PANDERO, probablemente del lat. tardío PANDORIUS, variante de PANDȢRA, tomados del gr. πανƌούριον, πανƌούρα, ‘especie de laúd de tres cuerdas’, pero aplicado también a otros instrumentos musicales.

1.ª doc.: J. Ruiz.

En fuentes mozárabes el vocablo aparece temprano y con frecuencia: pandáȳr está ya en Abencuzmán, med. S. XII, citado junto con tamboriles, adufes, palillos y caramillos; en R. Martí, traducido timpanum; en PAlc., ‘pandero para tañer’; hoy bandáir ‘pandero sin cascabeles’ en Marruecos (Lerchundi), bandîr y bandâyir íd. en Argelia (Beaussier), y abundan las indicaciones parecidas en todo el Norte de África, hasta Egipto (Simonet, p. 419; Dozy, Suppl. I, 118a): desde luego es hispanismo en todas partes. En la tradición hispano-cristiana, es voz de uso general en todas las épocas: Gower, Confessión del Amante (a. 1399), pp. 317, 362; APal.1; «pandero para tañer: tympanus» Nebr.; etc. A veces aparecen acs. traslaticias2. Del mismo origen es el gall.-port. pandeiro, ya documentado en el S. XVI (Moraes, CortesƟo); por lo demás, no hay otras formas comparables en romance.

Ya Aldrete (a. 1606, Orig. 47v°2) relacionaba con el pandorius3 o pandura grecolatino, y al mismo tiempo llamaba la atención hacia las discrepancias semánticas. En efecto, según la definición más extendida, y ya dada por Pólux de Naucratis (S. II d. C), esta palabra (de donde vino, por otro camino, BANDURRIA) designaría en latín una especie de laúd de tres cuerdas inventado por los asirios4; pero Nicómaco dice que era de una cuerda, Hesiquio, Marciano Cápela y al parecer San Isidoro5 lo identifican con la flauta de caña6, y Ateneo trasmite la afirmación del geógrafo Pitágoras de que ciertos ribereños del Mar Rojo hacían panduras con una especie de laurel que nacía en el mar. Observa Aldrete que esto no podía ser lo mismo que el instrumento descrito por Pólux y aun parece pensar que se trataría de un pandero hecho con algún vegetal muy consistente; ésta es la opinión del P. Martín Antonio del Río, erudito humanista español de fines del S. XVI. Sea como quiera, consta suficientemente que PANDORIUM designó instrumentos diversos, y aunque no hubiese sido nunca el nombre del pandero en la Antigüedad, se concebiría una evolución material del objeto, que condujera desde el laúd de pocas cuerdas al pandero, de forma también abultada, y que en su variedad antigua, según la descripción de Aut., tenía en su hueco «unas cuerdas cruzadas, y en ellas cascabeles o sonajillas». Desde luego me parece preferible esta etimología a la que considerase pandero derivado de PANDĔRE ‘extender, poner tirante’, pues entonces no se explicaría el sufijo -ero, que no forma derivados postverbales, y si partiéramos más bien de PANDUS ‘curvo’, tampoco sería bien satisfactorio el uso del sufijo, y el sentido sería entonces menos explicable (aunque pando ha tomado el sentido de ‘convexo’ en castellano, pero ni así tenemos base semántica bien adecuada).

Desde el punto de vista fonético, hay que partir de la forma pandorius, que es la que figura en los manuscritos de San Isidoro, πανƌóρον es también la forma que se lee en Ateneo (según Étienne), πανƌούριον en Hesiquio, Focio, etc. Aunque lo antiguo fuese Ȣ, de todos modos se explicaría la sustitución de -DȢRIUS por -DĶRIUS en romance primitivo, por influjo del sufijo frecuente -ĶRIUS, -TĶRIUS. La evolución de PANDĶRIUS en *panduero y luego pandero es tan regular en castellano como la de -TORIUS en -d(u)ero, RASORIUS en rasero, TONSORIAE en tijeras, ST֖REA en estera. Se dirá que el mozárabe pandair corresponde a -ARIUS y no -ORIUS, pero es pura apariencia, pues la sucesión vocálica -oir o -uir es imposible en árabe, y así forzosamente se había de pasar, ora a -îr (como hoy en Argelia), ora más bien a -aȳr, para conservar un diptongo. En cuanto al gall.-port. pandeiro, puede ser castellanismo, como afirman varios lexicógrafos portugueses, y por lo demás recuérdese que este idioma también dice esleira. Lo esencial de esta etimología fué admitido ya por el Brocense, Covarr., Simonet, Schuchardt (ZRPh. XI, 477) y M-L. (REW 6192). Comp. PANDORGA.

DERIV.

Pandera [h. 1400, Glos. del Escorial]. Panderada [1625, P. Espinosa, Fcha.]. Panderazo. Pandereta [Acad. 1884, no 1843]. Panderete ‘pandero’ [J. Ruiz, 123a]7; panderetazo; panderetear, pandereteo; panderetero [Nebr.].

1 «Cimbala son instrumentos que tocándolos suenan de toda parte, panderos» 76b, «pandorium: pandero, nombre de su inventor» 337d, «timpanum: pandero fecho de piel extendida en madera» 500b.―

2 En Aragón, en el S. XIV, designa una especie de cesto o canasta para harina y trigo: «tres grivas [= cribas] de agrivar; un pandero de tener trigo; dos olieras», invent. de 1373 (BRAE IV, 346), «dos maseros; dos panderetas de levar farina del forno; dos cedaços», íd. de 1380 (ibid., p. 350). Pero creo se trata de ultracorrecciones de panero, panera, derivados de pan (cat. panera, paner, ‘canasta’), por reacción contra la tendencia ND > n.―

3 Atribuye la forma pandarius a San Isidoro, pero Lindsay no la señala en ningún ms. del santo.―

4 Acaso tenga esta tradición algún fundamento lingüístico. Podría ser extranjerismo oriental en griego, pues no se le conoce etimología (falta en Boisacq), con lo cual concordaría la vacilación entre π- y ư-, que se observa en ciertos manuscritos.―

5 Así se deduce del detalle de atribuir su invención a Pan, de donde le vendría el nombre (Etym. III, xxi, 8).―

6 Quizá así se explique la glosa «σωλƲν: pandiros» que se lee en el CGL II, 518.36, en un glosario atribuido a Servio el Gramático, trasmitido en ms. del S. XII. ∑ωλƲν, -Ųνος, significa ‘tubo, canal’, y recuérdese que σǢριƔξ, que es el nombre griego de la flauta de caña, tiene asimismo el significado de ‘tubo’. Pero esto es dudoso, y la glosa resulta sospechosa por varios detalles, fonéticos y morfológicos, además de semánticos.―

7 Aquí y en pandereta, el sufijo -ete, como en otros casos, parece ser de procedencia mozárabe.