y procede del lat. RETROdetrás’.

1.ª doc.: redor, prep., princ. S. XIII (Cron. Villarense, Berceo); derredor adv., Cid; alderredor; Sem Tob (1350-69); alrededor; en el Amadís y ya frecuente S. XVI.

Para el detalle de la demostración y fuentes de datos, V. mi etimología en RPhCal. I, 23-31. Redor se construyó primero como una verdadera preposición («vido redor el monte una bella anchura», «yazién todos revueltos redor la sepultura», «fuese redor la villa la rebuelta faziendo»1; en las Ctgs. «buscando redor sí pedra» 399.29), y sólo más tarde, muy adelantado el S. XIII, cuando se reemplazaron los antiguos cerca la mar, detrás el calze, dentro la casa por cerca de, detrás de, dentro de y análogos, se introdujo redor de, luego ampliado con la añadidura de otras preposiciones: de redor de, enderredor de, etc. Redor, que al principio no se empleaba como adverbio, era palabra proclítica como las demás preposiciones, y no llevando acento alguno se explica que RĔTRO diera redor (comp. retoro, nota 3) tal como PRO dió por, como el ár. Ʌátta dió até en portugués, y tal como hallamos mader de piadát (en Berceo) por dre de piedád. Parece claro que el autor del Alex. empleaba todavía redro por ‘alrededor’ o ‘cerca de sí’: los copistas, no entendiéndolo, escriben redrosse (O, 1875a), pero rededor de en el ms. P, en desacuerdo con el metro; léase «redro sí la talaya mandó fer un roído». Pero como las demás preposiciones locativas, tras, delante, cerca, dentro, se empleaban al mismo tiempo como adverbios, el paralelismo arrastró a redor y se empleó éste a un tiempo como adverbio y como sustantivo, de donde nació el empleo con artículo, que al final ha predominado en las formas alderredor y alrededor. En cuanto al significado, el cambio es solidario de los demás realizados en las preposiciones de lugar: CIRCAalrededor’ (> cerca) sustituyó a PROPEcerca’, ILLINCde allí’ (> allende) reemplazó a TRANSmás allá’, y TRANS (> tras) a su vez tomó el lugar de RETROdetrás’, dando lugar a que éste pasara a ocupar el sitio que CIRCA había dejado vacante. Tal cambio no es una mera hipótesis, pues la ac. ‘cerca’ la hallamos expresada por redor en el Cronicón Villarense, en un pasaje que se repite en el mismo texto, pero con la palabra cerca en lugar de redor, y en un inventario aragonés de 1331 se habla de unas tenaças para derredor del fuego. El vocablo arredor aparece en una ctga. de Alfonso el Sabio, ya con el traslado de la r y del acento rimando en -or, pero todavía con el sentido etimológico ‘detrás’. Los coteifes o malos guerreros cristianos huyen delante de los almohades o zenetes rapados a la moda marroquí: «os coteifes orpelados / estar mui mal espantados / e genetes trosquilados / corriann-os arredor: / tinhann-os mal espantados / ca perdiann-a color» R. Lapa, CEsc. 21.10 (y cf. p. 666). Y el sentido etimológico debe de conservarse en gallego hasta hoy, a juzgar por varias coplas populares: «vale mais un toxo verde / plantado na miña horta, / que unha mala veciña / d’arredor d’a miña porta» (recogida en Ares, partido de Puentedeume), donde vale ‘detrás’, y «eu pedinlle a unha nena / n’o arredor d’a restreba [‘rastrojo’]; / eu pidinlle y ela doume: / Noso Señor ll’o arreceba [‘se lo premie’]», donde puede ser ‘cerca de’ o ‘detrás de’ (Pérez Ballesteros, Cancionero Pop. Gall. I, 210; II, 246). Oo redor es también ‘cerca de, junto a’, ya en Gil Vicente: «Vinha agora per - elí / oo redor da minha vinha / e hum clérigo, mana minha / par Deos, lançou mƟo de mi» (Inés Pereira, ed. príncipe, p. CCXIV); intento de violación en despoblado, situación idéntica a la de n’o arredor d’a restreba del ejemplo anterior: algo que puede ocurrir ‘cerca de’ un campo o una viña, pero no ‘en torno a’ lugar alguno. Está también esto en gallego antiguo seen en redor, MirSgo. 136.16, donde uno de los textos latinos trae retro (otro, in circuitum). Y hoy este uso debe tener gran extensión en Galicia pues se lee varias veces en escritos de Castelao: «a Santa Compaña fai falla nas cociñas ó redor da lareira, cando zoa o vento», a una gallina le gustaba que el pollo galán y joven «se esperguizase ó seu redor» 185.20, 231.20 (en 162.17 quizá sea ‘en torno’). Por lo visto, también en el Alto Aragón se conserva hasta hoy redor de con la acepción etimológica ‘detrás de’. Badia, El Habla del Valle de Bielsa, pág. 25b, explicó así el artículo chiflar de su glosario: «Silbar. Se dice que antes, durante la misa de Nochebuena, dos pastores, en el fondo del coro, gritaban como las ovejas y silbaban, como para hacer una composición de lugar del Nacimiento del Niño Jesús». Ahora bien, mi informadora belsetana Rosa Vidaller, al hablarme espontáneamente del mismo episodio folklórico, en setiembre de 1965, me lo describía con las palabras «chiflaban para redor del coro de la ilesia». De donde resulta que redor del coro significa lo mismo que en el fondo del coro.

En fin hallamos testimonios del cat. rosell. rere (RETRO) en docs. antiguos con claro valor de ‘cerca de’: «del bestiar... que l’agués noyrit, o l’agués comprat e que l’agués tengut mig ayn rere si... no’n paga res de leuda» a. 1310 (RLR X, 247), «lo qual compte tenim rera nós» a. 1379, «vos doni tot moble que meu sia, que rere vós hajats ni tengats en vostre poder, per fer a tota vostra voluntat» (Alart, Invent. de la Llengua Cat., s. v.).

Luego RETROdetrás’ tomó primero la ac. ‘inmediatamente detrás de (algo)’, ‘cerca de (algo)’ y después ‘en la cercanía’, ‘alrededor’, ‘en torno’, paralelamente a lo ocurrido con el verbo arredrar, derivado de RETRO, que es ‘apartar, reparar, poner aparte’ en castellano antiguo y gallegoportugués, gall. arredo ‘lejos’, frprov. rière ‘en territorio de’.

Anteriormente se habían propuesto etimologías que deben abandonarse. Storm propuso *ROTATORIUM, derivado de ROTARErodar’, rectificado en ROTATOREM por Leite de V. (RL III, 1895, 269) y M. P., en vista de que -TORIUM hubiera dado -dero en castellano; pero si bien ROTATOREM pudo dar *redador, esto tropieza además de otras dificultades, con la historia del vocablo, que fué antes preposición y no consta nunca como nombre de agente, y fué antes redor y de redor que rededor. Spitzer sugirió un comparativo DE *RETRIORE LOCO, pero no hay huella alguna de tal comparativo en latín o en romance ni es verosímil que de un adverbio o preposición pudiese derivarse un adjetivo comparativo.

F. Lecoy en un artículo reciente, RPhCal. VII, 35-43, rechaza la etimología RETRO, por el fácil procedimiento de no mencionar más que las partes menos evidentes de mi argumentación (que yo empleaba sólo con carácter auxiliar) y silenciar o ignorar del todo los argumentos más fuertes y los paralelismos más elocuentes: las tenazas para derredor del fuego ‘junto al fuego’ del inventario de 1331, el frprov. rière ‘en los alrededores de’, los gall. (d)ar redor de ‘detrás’ y arredo ‘lejos’, el ingl. about ‘fuera’ > ‘alrededor’ y el eslavo za ‘tras’ > ‘junto a’ prueban realmente que RETROtras’ pudo tomar otros sentidos locativos como ‘cerca’ o ‘alrededor’ y demuestran que de hecho los tomó. También en el aspecto fonético soslaya Lecoy la cuestión al entretenerse en probar, sin necesidad alguna ―a moro muerto gran lanzada―, que en los sustantivos como robre, ubre, azufre, no hay variantes con trasposición de la r, pasando por alto que redor fué preposición átona y proclítica, donde el traslado de la r, en sílaba pretónica, era tan natural como en PRO > por, apretar > apertar, prelado > perlado, estrumento > estormiento, FRUMENTUM > cat. forment y otros tantos, de suerte que la oposición entre el adverbio riédro y la preposición redoŕ era de la misma naturaleza que la existente entre sóbre y sober-´ (soberceja, Alex. 378b, 1875a)2, o éntre junto a enter-´ (gall. ant. enter, y con asimilación a la l del artículo, ente). Es como si Lecoy se empeñara en probar que DEPOST no puede ser el étimo del it. dópo porque una É ante P no se cambia en ó, citando lepre, ceppo, Giuseppe, cepa, y callándonos el hecho básico de que dopo primitivamente no fué más que preposición, luego voz proclítica, y por tanto su o es comparable a la de domani, dovere, etc. También aquí silencia las pruebas más irrefutables: el retoro del documento de Cardeña de 9633, el redro = rededor correspondiéndose en los dos mss. del Alex. y la o abierta del port. red྿r (prueba de que se trataba de una o originalmente átona, que sólo con carácter secundario llegó a acentuarse).

Lo que Lecoy propone como mejor apenas merece discusión. Se trata de uno de los étimos «construídos», a que tan apegado se muestra el autor del notable libro sobre el Arcipreste de Hita, en sus incursiones en el campo etimológico. Por lo demás ese *ROTOR y toda su pretendida documentación los encontró Lecoy en un vetusto trabajo de Boucherie (RLR IX, 1876, 22-23), aficionado de los tiempos heroicos4. Pero los dos textos en que Boucherie y Lecoy creen documentar este *ROTOR no tienen valor alguno. La fórmula merovingia del S. VII es un texto extravagante, corrompido y en parte incomprensible (según reconoce Lecoy); traducir «buccas inflat in rotore» por «il gonfle les joues en tournant autour de vous» es abusar de los sobreentendidos; y en fin la rima talone : rotore (como dilator : falsator y sudore : pudore, etc.) sugiere que rotore sea mera errata del copista por rotone, cualquiera que sea el sentido de esta palabra, desde luego sin relación con lo que nos interesa. En cuanto al roors de la Vie de Saint Léger, era disculpable que el bueno de Boucherie se equivocara, pero sorprende que Lecoy no vea: 1.º que en el lenguaje del siglo X es inadmisible una pérdida de la -T- intervocálica y por lo tanto roors no puede derivar de ROTA, 2.º que «grande comme une roue» es una comparación incongruente (hay tantas ruedas pequeñas como grandes) y que no conviene al contexto, y 3.º que ro(v)or es una palabra muy conocida en francés y procedente de RUBORarrebol’: véanse 5 ejemplos medievales en Godefroy (la roveour del soleil, la roveur du feu, etc.) y recuérdese el frprov. raveu, rover, ‘arrebol del alba o del ocaso’, ‘resplandor del fuego’, atestiguado en todos los cantones de Suiza (REW 7413); está claro que esta «grand claritet... si cum roors in cel es granz, et si cum flammes clar ardanz» se compara con el arrebol de la aurora llenando gran parte del cielo5. Examinando ahora la posibilidad de un *ROTOR derivado de ROTA, podemos contentarnos con negarla sumariamente, pues no hay otro caso alguno de una formación en -OR derivada de un sustantivo de sentido concreto y material como ROTA, y tal hipótesis repugna completamente a nuestro sentido de la lengua latina y de la romance. En una palabra, Lecoy no ha aportado en su artículo ni un solo hecho nuevo acerca de la historia de redor y alrededor. En cambio ha cerrado los ojos ante los datos fundamentales: que redor preposición aparece en masa desde el año 1200 (Liber Regum, Berceo), (der)redor adverbio desde hacia el mismo tiempo6 y el sustantivo redor sólo desde Covarrubias. Pese a este lenguaje elocuente de la cronología, se empeña Lecoy en poner el tentempié cabeza abajo y hacernos creer que el étimo no es una preposición-adverbio como RETRO, sino un sustantivo. La etimología RETRO quizá no es segura, pero *ROTOR no puede retener la atención de los eruditos.

G. Rohlfs ha tomado posición en ASNSL, 1955, 44-46, contra mi etimología. No contestaría, puesto que no hace falta convencer a todo el mundo, si él no hubiese tomado como base de su razonamiento un dato que, aunque evidentemente falso, podría fácilmente pasar por cierto, refiriéndose a asunto tan mal conocido fuera de Portugal como el timbre de las vocales en aquel país. Para quitar valor al indicio que saco de la o abierta del port. redor, afirma él que así ocurre con todos los vocablos portugueses formados con el sufijo lat. -OR o -TOR; pero todos los ejs. que cita de estos sufijos (y otros centenares, o por mejor decir todos los existentes) se pronuncian precisamente con ô cerrada: Moraes registra sabôr, verdôr, frescôr, louvadôr, vendedôr, etc.; Madureira sabôr, verdôr, vencedôr, assadôr, atiradôr, etc.; Cornu (GGr. I, 2.a ed., §§ 24, 26) no sólo menciona varias docenas de voces en -ôr, sino que explica en forma convincente las dos únicas excepciones, los comparativos maiór, menór (pronunciación contradicha, por lo demás, por el habla antigua y los dialectos), como debida a influjo de la forma contracta mór < maôr MAJOREM. NO habiendo contracción en redor, deberíamos tener ô si viniese de un abstracto en -OR, -ĶRIS.

En lo demás es inútil insistir, y me contentaré con observar: que Rohlfs silencia también el hecho fundamental de todo el problema, a saber que redor es preposición en el S. XIII, llegando hasta el extremo de alterar (siguiendo a uno de los copistas) el hemistiquio mas redor la imagen de Berceo en el amétrico mas redor de la imagen, y a base de esta lección interpolada pretende sentar su afirmación de que redor no es proclítico; que la tardía latinización rotor, desprovista de valor, del Fuero de Teruel, no sólo no se me escapó, sino que fuí el primero en citarla (vid. nota 9) que el doble género de redor, lejos de servir para probar nada, era inevitable, en cuanto se llegó a sustantivar la preposición-adverbio, puesto que todos los sustantivos en -or tenían ambos géneros en castellano antiguo; y que (sin entrar en el análisis de los ejs. de formaciones en -or citadas por Rohlfs, de fecha y procedencia heterogéneas), siendo así que ROTARE significaba ‘rodar, dar rumbos’ o a lo sumo ‘dar vueltas sobre sí mismo’, pero nunca ‘rodear, cercar’, era palabra tan poco adecuada como ROTA para servir de base de un problemático *ROTORE, formación que Rohlfs mismo califica, eufemísticamente, de «algo extraña».

En cuanto al traslado de acento rédor > redór, es fenómeno frecuentísimo en las preposiciones y demás voces proclíticas. Como Rohlfs insiste (ASNSL CXCII, 163) en ponerlo en duda, con la peregrina afirmación de que el traslado se produce sólo en sentido contrario (peró > péro, depó > dópo, etc.), habrá que gastar todavía algunas palabras en asunto tan trillado. Todos sabemos el porqué del cambio: en principio no se acentúa ni sinó ni síno, se dice sìnò, y con el acento grave quiero indicar precisamente la falta de toda acentuación: son palabras puramente átonas, proclíticas. Más tarde un acento secundario puede desarrollarse, indiferentemente en la primera o en la segunda sílaba, acento que puede acabar por hacerse firme y fuerte. En realidad, tan originaria, o tan poco originaria, es la acentuación del it. perché o del barcelonés perqué como la del cast. pórque y el mall. pérque: quien asegure que se pasó de perqué a pérque yerra tanto como el que afirme lo contrario. El proceso puede repetirse en una misma lengua, ora en un sentido, ora en el otro: el lat. ALէQUEM se acentuaba en la A, y así se acentúa hoy su descendiente el cast. alguien, pero en el port. alguêm el acento recae en la última sílaba, y ahí tiene Rohlfs un caso de traslado en el sentido que él niega; a fuerza de emplear siempre el vocablo en combinaciones como ÀLIQUEM VÉNIT se perdió el acento y luego acabó por concretarse de nuevo en la ε de ALIQUEM: pero el caso es que el cast. alguien, en la Edad Media, hubo de acentuarse como en portugués, según prueba la diptongación, y sólo más tarde vino a repetirse el proceso en sentido contrario, es decir, que hubo un desarrollo en zigzag ÁLIQUEM > alguién > álguien. En catalán mossényer ‘monseñor’, combinado con su sinónimo En, y empleado como título de reverencia, mosseny’En Pere, se pronunció átono y sufrió haplología mossen Pere, y este titulo sufrió, precisamente por ser átono, alteraciones varias de la vocal e, de donde la pronunciación mallorquina mosson, la barcelonesa mossan; en algunas partes se acentúa todavía mósson o móssan ribag., pall. lo móssen, en otras la acentuación se ha desplazado por ultimo al final del vocablo, que es lo que hoy predomina, diciendo mossán o mossén o mossón. Luego si admite Rohlfs que el retroceso del acento es frecuente en los proclíticos es inevitable que admita también el traslado en sentido contrario: son solidarios y alternativos.

Se le citan a Rohlfs varios casos de adelanto de acento y se empeña en recusarlos buscándoles etimologías falsas a todas luces: ¡cómo pueden tro y entró venir de INTRO HOC, puesto que son preposiciones y no adverbios! El cat. alló sería ILLUD HOC: verdadero portento, algo que no es esto ni aquello, sino a un tiempo aquello-esto; etimología absurda que quedó definitivamente descartada en BDC XIX, 22: lástima que Rohlfs no lea estos trabajos, donde se habría enterado de que la acentuación ILLÚD, IPSÚM (> cat. aixó), está ya atestiguada por la métrica de los cómicos latinos, y que estamos ante el mismo fenómeno que en ILLÍC, ILLÁC, ILLÍNC (> cast. ant. allén).

Así que no haría falta citar más pruebas de la frecuencia del caso de traslado acentual del tipo de rèdro > redór, pero se le podrían dar ejemplos de eso a manos llenas, a poco ejercicio de memoria que hiciéramos. Recuerde el caso del port. até = cast. ant. hate, hata > ár. Ʌáttā; recuerde el caso del cast. ant. evás ‘ahí tienes, he aquí’ (Cid), del lat. HABEAS, y su hermano el cat. ant. y hoy mall. jas; al recusar el cat. (en)tró, ¿no se ha acordado del it. tra y de su gemelo fra, que presuponen intrá, infrá? (o ¿es que también se escurrirá aquí alegando que son INTRA HAC, que no seria más absurdo que INTRO HOC, puesto que HAC es adverbio?); DOMINA hubo de pasar por də para llegar hasta el oc. y cat. na, lo mismo que señora para llegar a señá fulana. En fin, en gallego tenemos un caso notablemente igual al de redor en sobór ‘sobre’ y ‘encima’ (< sóbor asimilación del sóber que cito en la nota 2), registrado por el dicc. de Carré, y realmente muy empleado en gallego moderno como preposición (lo veo así en el título de varios libros y artículos anunciados en 1955 por la editorial Galaxia). También ahí parece haberse pasado luego desde el empleo prepositivo al adverbial ‘encima’, exactamente como en alrededor. Pero ya estoy viendo que el Sr. Lecoy querrá hacernos aceptar una base ***SUPEROR, -ORIS, ‘lo que está encima’. ¡Ese latín vulgar tan dócil, fértil y cómodo!

Y es que la r es extraordinariamente sensible a la fonética sintáctica en las hablas hispánicas: si en mi artículo cité ya casos como enter por entre y la frase de Berceo màder de piadát, podría ahora agregar muchos más, pero baste referirme al fenómeno curioso de muchas hablas leonesas, como la de La Lomba, donde outro proclítico se vuelve automáticamente outor: l’outordía ‘el otro día’, al desouturdía ‘al otro día, al día siguiente’ (BRAE XXX, 321, 316 y passim). Todavía no tenemos ahí constancia de que el acento se haya trasladado en outór, pero acabará sin duda por hacerlo, como en sobór y redór: la razón de que en estos casos el traslado sea fatalmente progresivo y no regresivo es muy claramente la de que no hay en romance voces en or átono; mientras que en péro y en dópo es natural que el acento tendiera a cristalizarse en la penúltima, dada la suma frecuencia de este tipo fónico en castellano e italiano, en contraste con la rareza relativa de las palabras en ; en cat.-occitano, donde se da el caso contrario, ÍNTRO se volvió entró.

En fin, Spitzer ha terciado en mi discusión con Lecoy acerca de alrededor, de donde nueva réplica y dúplica del erudito francés y del austríaco (Rom. LXXV, 245-9, 249-54; LXXVI, 103-112). Alguna claridad se ha ido haciendo con todo esto y con mis contestaciones (en RPhCal. y en el texto de mi dicc.); pues si en su primera contestación todavía Lecoy (p. 250), ante las fundadísimas dudas de Spitzer y mías sobre el rotare de la fórmula merovingia7, oponía triunfante «le roors de la Vie de Saint Léger», Spitzer y yo coincidimos sin saberlo el uno del otro en reconocer ahí el lat. RUBOR, y ante la evidencia del derrumbe Lecoy (Rom. LXXVI, p. 108n.) se decide ya a poner un asterisco al fantástico *ROTOR y a reconocer que la realidad de tal formación «no es indiscutible». Spitzer aporta nuevas razones, tan numerosas como convincentes, en apoyo del traslado semántico ‘tras’ > ‘cerca de’ > ‘alrededor’, y mientras refuerza la convicción de que las raíces de alrededor se hallan en la estirpe de RETRO, sólo discrepa de mí al insistir en tomar como base un comparativo RETRIORE.

No deja de ser extraño que un lingüista como Spitzer, que ha insistido tantas veces, y con tanta elocuencia como pertinencia, en la necesidad de no partir más que de étimos de cuya vitalidad y vivacidad estemos bien seguros, aquí recurra a un punto de partida tan raro, y aun de existencia problemática. Parece que Spitzer no ha entendido mi objeción contra RETRIOR: si hay superior junto a supra es porque éste tiene a su lado un adjetivo superus, y hay inferior-inferus-infra, sub-terior-subterus-subtus, pero ¿cómo podemos creer en la vitalidad y aun la verdadera existencia de retrior, si nunca ha habido un adjetivo *ret(e)rus y ni siquiera el adverbio *retrius, que formaría entre retro y retrior el enlace natural e imprescindible? Es tan palmaria esta argumentación que su fuerza subsiste igual después que Spitzer ―hablen cartas y callen barbas― exhibe un testimonio de su retrior: ruin prueba, por cierto, hápax que está en fuente tan turbia como son siempre los escolios, y aun se trata sólo de una de las versiones manuscritas de esos escolios, pues en lugar de «pygargus fera... quae retriores partes albas habet» el otro ms. trae «pygargus, ovis cum albis clunibus» (V. la ed. de Wessner, Scholia Juvenalis XI, 138). Algún monje medieval medio analfabeto, no comprendiendo el arcaísmo latino clunes, lo sustituye por una perífrasis, y temiendo que no se entendiera bien el clásico posteriores, perdido en romance, y pensando en su románico le derrière (el trasero, lat. retro) lo sustituye por una formación más o menos improvisada retriores, según el modelo de posteriores. Demos de barato que esto pudiera dar fonéticamente red(r)or, que no es nada seguro (comp. albedriar, albedrío, vidriera, etc.); la duda principal está en que una formación tan rara y contraria al sistema latino dejara descendencia romance de tal importancia, y está en esa construcción de un comparativo masculino actuando de preposición y rigiendo el acusativo («*retrior urbem veniunt»), que ahora Spitzer quisiera vernos aceptar: su apuro es visible cuando quiere que creamos que del hundimiento de los comparativos se salvó en romance esta rara Phoenix, esta perla única encontrada en el muladar escoliástico, pero no como comparativo, sino en calidad de preposición: «survivant... précisément parce que le système synthétique de la formation du comparatif en latin était voué à la ruine». Précisément! Eneas que escapa a la ruina de Troya y se vuelve rey lejos de su tierra, en el campo de las preposiciones: demasiado novelesco. Y ¿por qué no se decide a aceptar sencillamente RETRO, él que ha reconocido y expuesto bien la fuerza de mis razones?

Nada más que por esto: «c’est arriedro qui au moment où le jeu: diphthongues en position tonique, voyelles non diphthonguées en position atone, était encore vivant, se serait présenté si redor avait vraiment été une forme antétonique». Pero si esto no ocurrió es sencillamente por lo que él mismo ha dicho antes: redro se volvió proclítico al mismo tiempo que su sentido evolucionaba desde ‘tras’ hasta ‘alrededor de’, y sólo cuando este hecho consumado y la metátesis rèdro > rèdor le había separado irremediablemente del adverbio arriédro ‘detrás’, es cuando se empezó a emplear adverbialmente, con lo que recuperó el acento y se hizo derredór, pero el lazo con arriedro ya se había roto mucho tiempo atrás8.

DERIV.

Redor m. o f. ‘esterilla redonda’ [Covarr.]9, así llamada porque se extiende alrededor de una mesa, and. reedor (de rededor) o rondor (AV, contaminado por rondar).

1 Otro nuevo testimonio del primitivo valor preposicional de redor: «andava cutïano // redor la tienda fito» en Alex., 1484d; sabido es que la versificación del original de este poema era de regularidad casi perfecta, mientras que los dos copistas, de fecha bastante posterior, alteran mucho la igualdad silábica, por mero capricho o con el objeto de modernizar las formas lingüísticas: de ahí que O escriba redor de la tienda fito; y P: derredor de l. t. f. Nuevo caso de confusión de las ideas de ‘en torno’ y ‘junto a’, en Rabelais (III, cap. 13, ed. Plattard, p. 63): «vous voyez... les enfans bien nettiz, bien repeuz et alaictez dormant profondément, les nourrices s’en aller esbattre en liberté... car leur présence au tour du bers sembleroit inutile» [auprès de]. El paso de ‘detrás de’ a ‘junto a’ lo tenemos también en la frase tras el fuego, ya usual en el S. XIV. (V. TRAS).―

2 Los años que separan esta segunda edición de la primera de mi diccionario, me han convencido de que la etimología RETRO está enteramente asegurada. Es sabido que en gallego la preposición sobre se vuelve sobor, forma ampliamente documentada por los mejores escritores: «â noite de San Xohán acéndese os lumes â mañá do dia seguinte sobôr das cinzas que ficaron dos lumes, faise un fumazo con herbas...», Vicente Risco, Terra de Melide, p. 566, y en toda clase de obras; Lugrís Freire, Gram. Gall., la registra en las páginas 178 y 110, agregando aquí que ésta y sober son formas dialectales no aceptadas por el gallego culto. Pero la Escolma de Castelao por Dónega, texto cuidadosamente acentuado y perteneciente al gallego literario más normal y aun elegante presenta muchos casos de sobor: «sobor da inmensa riqueza» «sobor da casa» «reinou sobor das outras» 251.3f., 261.9, 265.17 y passim (luego no hay duda de que esa forma es de empleo general) y se acentúa hoy en la última sílaba, como alrededor, (por más que acaso la otra acentuación sobreviva algo también: tal como rédor precedió al proclítico redor y al redór moderno Crespo Pozo acentúa sóbor da... en la introd. a su dicc.). Claro que en todos estos casos lo mismo que en nuestra prep. y adv. influyó el hecho de que las palabras en -ór son frecuentes y no las hay en -´or ; de modo que el sustantivo RĶBUR, -֊RIS; ‘vigor’, empleado en un sentido legal de ‘vigencia, fuerza’ dió en el gallego medieval revor donde la disim. ya prueba que pronto se desplazó el acento en la forma que vengo ejemplificando: seja firme e valla en la sua revor sale a menudo en los docs., por ej. en dos de Pontevedra fechados en 1333 y 1469 (Sarm. CatVG. 86v, 87r).―

3 En una descripción de linderos sinuosos: «vadit per via de Sancti Cipriani et finit in agro de Tello Feles, et retoro versat per limite de agro de Bassallo», Serrano, Cartulario de Cardeña, p. 12, lección confirmada por M. P., Oríg., § 40.2 (quien ha examinado el original). Está evidentemente por retro versat, pero cabe entender que retro ya tiene aquí el sentido de ‘en torno’, ‘dando vuelta’. No hay manera de probarlo ni rechazarlo, pero lo que desde luego prueban semánticamente este pasaje y otros tantos análogos que cité es cuántas veces se en cuentran ejemplos equívocos, en los cuales eran igualmente posibles las dos interpretaciones, y la frecuencia de estos errores de interpretación es justamente la que daba lugar a cambio de significado.―

4 Lecoy se olvida de citar este trabajo, a pesar de que no podía dejar de conocerlo, según se ve por sus citas (notas 11 y 12) de otros trabajos del mismo Boucherie sacadas de éste, y por la opinion que rechaza en su nota 13 y que el viejo profesor de Poitiers sólo da en este artículo.―

5 Las palabras «quasi in rotae circulo e caelo descendens» de la vida de Ursino, que desorientaron a Boucherie y sucesores, están traducidas por el verso anterior «de cel vindre»; todo lo que viene después de si cum es una amplificación agregada por el autor romance, sin modelo en el latín.―

6 En rigor la 2.a mitad del siglo XIII y el XIV, fecha del Alexandre y del ms. de Per Abbat, gall. «partyo a él de todas las outras terras de arredor» (Gral. Est. 13.20).―

7 Cuando en la 1.a ed. de este dicc. y más claramente en mi respuesta de RPhCal., interpretaba, a la luz de las rimas, el retore de esta fórmula como errata por rotone, latinización del fr. arcaico rodon ROTUNDUS, alguien pudo creer que era muy temprano ese texto para presentar la reducción de -nd a -n. En realidad, esta reducción parece haberse producido muy pronto en algunos lugares: en la Nota Emilianense de 1065-75, descubierta por Dámaso Alonso, vemos Rodlane, y Rita Lejeune ha reunido últimamente nada menos que 23 testimonios meridionales y contemporáneos de éste, de Ro(d)lannus o Ro(d)lanus por Rotolandus (RFE XXXVII, 41).―

8 Para concluir, diré brevemente que nadie tomará en serio el supuesto de GdDD 5750 de que redor naciera de un *redol derivado del verbo redolar (ROTULARE), reciente y de uso puramente local en castellano; cf. BRAE, XL, 357 ss.―

9 El redor, quizá en el sentido de ‘cerco que protege la muela’, aparece ya en el Fuero de Teruel, h. 1300 (ed. Gorosch, p. 616). La forma rotor del texto latino del Fuero es latinización del S. XIII, desde luego sin valor para la etimología. A las sustantivaciones modernas de redor que se señalan en el texto, añádase su utilización como nombre para varios objetos en Soria: es un mueble de cocina, el ‘recogedor de la lumbre’ (RDTP VI, 579).