NUEZ, del lat. NUX, NŬCIS, íd.; el diptongo se debe a una apertura de la vocal, que es común a los tres romances hispánicos y gran parte de la lengua de Oc, pero su causa no está bien averiguada.

1.ª doc.: Berceo.

El artículo de Nebr. nos muestra varias acs. importantes: «nuez, fruta conocida: nux; nuez del cuello: epiglotis1; nuez moscada: nux myristica».

En cuanto a la forma del vocablo, nuez es absolutamente constante desde los orígenes del idioma (está también en J. Ruiz, etc.; Cej. VI, § 65)2. Es difícil de explicar este diptongo, que corresponde a la o abierta de otros romances: port. y gall. n྿z (Moraes; Vall.)3, cat. n྿u, general en todo el territorio lingüístico4, gasc. nose, notz, node, langued. orient. not, nose, prov. nose5. Ignoro la antigüedad del fenómeno en lengua de Oc, donde no se extiende a todo el territorio, pues no se ha estudiado a este respecto la versificación de los trovadores; los testimonios que encuentro, no sé si casualmente, corresponden todos a o cerrada6; en catalán no puede ser posterior al S. XIII, pues de otro modo *nou habría pasado a *neu. Es posible que la grafía νοκαι (: καρυƌιν ‘nuez pequeña’), que aparece en un papiro (CGL VII, 438), indique una pronunciación latina vulgar con ֊, pero es inseguro, ya que ahí la cuestión se complica con la del timbre de las oo griegas. En Italia no es seguro que haya nada de esto, si bien en Venecia y en el vecino Grado se pronuncia n྿Ɋa (Rohlfs, Hist. It. Gr., § 73)7.

El problema del cambio de timbre que nos ocupa ha sido muy poco estudiado: Gröber (ALLG IV, 135), M-L. (R. G. I, § 146), Hanssen (Gram. Hist., § 48) y Ronjat (Gramm. Ist. des P. Prov. Mod. I, 148) coinciden en admitir una analogía proporcional con otros nombres de plantas con o abierta, que partiera del nombre del árbol respectivo donde la o es átona y por lo tanto se confunde el timbre abierto con el cerrado (Ronjat dice que nose partiría de nouguié según el modelo de roso: rousié), lo cual no es convincente dado el número más bien reducido de los casos. Que el nombre del nogal reacciona sobre el de la nuez está fuera de duda y así se explica el rosell. noga, langued. y gasc. no(u)go, lo cual es buen apoyo de esta teoría. Por otra parte ninguno de los filólogos citados toma en consideración la amplia extensión geográfica del fenómeno, que miran como exclusivo del castellano o del dialecto de Provenza. Ahora bien, no es fácil que esta analogía se produjera unánimemente en cuatro romances y con tanta antigüedad como la del cast. nuez. Se comprende, pues, que Ettmayer (Festgabe Mussafia, 215) y Rohlfs (BhZRPh. LXXXV, § 205, 351) declaren desconocida la causa.

Comp. un caso análogo en NIEVE. Quizá hubo influjo del céltico KN֊VA ‘nuez’, que ha dejado descendencia en el Norte de Italia (REW 1998b; comp. Walde-H., s. v. nux), y que en mi opinión es también el étimo del cat. cl྿va ‘cáscara, esp. de nuez’ y su familia galorromance, para la cual es inadmisible la vieja etimología de Schuchardt, gr. κέλɄưος8.

DERIV.

Nuecero. Noceda; nocedal. Nogal [doc. de 1086, Oelschl.]; nogalina. Noguera [doc. mozár. de 1187, Oelschl.], tipo dialectal semejante al cat. noguera; gall.-port. nogueira (‘nogal’ Castelao 62. 23, mientras que ahí nogal es ‘nocedal’, cat. noguereda o noguerar); noguerado; nogueral; noguerón; nogueruela. Nogada. Nuégado [1423, E. de Villena9; 1580, Fragoso, Aut.; Covarr.; Quiñones de B., NBAE XVIII, 513, 753, etc.; para el sufijo vid. M. P., Festgabe Mussafia]. Nochizo ‘avellana silvestre’ [h. 1530, Ant. de Guevara, Aut.], será préstamo mozárabe, lo cual explica la ch, comp. mozár. NuƇâreš, nuƇîla (Simonet), nuǤiyêlla o nuƇâlla, y Ǥe (Asín, Glos., pp. 196-7). Gall. pontev. nocella ‘quitameriendas o bogallo’, flor azul como jacinto (Sarm. CaG. 92r, A150v).

Núcleo [APal. 134d], tomado del lat. nŭclĕus ‘parte comestible de la nuez o la almendra’, ‘hueso de fruta’, ‘núcleo’, derivado de nux ‘nuez’; nucleario; nucléolo. Del mismo origen, por vía popular, viene probablemente el it. nocchio o gnocco10 ‘especie de albóndiga dulce’ (comp. s. v. NUCA), de donde el cast. ñoclo íd. [1560, Mtz. Montiño, Aut.]; en la Arg. ñoques (del plural italiano gnocchi) son una especie de buñuelos hechos con papas hervidas y deshechas, huevos y harina.

Noyó [ejs. del S. XIX en Pagés; Acad. 1914 o 1899], tomado del fr. noyau ‘hueso de fruta’, procedente del lat. vg. NŬCALIS, derivado de NUX.

1 Análogamente cat. la nou del coll, Servigliano nuce de lu collu (ARom. XIII, 261), Manfredonia noce de cueddu, sic. nuci di lu coddu, también representado en Calabria, Pulla (Rohlfs, ARom. VI, 296) y Cerdeña (M. L. Wagner, Bibl. ARom. XVI, n.° 44.7). También en hispanoárabe se llamaba ǤéȬze ‘nuez’ («agalla de la garganta», PAlc.). El cat. nou del coll podría ser NODUS (comp. it. nodo del collo íd., val. nuc «nuez de la garganta», alto-arag. nudo o nugo íd., BDC XXIV, s. v.), pero en vista de las formas castellanas e italianas será coincidencia casual.―

2 En el aragonés de Venasque, por influjo del género ha pasado a nuesa (Ferraz).―

3 Incluyendo el leonés occidental, pues el mirandas nç corresponde a una antigua forma diptongada nuoç. NŬCEM allí habría dado n྿ç. Leite de V., Philol. Mirand. I, 231.―

4 Con la única excepción del Rosellón y Cerdaña, donde se dice noga y se pronuncia con o cerrada (= u en el Rosellón).―

5 Vid. ALF 920. La zona de nose y demás variantes correspondientes a o abierta incluye todo el territorio al Este del Ródano, sin exceptuar los valles valdenses, pero sí parte de los Altos Alpes y el Drôme, y agregando casi todo el Gard y el Este del Hérault. Después hay una amplia zona de nouse o nougo ( = ֖), que abarca casi todo el Languedoc, lato sensu, hasta el Aude, y parte del Lemosín, y la o abierta vuelve a empezar desde los límites orientales del gascón (Ariège, H. Garonne) hasta Bayona y Burdeos; sin embargo, hay una isla de o cerrada en el centro y SO. de la Gironda. También en las Landas dicen nots (Palay) o nogue (Métivier, Agricult. des Landes, 734).―

6 Así en el Donatz Proensals y en el Breviari d’Amor (rima con crotz, v. 11552). No puedo comprobar qué rima tenemos en otros dos pasajes citados por Erdmannsdörfer (Appel, Prov. Inedita, 185; Milá, Los Trov. en Esp., 235), pero hay también o cerrada en el Concili de Lulio (nots: sots, dessots, sanglots, v. 649), que aunque catalán rima ahí en lengua de Oc. Otro ej. de notz, creo en rima, está en Peire d’Alvernhe, Qui bos vers.―

7 Tampoco sé si hay relación con la o abierta del it. nocciolo ‘hueso de fruta’, napol. nuozzola, que vendrán de *NŬCէLUS por NŬCLĔUS, pero que están en evidente e íntimo contacto semántico con NUX. En el AIS (1281) el vocablo tiene o abierta en casi toda su área, que abarca Toscana y casi todo el Sur (sin embargo, nuzzulu en parte de Pulla y Calabria; noc en los Abruzos). Sin embargo, NUCEM parece presentar o cerrada en toda Italia, a juzgar por el mapa 1298 del atlas.―

8 De ninguna manera es cierto que el cat. clova sea una alteración moderna y aislada, como afirma M-L. (REW 4688): el diminutivo clovell, clovella, es frecuente en la Edad Media desde el S. XIII (Alcover), clovoll aparece en las Costumbres de Tortosa (ed. Oliver, p. 419) de la misma época. En lengua de Oc tenemos ya clovel en el período medieval (p. ej. en 1390; croveil en 1397; Pansier), V. además FEW II, 445b. Con mucha razón ha suprimido el artículo KELYPHOS Wartburg. Otra solución del grupo inusitado KN- puede presentar Ardèche govo ‘vaina de guisantes, judías, etc.’ (VKR IX, 340). En cuanto a la variante oc. calofo, cat. esclofa, clofolla ―la cual sí es moderna y no documentada en la Edad Media―, más que en un fenómeno de fonética dialectal gálica, pensaría yo en un cruce con el sinónimo cat. pellofa, oc. pelofo.―

9 Así debe leerse en lugar de «turrones, miegados, obleas, letuarios e tales cosas», según imprime la ed. Navarro del Arte Cisoria, cap. vi, p. 45.―

10 Otros prefieren, para el italiano, partir del longob. knohha (= alem. knochen ‘hueso’), tomando como base el sentido de nocchio ‘nudo en la madera o en un fruto’. Lo cual también es posible, suponiendo gnocco > *niocco (a causa de la rareza de la inicial gn-) > nocchio. De todos modos, con una u otra solución, es seguro que en castellano es italianismo. Sobre el vocablo alemán y su amplia extensión y autoctonismo en germánico, sobre todo en la toponimia, habla Weisgerber (Rhen. Germ. Celt. 157-165); cf. algo referente a los pormenores fonéticos italianos en la p. 165.