NUEZA, ‘Bryonia dioica’, planta medicinal, del lat. NĶDէA íd., derivado de NĶDUS ‘nudo’, por los que forma la nueza sobre las plantas a cuyo alrededor trepa.

1.ª doc.: Nebr.: «nueza, ierva conocida: vitis alba, en griego ampelos leuce»; Laguna da cast. nueza, port. norza, ed. Dubler, IV, 332.

De ahí también el port. norça, ya documentado en el S. XIV, en Mestre Giraldo (pp. 19, 27 y 51) y en el Auto das Regateiras de Chiado (S. XVI). Por esos textos se ve que se empleaba en veterinaria, contra los catarros de cabeza, y también, como remedio humano, se tomaba la infusión de sus hojas; vid. C. Michaëlis, RL XIII, 350. En castellano es ya frecuente en botánicos del S. XVI, vid. Colmeiro II, 412-3; nueza negra es además nombre del Tamus communis, planta bastante diversa, pero también trepadora, como se ve por los nombres cast. vid negra y gall. saltasebes o saltasebias, citados por Colmeiro, V, 92-93. Gall. norza (hacia Orense): tiene un «nabo inmenso» que cura los lamparones, con hojas como de parra y gavilanes en la rama del nabo (Sarm. CaG. 134r). En Granada se emplea la forma nuerza, más semejante a la portuguesa, y en algún punto se dirá anorza (Acad.) (port. anorça, en Amato Lusitano), lusitanismo por lo demás poco extendido, pues no lo recoge Colmeiro; en Canarias, norsa, también portuguesismo, se ha extendido a otras plantas1.

Según la Acad. vendría del ár. al-uršân, plural de arîš ‘parra’, étimo cuya imposibilidad fonética es evidente. M-L., REW 5959, derivó lacónicamente de un *NĶRTէA ‘nueza’, sin dar bibliografía ni explicación alguna2; tal palabra no existe en ningún idioma: parece tratarse de una de las habituales confusiones de M-L., inspirada en una conjetura que insinuó C. Michaëlis al recordar, a propósito de nueza, el nombre de Nortia o Nurtia, diosa etrusca de la Fortuna; claro está que esto no lleva a ninguna parte. Propongo como evidente la siguiente etimología. Plinio, XXIV, cxv, 1, hablando del exedum, planta que, a juzgar por su derivación de exedere ‘corroer’, cree Forcellini de efectos cáusticos3, dice que también se llama mularis (recuérdese el empleo de la nueza en veterinaria) y nodia, y explica que se emplea para curtimbres, y también contra el veternum (‘modorra’), las nomae (‘úlceras corrosivas’) y la picadura del alacrán. Se ha dudado en la identificación de la nodia, aunque las recetas de Plinio ya podrían bastar para sugerir su identificación con la nueza. Volvería a aparecer, según una conjetura, en Marcelo Empírico, médico del S. IV; pero lo que es seguro es que está en la traducción latina de otro médico, Oribasio, hecha en el S. VI; según las indagaciones de Svennung4, quien por lo demás no sabe nada del romance nueza o norça, la nodia era precisamente nuestra planta (alem. stickwurz). Ahora bien, el tratamiento NĶDէA > nueza, noça, es normal en cuanto a la evolución del consonantismo (comp. bazo BADIUS, raza RADIA, hozar FODIARE, etc.; port. baço, raça, foçar), y perfectamente comprensible en cuanto a la vocal tónica, pues estamos ante el mismo caso que en vergüenza < VERECŬNDէA: es decir, el primitivo *vergonzia pasó a *vergoinza > vergüenza y de la misma manera *nozia > *noiza > nueza. Esta trasposición de la yod no es ajena al gallegoportugués, pues en Extremadura se recogió una forma noiza (sin duda del portugués fronterizo; Maldonado Villalobos, cita de Colmeiro) y de ahí vendrá luego el gall. nouza. En cuanto a la forma con r, casi general en portugués y conocida en el castellano de Granada, no creo errar atribuyéndola a una contaminación, que me parece ser la de BERZA, tanto más natural cuanto que lo que se emplea de la nueza para remedios son las hojas (vid. C. Michaëlis).

La formación del lat. NODIA, derivado de NĶDUS, es muy explicable por el carácter trepador de la nueza, que suele subirse por los setos, y enroscarse en torno de otras plantas en forma inextricable, formando nudos; ya lo dijo Lope: «como suele parecer la florida nueza con intrincados laberintos, anudada por el seco y antiguo roble» (cita de Aut.), es decir, ‘anudándose por encima’; de ahí la comparación con una culebra, en nombres extranjeros de la nueza como el fr. navet de serpent, el alem. s chlangenwurz o stichwurz ( = ‘raíz estranguladora’) o el cat. columbrina (COLUBRINA); a esos mismos nudos aludirá el nombre conquense espárragos de cruz, el extremeño espárragos de caña, y quizá el leon. nuégado citados por Colmeiro; acentuándose en la e sería metátesis de *nuédago, comp. ast. nuedu ‘nudo’, pero no sé si es ésta la acentuación, pues también se explicaría por *NOD-IC-ATUS (cf. cat. ennuegar-se ‘atragantarse’) si fuese nuégado, lo que es posible, siendo Sarm. la fuente de Colmeiro, pues Fr. Martín, que ponía pocos acentos, escribió: «leon. nuegado: la nueza y su nabo» (CaG. 139v).

En fin, por si todavía quedaran dudas en la etimología, las desvanecerá el alentejano norça que significa «articulaçƟo: a norça dos dedos, do pulso», es decir, ‘nudo’.

Debe de haber algún enlace con otro nombre de planta afín: port. congôssa ‘vincapervinca’ («hierba rastrera, flor parecida al laurel» Moraes) junto al cual existe congorsa (H. Michaëlis, etc.), tal como nueza ~ nuerza, pues según Sarm., ésta es la vitis alba y la congossa es la vitis nigra; también gall. congosas (Vall.). Habrá suma o cruce con algún sinónimo o casi-sinónimo u otros vocablos; como se emplea popularmente, según Sarm. averiguó, contra la erisipela y para curar otras enfermedades de la piel, puede haber: 1.° un cruce de consuelda, de la planta de uso más divulgado para curar heridas (el paso de con-no(r)ça a con-go(r)ça fonéticamente no sería demasiado sorprendente, aun por diferenciación, y más si recordamos que el gall. engadir viene de IN-ADDERE); 2.° suma de los sinónimos vinca o venca (cf. fr. pervenche) o *venca-venca, a base de (v)enca-norça o de enca-(e)nc(a)-orça, 3.° influjo de cangrena = gangrena, en el que pensó Sarmiento, por el empleo contra la erisipela, etc. Las formas gallegas sugieren, como quizá lo más probable, que el cruce fuese del lat. congrua ‘congruente, apta’ muy propio del estilo de boticarios y botánicos. En efecto en gallego la misma vincapervinca es cangroria (vid. las descripciones e información que da Sarm., CaG. 138r, 156r, 161v, A98r) y sobre todo cangroya (ibid. y 138v) que localiza en Neda o, en general, en la zona ferrolana. Tal como sola (SĶLA) se vuelve soya en buena parte de Galicia, congroya podría incluso resultar de una mera evolución fonética de congrua, con acento alterado al popularizarse ese latinismo; o bien hubo tratamiento de NODIA como *noya, con el resultado más normal de D? (-oria de todos modos, sin dificultad es trivialización de sufijo).

Sobre nueza y sus parientes románicos, V. además J. Hubschmid, en Via Domina II (Annales publ. par la Fac. des Lettres de Toulouse IV, 1955), 106-9. Parte de notia, que aparecería como nombre de la misma planta en Plinio y Dioscórides, y que en realidad no es más que una variante manuscrita de NODIA. Hay que dejar la decisión de este detalle a los filólogos latinistas5, aunque la confirmación aportada por Oribasio, y por otra parte la posibilidad de darle una etimología nos deben hacer inclinar desde ahora por NODIA (única forma admitida en Walde-H.). En las formas «castellanas» y portuguesas que cita Hubschmid reina la misma falta de crítica: están sacadas de recopilaciones léxicas y botánicas de segunda mano, que en parte ni siquiera identifica y sólo les atribuye una fecha; está claro, ya por la grafía, que anhorça, anhorza, han de ser palabras portuguesas, aunque Nemnich y otros extranjeros las hayan dado por castellanas. Habría también un anorca, que varios recopiladores se han copiado unos de otros, y que probablemente todos sacan de una fuente única, quizá Suárez de Ribera (1733), libro cuajado de erratas, muchas de ellas consistentes en escribir c por ç (V. los ejs. citados aquí en JAGUARZO, 483al9). Está claro que anorca es forma inexistente en vez de anorça, por más que una recopilación tan desprovista de crítica como el dicc. de Santamaría atribuya aquella forma a Chile6. A base de estas formas, en parte inexistentes, y en parte advenedizas del portugués, pretende Hubschmid construir, según su costumbre, múltiples variantes prerromanas NO- ~ NU-, NOR- ~ NUR-, **NORCA, etc. Desde luego hay que rechazar este proceder, y desechar también toda relación con un port. dial. nora «oliveira pequena», y el dolomítico nora ‘rododendro’, ‘aliso’, plantas todas sin relación con la brionia o nueza.

La principal utilidad de esta nota es señalar el gascón del Valle de Aure nòrs7, sólo documentado en el ALF, como traducción (quizá imprecisa) de ‘nabo’; es muy probable, casi seguro, que se trate de un préstamo del alto aragonés.

1 Steffen, tir. ap. de la Rev. de Hist. de La Laguna, n.° 70, p. 20, n. 34.―

2 Sin asterisco (!) en la 1.ª ed.; en la 3.ª , dándose cuenta de que esto no es latino ni nada, se lo pone.―

3 Son conocidos los efectos drásticos de la nueza, a que se refiere C. Michaëlis, y a que hacen alusión los nombres fr. navet du diable y alem. tollrübe, hundsrübe. Sin embargo, me parece más verosímil que este nombre aluda a las úlceras corrosivas que curaba la nodia.―

4 Wortstudien zu den spätlateinischen Oribasiusrezensionen, Uppsala 1932, p. 102.―

5 El pasaje que cita él de Plinio es el mismo que aduzco yo. Según las ediciones de Sillig y Detlefsen los varios manuscritos, en número de 5, traen ahí nodia, y notia es una corrección introducida por Sillig, en vista de que es en el índice del libro I (fundado, creo, en sólo 2 ó 3 mss.) donde figura notia. Dioscórides da el acusativo νοτιαμ como nombre romano de la misma planta, según la ed. Wellmann; como no tengo otras eds. a mi alcance y ésta es ed. poco crítica, ignoro si esta lección está bien fundada. En todo caso los nombres de una lengua extranjera se citan siempre con menor exactitud, y es sabido que los mss. medievales de Dioscórides y de Plinio sufrieron influjos mutuos. En cuanto a las grafías nossa, nuetia y nessa que Hubschmid cita de glosarios latinos de los SS. X y siguientes, son ya formas romances, como se ve por la evolución fonética, y nada pueden probar para el latín.―

6 Falta en Malaret y en los dicc. de chilenismos de Medina, Echeverría y Lenz. Santamaría la copia de Román, dicc. que también contiene chilenismos, pero que es sobre todo un catálogo de voces castellanas incorrectas y correctas, basado en el dicc. de la Acad. Román imprime anorca en negrillas, tipo de letra reservado para las voces «incorrectas», sin otra observación que la de que la última ed. de la Acad. ha reemplazado anorca por anorza; claro: los académicos se dieron cuenta de que anorca por anorça no ha existido nunca. El dicc. de Román contiene millares de voces no empleadas en Chile o meramente enciclopédicas (como agnosticismo, agramilar, etc.), y entre las «incorrectas» incluye muchas con la observación de que no son (o no eran) usuales en Chile (como ananas o analfabeto, p. ej.), sino en tal o cual otro país. Más detalles sobre los defectos de Román puede verlos Hubschmid en la reseña que le dedica Lenz en el suplemento a su dicc. Llamo la atención de Hubschmid sobre la necesidad de cuidar más a fondo el aspecto filológico de sus artículos; un sabio tan concienzudo e inteligente como él, y de quien tiene derecho a esperar tanto el futuro de nuestra ciencia, no puede dejar de intuir, por casos como éste, cuántas supuestas bases prerromanas, absolutamente infundadas, le habría ahorrado un examen más crítico y detenido de cada una de sus fuentes. Su consigna futura debiera ser «menos acumulación y más selección».―

7 No es cierto que en el ALF figure como masculino, contra lo afirmado en esta nota. Como la -o femenina de estas hablas es bastante relajada no se puede asegurar que no haya ahí uno de los habituales errores auditivos de Edmont. Luego la postulación de una base prerromana en -o carece también de base firme.