PATRAÑA, alteración del antiguo pastraña bajo el influjo de PATARATA; pastraña y su antiguo sinónimo pastrija deben de ser sendos derivados del lat. PASTOR ―a saber *PASTORANĔA y *PASTORզLէA, respectivamente― en el sentido de ‘conseja de pastores’.

1.ª doc.: pastraña, J. Ruiz; patraña, 1517, Torres Naharro (ed. Gillet I, 215); 1576, Timoneda (Rivad. III, 129); 1581, Góngora.

El mes de noviembre «comié nuezes primeras e asava las castañas, /... / las viejas tras el ffuego ya dizen las pastrañas», J. Ruiz, 1273d, donde está bien claro el sentido de ‘conseja’; de ahí se puede pasar a ‘refrán o dicho popular’: «por esto diz la pastraña de la vieja fardida: / non ha mala palabra, si no es a mal tenida» ibid. 64a (en ambos pasajes coinciden todos los mss.). Todavía vacilaba el idioma entre esta forma y la más moderna en el S. XVII, pues Sancho al ver la realidad del yelmo de Mambrino dice que el dar ínsulas «deve de ser cosa de viento y mentira, y todo pastraña o patraña, o como lo llamáremos» (I, xxv, 109v°). La forma moderna aparece ya en varios autores del S. XVI (en, Góngora: «tenga io... / quien las dulces patrañas / del Rei que rabió me cuente, / y ríase la gente»; otro ej. posterior del mismo poeta en Alemany). Igual forma en Oudin, Covarr. y los autores del S. XVII citados por Aut.; de suerte que la forma etimológica acabó por olvidarse. R. Lapesa (RFE XVIII, 57) llamó la atención acerca del parentesco de pastraña con pastrija, otra palabra empleada en sentido casi igual por Berceo y J. Ruiz: «dissoli el judío: ―si tal cosa mostrares, / io te daré en presto quanto tu demandares; / mas por otras pastrijas, lo que de mí levares / non pagarás con ello caçurros nin joglares» (Mil., 647c), «si vos no m’ descobrides, diréos una pastrija / que penssé esta noche...» (J. Ruiz 724c; análogamente en 916d); es verdad que en este autor el ms. S lee pastija, pero G trae la forma correcta, y el error de S debemos interpretarlo en el sentido de que esta palabra vieja ya no se conocía en tiempo del ms. posterior, cuyo escriba buscó una vaga analogía con pasta1. No veo dificultad en adoptar los étimos de Lapesa, *PASTORANĔA y *PASTORզLէA, neutros plurales de adjetivos en -ANEUS e -ILIS, que si bien no están documentados, fácilmente pudieron formarse junto a PASTORALIS y PASTORICIUS, comp. el cast. pastoril, y el nombre de lugar Pastrana, que debe de ser PASTORANA. El único escrúpulo que podía quedar era la dificultad en explicar la caída de la s en el moderno patraña; mas la dificultad desaparece si, en lugar de un proceso fonético, inaceptable en el S. XVI, admitimos que hubo en esta época un cruce popular; entre los dos vocablos sinónimos, puesto que ya no ignoramos que PATARATA tiene etimología diferente de PATRAÑA 2.

DERIV.

Patrañero. Patrañuela.

1 En 916d sólo tenemos el ms. S (faltan los otros) y por lo tanto ahí sólo consta la variante pastija, pero esto no es razón para dudar de que J. Ruiz empleara pastrija en ambos casos; desde luego no se puede decir, con E. Alarcos Llorach (RFE XXVII, 447n.), que huelga por esta razón la etimología PASTORILIA, adoptada por Lecoy.―

2 Claro está que la vieja etimología que relacionaba patraña con padre y maraña con madre (repetida por JoƟo Ribeiro, vid. Nascentes) es insostenible; además de los evidentes obstáculos fonéticos, es absurdo relacionar con el carácter serio y austero de la educación paternal la frivolidad engañosa del concepto de ‘patraña’. Para detalles acerca de la historia de nuestro vocablo, V. ahora el estudio de Malkiel, Hisp. R. XVIII, 244-59, donde se citan más ejs. de pastraña, en los SS. XV y XVI; debe rectificarse ahí el intento de explicar el cambio de pastraña en patraña y el de pastrija en pastija como fenómenos fonéticos, lo cual desde luego no es legítimo.