PARQUE, tomado del fr. parc ‘majada de ganado’, ‘sitio cercado destinado a conservar en él animales salvajes’, ‘terreno, cercado y con plantas, para recreo’, procedente de una palabra PARRէCUS documentada en bajo latín desde fecha antigua y común a todo el galorrománico y al germánico occidental, de origen incierto, probablemente prerromano, relacionado de algún modo con la familia de PARRA.

1.ª doc.: 1607, Oudin («parque: parc»).

Está también en Covarr.: «es nombre francés, y significa el cercado junto a la Casa Real, y algunos el bosque de caça»; también con referencia al rey, lo emplea Góngora en obras de 1614 y 1617, y todavía Aut. indica que es frecuente se refiera a los parques Reales; da ejs. de la segunda mitad del S. XVII. Posteriormente se ha generalizado la aplicación, y hoy es palabra generalmente conocida en las ciudades1. Antes del S. XVII hallamos algunas veces una forma parco, de la cual reunió Terlingen (pp. 322-3) varios ejs., casi todos referentes a cosas de Italia, desde med. S. XV2: no es, pues, palabra castellana, sino voz italiana empleada ocasionalmente en textos españoles3. A su vez el it. parco es también galicismo, aunque de fecha más antigua y mayor arraigo, pues se documenta desde el S. XIV. Nuestro vocablo es, pues, esencialmente galorrománico; en francés se halla parc desde el S. XII; en lengua de Oc pàrrec aparece varias veces en doc. de Albi, que parece ser del S. XIII4, hoy vive principalmente en los Pirineos: Ariège pàrric ‘redil para ovejas en el campo’ (Fahrholz, Wohnung u. W., 64), Arán pàrrec ‘cada uno de los compartimientos en que se divide el establo para encerrar por separado las varias especies de ganado, o para tener aparte a las madres con sus pequeñuelos’, Luchon pàrric ‘departamento reservado para personas’ (Bouts dera Mountanho XXVII, 42); el vocablo apenas llega a penetrar en el territorio lingüístico catalán, en los Pirineos: espàrrec en un pueblo del Alto Pallars (BDC XXIII, 288), parreguera en el Rosellón (J. S. Pons, Canta Perdiu, 68)5; en Provenza y otras zonas occitanas se emplea parque (ya documentado en la E. Media, Rayn. IV, 426a2), parque en Albi y otras partes del Languedoc; no es seguro que el narbonense parre ‘halo de la luna’ venga de ahí como admite Mistral. En cuanto al alto-it. barc(o) (Vicenza, Pavia) cuya b- quisiera el REW (6253) dar como prueba de un origen germánico, procederá más bien del prerromano *BARGA (REW, 958), aunque la forma barek, -g, de Brescia y Reggio puede salir de un cruce entre los dos vocablos. En conclusión, en la Romania es palabra galorrománica, quizá con alguna prolongación en la Alta Italia.

En efecto este tipo léxico es esencialmente ajeno a la Península Ibérica, aunque pudo existir esporádicamente en fecha preliteraria en algún punto, como lo sugiere el nombre de lugar Parga, frecuente en Galicia, y documentado en la forma Parriga en docs. leoneses de 968 y 978 (RH X, 395, 418), Parrega en el fuero de 1225 (Fz. Guerra, Fuero de Avilés, p. 113). La parentela del fr. parc y el oc. pàrrec se encuentra hacia el Norte y Nordeste: a. alem. ant. pfarrih, alem. pferch, b. alem. med. perk, neerl. med. parric, ags. pearroc ‘cercado’, ‘aprisco, majada, corral’; el testimonio más antiguo es PARRէCUS, documentado en la Lex Ripuaria, S. VIII, parcus en otras leyes bárbaras de esta época. Falta el vocablo en otras lenguas germánicas y en otros idiomas6. Discrepan los lingüistas acerca del origen primero del vocablo, y especialmente en cuanto a su primitiva nacionalidad lingüística; de todos modos es probable que esté relacionado con la familia de PARRA, de que trato a continuación, la cual sí es genuina en la Península Ibérica.

Habiéndose comprobado la existencia antigua de *PARRA en germánico, no hay dificultad en admitir que el étimo PARRIK, -AK, del ags. pearroc, a. al. ant. pfarrih, al. pferch, neerl. perk, etc., haya sido también germánico desde antiguo, pero que el galorrománico PARRICUM (> fr. parc, oc. pàrrec) sea germanismo es muy incierto y en definitiva. improbable. Más bien hay que suponer un étimo prerromano (probablemente preindoeuropeo) trasmitido paralelamente a las dos familias lingüísticas.

Además puede ―aunque en este caso entramos en terreno más incierto― que junto a PARRICU existiera en el Sur de España una variante *PARRICE o *PARCE (cf. el tipo gallego leonés pár(ri)ga de que he hablado más arriba). Es muy posible en efecto que éste sea el étimo del mozár. perxe (cat. y val.), perchel (Andalucía). El cat. occ. y merid. pèrxe (-xi) ‘choza, barraca, cobertizo’, ‘desván’ es palabra de uso general desde el Sur del dominio ―en forma ininterrumpida, desde Almenara y aun desde el Júcar― hasta la cordillera central de Cataluña (Tamarit de Ll., Balaguer, Oliana, Solsona); en algunos pueblos, con extensión mucho menor (oído en Alfés, junto a Lérida), llega a designar una especie de pórtico con bóveda dentro del pueblo, pero en general se trata de un pequeño edificio rústico; figura ya h. 1400 en los Sermones de S. Vicente Ferrer (en el tomo estudiado por Will J. Harrison en su tesis doctoral). Es evidente que no se puede separar de esto el mozár. granadino párchelle (plural de paríchil) ‘desván de casa’, con variante más arabizada bérchele (pl. baráchil), ambos en PAlc. 200a27-28; el vocablo subsiste hoy en andaluz en la forma perchél, aunque apenas hay noticias de él fuera de la toponimia, pero en ésta tiene representación frecuente: El Perchel, término de Vega del Codorno, part. judicial Cuenca, Perchel en Arcos de Jalón (Medinaceli), El Perchel o Los Percheles nombre de un suburbio populachero y marítimo de la ciudad de Málaga7: es evidente que de la pron. perchél salió en árabe vulgar pérchele, pá-, bé-, por la ley del acento hispanoarábigo.

El perchel toponímico es inseparable del mozarabismo catalán, del cual no es más que un diminutivo mozárabe en -el(l) = cast. -illo8. Para explicar el granadino párchelle (bé-) se le ocurrió a Simonet (p. 422) relacionarlo con el cat. porxo ‘pórtico’, idea del todo imposible ya en el aspecto fonético, pues aunque -TICUS pasa a -xe, -xo, normalmente, en catalán, es evolución inconcebible y contraria al sistema fonético mozárabe (por lo demás Simonet, no conociendo el cat. perxe ni el and. perchel, no es extraño que se equivocara).

Tratando de salvar algo de la idea de Simonet, y guiándome por otro topónimo Berchul(es), yo mismo propuse en 19599 partir de un *PORTICIOLUS ‘portezuelo’ como el que ha dado El Portichuelo (aldea del Alosno, Huelva), El Perchuelo (aldea de Argamasilla de Alba, prov. Ciudad Real) y los muchos Portitxol de la costa de lengua catalana (sobre todo en Valencia y Baleares), los cuales por lo demás no derivan de PORTICUS (PORTA) sino de PORTUS (puerto). Luego de ahí será verosímil que venga Berchul [1492; S. XVI; hoy Los Bérchules], pueblo que está en la grande y vieja carretera de Almería a las Alpujarras, al pie mismo del portezuelo por donde pasa del valle de Ugíjar (Río Grande) al del río Guadalfeo; la evolución fonética de PORTICIOLUS por disimilación a un mozárabe Berchul (y luego con retroceso del acento como en bêrchelle) no ofrece ahí (ni en el citado Perchuelo) dificultad; pero luego he visto claro que este nombre único no debe desorientarnos en cuanto al origen del mozár. andaluz perchel, bérchelle, de sentido bien distinto y en el cual el cambio de o en e, ni en la vocal tónica ni en la pretónica, tendría justificación, pues en mozárabe no estaría justificado el cambio de -OLU en -uél y reducción a -él, en que pensé entonces, y mucho menos podía defenderse la idea de que el cat. perxe se hubiera extraído de un *perxol arbitrariamente supuesto10. En cambio, partiendo de una base *PAR(RI)CE y tratándose de un mozarabismo más o menos arabizado, el paso de -CE a -xe y el de ár a ér son de esperar11.

Quizá haya otros topónimos mozárabes que confirmen la idea. En particular los dos importantes pueblos de Barxeta y Barx (barƇ༱ta, bárƇ), entre Játiva y Gandía (cerca el uno del otro, pero separados por una docena de kilómetros de altas sierras), y ambos nombres se documentan desde el S. XIII: el primero desde los años de la Reconquista (1248, etc.: Barchatan, Repartimiento, 335; Barcheta(m) ib. 352, 490) y, con la forma en á, aue denuncia pronunciación árabe, el segundo desde pocos años más tarde. Barxeta no puede ser un diminutivo catalán de Barx, no sólo por esta documentación y porque es algo mayor que el otro, sino porque si así fuese se habría formado como masculino *Barxet. Si nos elevamos hasta el árabe o el mozárabe anterior a Jaime I, nos explicamos mejor que un barcVt oído a los moros fuese catalanizado como femenino. Entonces podríamos admitir que Barx es otro representante del tipo perxe ‘barraca’, con la P- arabizada, y que Barxeta resulte de un plural arábigo en -ât ‘las barracas, los perxes12. En fin, hay Berge pueblo del Bajo Aragón (cerca de Castellote) y Berja pequeña ciudad al SO. de Almería, que podrían tener el mismo origen. En fin el murc. alporchón ‘edificio donde se subastan las aguas de una acequia’ (G.ª Soriano; es famosa la batalla de los Alporchones en la Reconquista) es probable que sea asimilación mozárabe de un *(al)perchón, aumentativo del tipo mozár. cat. perxe.

DERIV.

Aparcar [Acad. S. XX]. Parquear ‘aprovisionar de municiones’ cub. (Catauro, 61); parquear ‘estacionar un vehículo en la vía pública’ (ingl. to park) es barbarismo superfluo, que amenaza consolidarse en el uso cubano y mejicano; estacionar, empleado con este sentido en varios países hispanohablantes es mejor, pero en España en los últimos años se ha impuesto aparcar, extensión a lo civil de aquel término militar.

1 Galicismo posterior todavía es el parque militar para conservación de pertrechos de guerra; la misma palabra en sentido secundario. En castellano, registrada desde Aut.; de ahí, por traslación, en Cuba ‘municiones para disparar’ (Ca., 61).―

2 El único donde esta localización no es evidente, pertenece a la Comedieta de Ponça de Santillana, y por lo tanto es probable que se refiera también a Italia.―

3 Prueba de que no tenía curso en castellano es que C. de las Casas, en fecha tan tardía como 1570, todavía no conoce al it. parco equivalencia castellana, pues lo traduce por «lugar de liebres; soto; corral».―

4 El sentido parece ser el occitano moderno ‘majada de ganado’: «tot parec de fedas [‘ovejas’] complit de 100 bestias o de plus, que i aga en cledas, pague 5 s., e·1 mieg parrec...». No hay motivo para respetar la traducción errónea del publicador, ‘rebaño’, como hizo Levy, y tras él los etimologistas. Hay otro ej. medieval en Brunel, donde el sentido de ‘majada’ es claro.―

5 El mismo tipo en el Aude Las Parraguières, casa de campo, en doc. de 1696, más tarde cambiado en Esparaguières (hoy Les Esparrières, vid. Sabarthès, s. v.). Otro derivado es Le Parregal, ya documentado en 1284 (Pargal), nombre de tres lugares en el mismo departamento.―

6 Si el croato de Istria y esloveno prkàt, prekàt ( = PARRICATUM) «petite cloison dans l’étable à vaches servant pour veaux ou pour cochons», «dans l’étable à agneaux espace réservé aux tout petites brebis», «étable construite séparément pour cochons», ‘cuarto de dormir; alcoba’, pertenece a nuestra familia, como quiere Skok (Festschrift Jud, 48,0-1, n.), ha de ser préstamo de un dialecto romance de los Alpes orientales. También son préstamos las formas del vocablo en las lenguas célticas, como demostró Thurneysen, Kelto-rom., p. 70.―

7 Perché aldea del municipio de Abla (Almería, junto al límite de Granada, cerca de Guadix) donde debe de haberse producido la omisión de la -l por la pronunciación andaluza moderna.―

8 La Acad. al introducir en una edición reciente perchelero ‘propio del Perchel malagueño’ ha insertado también un *perchel que le sirva de base etimológica con la definición ‘aparejo de pesca con palo(s) para colgar las redes’ pretendiendo que éste, además designa el ‘lugar donde se colocan los percheles’. Salta a la vista que esta última es una acepción supuesta para explicar Los Percheles y percheleros de Málaga. Que exista la de perchel ‘aparejo de pesca’ ya no lo quiero negar, pues éste no es más que un préstamo del cat. perxell, dim. de perxa ‘pértiga’. Pero es tanto más increíble que venga de ahí el topónimo, cuanto que fuera del de Málaga todos los lugares de este nombre están en el interior de España, muy lejos del mar.―

9 En mi artículo del Hom. a Dámaso Alonso (I, 373-411), reproducido en Top. Hesp. I, 41-43.―

10 Insostenible también la combinación del DAlcM. s. v. perxe: cruce de PORTICUS con PERTICA; dándose cuenta de que este cruce es absurdo en lo semántico, agregan en seguida «o con PERGULA». Ésta no es palabra romance, y además la mozárabe queda asi injustificable.―

11 Por el Norte, el límite de la arabización intensa cubre hasta Tamarit, Balaguer y Artesa-Agramunt, aunque al Norte de Lérida apenas haya dejado más que huellas toponímicas, y desde el Ebro sólo hubiera arabización parcial. El área de perxe sólo excede de ahí en la pequeña comarca Oliana-Solsona. No es mucho suponer que desde la Reconquista se haya propagado algo en esa dirección.―

12 De todos modos no hay que pensar en el prerromano VARGA ‘choza’ (véase), pues éste postula como base BARGA y Barx, -xeta sólo podrían salir de BARCE (o P-) con -E y con -C- sorda. Estamos ahí ya lejos de la zona apitxada y además la -ch- de las menciones del S. XIII, y demás medievales, nunca puede ser «apitxada».