POLACRA, término náutico mediterráneo de origen incierto; en castellano se tomó del cat. pollacra (también pollaca), quizá derivado del lat. PŬLLUS ‘animal joven’, con la terminación de CARRACA.
1.ª doc.: polacre, 1709, Tosca (Aut.); polacra, Acad. ya 1817.
En su parte negativa pueden suscribirse las conclusiones de Vidos: la etimología πολύ ‘mucho’ + ıκρα ‘punta’ no es posible, y la identificación con el étnico polaco es inverosímil por razones histérico-geográficas. Las conclusiones positivas de su estudio consisten en que el vocablo se propagaría desde Italia a los demás países, excepto la forma con r, que se formaría ―con r secundaria― en Francia. Que la r se debe a repercusión de la otra líquida me parece seguro, pero la procedencia del vocablo y sus variantes es dudosa, como ocurre todas las veces que estas conclusiones se sacan solamente de la, documentación, que siempre tendrá carácter provisional. Jal, que entendía como nadie en estos asuntos, describe la poacra detenidamente como un barco catalán.
Quizá el lugar de origen estuvo en Italia, quizá estuvo en Cataluña, quizá el vocablo apareció simultáneamente en los dos países, y nunca sabremos dónde se creó; que la variante con -r- se originara en francés es idea que debe rechazarse, ya que de una nave mediterránea se trata. El cast. lo tomaría del cat., puesto que no es italiana la forma con -r- (quizá con influjo it., en vista de la -l- sencilla): no se olvide que Tosca era valenciano.
En cuanto a la etimología, no estoy seguro de ella, pero deseo llamar la atención hacia la posibilidad de que sea un derivado de polla ‘gallinita’, como tantos nombres de embarcaciones basados en nombres de animales (V. FALÚA, GALERA, etc.): en nuestro caso se explicaría por la pequeñez de la polacra respecto de otras embarcaciones de carga, comparables a la gallina madre; la idea se apoya en la -ll- constante del cat., difícil de explicar como una alteración; en Italia el vocablo se habría propagado, como de costumbre, desde Génova y Venecia, lo que explicaría la -l- predominante en este país. Sin embargo, nos deja en fuerte duda la escasa frecuencia del sufijo -ac(c)a (comp. cat. rufaca, barraca, parrac, cast. pajarraco, libraco, bicharraco, etc.); es verdad que también CARRACA podría ser derivado de carro; y también cabría suponer que primero se dijera *polla o *pollina (propiamente ‘mulita’), y que por influjo del más antiguo carraca se cambiara en pollaca: el hecho es que ambas naves lo son esencialmente de trasporte (vid. Jal y el folleto citado de 1642), y por contraste con la pesada y voluminosa carraca era natural que se comparara a la polacra con una mulita u otro animal pequeño. Así enmendada, esta idea tiene probabilidad considerable. Nótese que el cat. pollina se emplea como término de maestranza (BDC XII, 58, 114).