MUSTIO, probablemente del lat. vg. *MŬSTէDUS ‘viscoso, húmedo’, cuyo sentido conservó el oc. ant. moste, -eza, pero evolucionó en castellano por la flojedad de las cosas mojadas.

1.ª doc.: 2.º cuarto del S. XIV, Montería de Alfonso XI.

Donde se lee «e si non fuere de essa noche, estará la quebradura de la rama seca, e la hierba mustia». Agrega Aut. citas de A. de Morales (h. 1580) y Calderón. Figura asimismo en Nebr. («mustia cosa: marcidus»), en Lucas Fernández (Cej., Voc., etc.) y es de uso general. Quevedo afirmó que mustio era término culterano (V. MARCHITO), pero este informe, algo sospechoso de confusión, no puede confirmarse en otras fuentes.

Propuso la etimología arriba admitida Schuchardt, Roman. Etym. I, 56-62. *MŬSTէDUS es derivado de MŬSTUMl> ‘mosto’, formado en latín vulgar en lugar de MŬSTĔUSl>, que era ya clásico en la misma ac., y que ha dejado abundante descendencia romance (REW 5779) en parte en acs. próximas a la primitiva; pero la mejor prueba del étimo *MUSTIDUS es que MUSTEUS ha sufrido una evolución semántica análoga: it. moscio ‘flojo’, ‘decaído’, ‘sin consistencia’, cat. moix ‘abatido, melancólico’. Como representante seguro de *MUSTIDUS tenemos oc. ant. moste, -eza, lemos. moùsti, gasc. mùsti ‘húmedo’, y quizá el fr. moite íd. (> ingl. moist ‘mojado’, musty ‘húmedo’, ‘mohoso’, ‘malhumorado’)1. Creo que también tiene el mismo origen el sardo caɊu mústiu, regotta mústia «cacio di primo sale»2. Por otra parte, con el mismo significado que en castellano, tenemos el gall. mucho3, port. murcho (< *muscho), que según demostré en MARCHITO, deben proceder de *MUSTIDUS; y análogamente el cat. mústic, -iga, mall. mostiy, mostia, cat. ant. y dial. mustiu («ab ulls torbats e mustius», Corbatxo, S. XIV, 104.29; fem. mustia, 104.20)4; una forma quizá conexa con esta última es el a. arag. mostillo ‘tonto’ (¿< mostío?), RLiR XI, 198.

DERIV.

Mustecer ant. (Nebr.); mustiarse [Acad. 1925 o 1936]; enmustiar.

CPT.

Con el gall. mucho (= murcho, V. arriba) y cara: gall. caramucho, -cha ‘(cosa) seca, magra’ (esta castaña está caramucha) y su derivado caramucheiro ‘persona ridícula, fea, lánguida’; en la cordillera central de Galicia (el Seixo) los naturales injurian así a los que se alquilan allí para guardar ganado («es un ~», Sarm. CaG. 186v).

1 La etimología MȢCէDUS tropieza con dificultades fonéticas insuperables (<l=lat.>MȢCIDUS habría dado *muisde, MŬCCէDUS > *moste), y aun la hipótesis de un cruce con MUSTEUS, poco satisfactoria en sí, sigue encontrando dificultades aun fonéticas. La comparación con SAPIDUS > fr. ant. saive, PALLIDUS > pâle, sugiere que Schuchardt tendría razón al admitir que *MUSTIDUS > *móstie > moiste era posible.―

2 Es verdad que M. L. Wagner, ASNSL CXXXV, 103 (y el REW 5779), parte de MUSTEUS, pero creo que no reparó en el detalle de que más bien debía ser *MUSTIDUS; puesto que el sardo palataliza T? y SC? (ASCIOLA > logud. ašolu), también había de palatalizar ST?. Mientras que no hay dificultad en la pérdida de la -D- (LIMPIDUS > límpiu, SAPIDUS > sábiu, etc.).―

3 Existe variante gallega igual a la portuguesa, pues el verbo es murcharse en Castelao: «aquel amor que che tiña / era unha fror e murchouse» 290.3f., y él mismo emplea un adj. murcho (168; también Lugrís); Vall., sin embargo, da muchar y Sarm. mucho adj. (CaG. 186v).―

4 Es verdad que tropezamos con dificultades para la explicación fonética de las formas catalanas. A primera vista todo podría explicarse por un antiguo *músteu, *mústea (con la representación normal de -էDUS < -´eu ), pasado después a mústia y de ahí mústiga (con el analógico mústic), mientras que un masculino analógico *mústiu habría podido trasladar el acento para adaptarse al tipo frecuente de adjetivos en -íu -IVUS. Pero la dificultad en todo esto es el tratamiento de la vocal tónica. Que la Ŭ pase a u en castellano por metafonía es normal según la fonética de este idioma, pero en estas condiciones no parece serlo en catalán (comp. tèbeu, hoy tebi TEPIDUS, y el dialectal llémpeu < LէMPէDUS), puesto que ni ante la final masculina -´eu ni ante la femenina -´ea se hallaba la tónica ante una vocal cerrada. Así que el resultado había de ser *mósteu, móstea, y el cambio de éste en *móstia ya no podía afectar a la tónica, por demasiado tardío. Quizá haya que admitir, pues, que lo primitivo fué cat. mustíu < *MUSTIVUS, pues aun en las Baleares la o puede cambiarse en u pretónica cuando sigue í acentuada. Faltaría entonces explicar mústic; comp. quizá fàstic en lugar del antiguo fastíg. Sin embargo, a pesar de las apariencias, quizá deba admitirse esta metafonía de fecha tardía, teniendo en cuenta que nuvi ‘desposado, novio’ y su femenino núvia (*N֊VIUS, -A) todavía aparecen en la forma novi, nòvia, en el S. XV (comp. además el caso de múrgola, aquí s. v. MORILLA).