PEÑERA, leon., ‘cedazo’, del mismo origen incierto que el port. peneira íd.; quizá de un *PELLINARIA ‘cedazo de piel agujereada’ con cambio de *pelnaria en *pennaria y luego peñera.

1.ª doc.: h 1550, Cristóbal de Villalón.

«El vallisoletano C. de Villalón tiene por voces de las montañas, propias de los que no saben hablar castellano, las de masera por ‘artesa’, o peñera por ‘cedazo’, y, en efecto, esas dos son voces muy usadas en Asturias y León, pero que para su derivación de MASSA, *MASSARIA, y de PENNA, *PENNARIA, siguieron iguales leyes que las del castellano», M. P., Man., § 4.6. En efecto, peñera se emplea en este sentido en asturiano (Vigón, Rato), peñera ‘cedazo’ en el Bierzo (G. Rey), ‘tamiz’ en: Zamora (Fz. Duro), Salamanca y Maragatería, piñeira en Sanabria (Krüger, Gegenstandsk., 141), peneira en el asturiano occidental de Castropol (Vigón), peñerar, pi-, ‘cerner’ en los mismos lugares, pinheirar en Miranda de Duero (Leite de V., Est. de Philol. Mirand. II, 331), etc. El gall.-port. peneira es de uso general en este idioma, y ya antiguo, pues Viterbo da ejs. de 1457 y 1509, el derivado peneireiro está en Ferreira de Vasconcelos (h. 1550, CortesƟo), y el verbo peneirar (aunque traducido extrañamente atamino ‘tocar’, ‘robar’, ‘violar’) figura en un glos. del S. XIV (RPhCal. VI, 76, § 261). Sobre si es peneira (peñ-) o piñeira uno de los nombres del erizo de mar en gallego, ya dado a menudo y en varia forma por Sarm., V. la explícita nota de Pensado (en el CaG. pp. 209-210). Hay que tener en cuenta que no es raro que la concha del erizo al perder sus púas quede llena de agujeritos (casi como un cedazo). Además de M. P., también Meyer-Lübke (REW 6514) deriva peneira del lat. PէNNA ‘pluma’, ‘almena’ (que es la misma palabra que PENNA), pero ni uno ni otro dan explicaciones semánticas, que serían realmente necesarias, pues las peneiras no se hacen ni se han hecho de plumas (Krüger, l. c., se adhiere a esta explicación con visible escrúpulo); he aquí de lo que se hacen, según Bluteau: «he h?a fasquia circular, com h? tecido delgado de seda crua no fundo, por onde passa a farinha, separada dos farelos; as peneiras ralas sƟo de seda de cavallo». Las de cerdas de caballo son, en efecto, lo antiguo, y de ahí viene CEDAZO (SETACEUM); pero no sé que en parte alguna se haya llamado PINNA o PENNA a las cerda; ni a la seda cruda.

Por otra parte, un tipo de criba o cedazo muy antiguo y bastante difundido se hacía con una piel agujereada: así todavía en Asturias, Cataluña y Provenza, según Krüger1, y de ahí proceden el cat. pellenya ‘cedazo para cerner la tierra de fabricar loza’ (BDC IX, 79), el aran. preny o prenya ‘criba fina de piel’, el auvern. pelencho «crible en peau» y la forma pelliccio, polliccio ‘cedazo o criba de pelo’ de Velletri, Canistro y los Abrazos (REW 6375). Ahora bien, peña significó ‘piel para aforro’ en castellano antiguo, descendiente de PINNA, con paso de ‘plumaje de ave’ a ‘piel de aforrar’: ¿hemos de suponer que además llegó a designar una piel cualquiera? Es idea atrevida, pues las peñas en la Edad Media son constantemente artículo de lujo, a los antípodas del mundo social del pastor y el campesino; que de ‘plumaje de ave’ se pasara a ‘piel de oveja’ es bastante fuerte2. En conclusión, la etimología PINNARIA es muy dudosa.

Es verdad que peor es querer identificar penetra con el cast. panera ‘canasta para pan, etc.’, como quiere Leite de V. (RL IV, 70): está claro, por razones fonéticas, que nuestro vocablo no puede venir de un étimo con -N- sencilla. Quizá no sea del todo imposible la idea que sugirió Jovellanos (RH V, 227n.2, 238) de partir de un derivado de VANNUS ‘harnero, criba de ahechar’; en efecto este vocablo dió el cast. arcaico y ast. mod. vaño (vañu), documentado por G. de Diego, Contr., § 622, ast. y leon. vano [Acad.], ast. vañar ‘ahechar’, gall. banear y abanear ‘sacudir, mover’; además V. ABANICO. Claro que para justificar el cambio de *vañera en peñera sería preciso admitir un cruce con otro vocablo, quizá un *pellera o pelleña, hermano de las citadas voces catalanas y occitanas, y podríamos hacerlo tanto más seguramente cuanto que nos consta la existencia de cribas de piel en Asturias.

Pero es preferible suponer un *PELLզNARIA , deriv. de PELLզNUS ‘hecho de piel’, pues nada inverosímil es que el *pelnaria resultante, dada la rareza del grupo -ln- se asimilara en *pennaria, que explicaría sin más dificultad las formas modernas. Cualquiera de estas dos soluciones, pero sobre todo la última, es preferible a las indicadas arriba.

DERIV.

Peñerar ‘cerner’ (empleado por Jovellanos, según cita de M. P., Antol. de Pros., 333). Peñereru ‘el que compone cedazos’ (V). Peñerina ‘cernícalo’ (porque se cierne en lo alto), ‘oreja de mar’ (V). Entrepeñeru ‘pan de harinas mezcladas de trigo y maíz’ (V). Gall. penetrado ‘tamizado’ («área do mar ben peneirada») y luego (al parecer) ‘puro, intenso’: «o sol é unha choiva de lume peneirada» (Castelao 208.1f., 150.4).

1 Provence, 321, h. 4.―

2 Es verdad que M-L cita en el mismo artículo un cast. peña ‘piel de oveja con su lana’, pero ¿dónde está documentada esta ac? Parece haber una de las habitúales confusiones de M-L.