MUCETA, diminutivo de muça o almuça íd., palabra que en esta última forma o en variantes análogas está extendida en todos los romances y lenguas germánicas occidentales, b. lat. almucia o almucium, de origen incierto; acaso resultante de un cruce de los sinónimos amictus y capucium.

1.ª doc.: 1592, Fonseca (Aut.).

Define este diccionario: «cierto género de vestidura a modo de esclavina, que se ponen los Prelados sobre los hombros, y se abotona por la parte de adelante; trahenla también los Eclesiásticos de la Corona de Aragón y de algunas partes, en el Choro, pero abierta», y da además otro ej. de princ. S. XVII; Pagés agrega otro de la segunda mitad. Registran ya Percivale (1591) «muceta de obispo: a bishops pall or habite», Covarr. «ornamento de perlados a modo de esclavina...», y Oudin «mossette d’Evesque». Gillet (Homen. a M. P. I, 447), cita de Lope «celebré mucho... / el verme... / con una muceta riza / de peregrino de amor», y además da un ej. de la forma rara muça en el dramático del S. XVI Francisco de las Natas: «en mi tierra / los que somos de la sierra, / Dios manténgales, dezimos, / otros baxan hasta en tierra / las muças que nos cobrimos», que ya sale en el Canc. del S. XV publicado por Foulché, «que se me eriza la greña / y mi muça colorada» (p. 18). Borao cita almucia como aragonés1.

Las siguientes son formas pertenecientes a otros romances. Port. murça [1624, M. S. de Faria, en Bluteau]; cat. almussa [-ça, frecuente desde fin S. XIV, Eiximenis], hoy mussa en Mallorca; oc. ant. almussa; fr. aumusse [S. XII]; it. mozzetta [2.ª mitad del S. XVII, Tommaseo]; campid. armussa (< cat.), mussetta, logud. muzzetta (RFE IX, 227); ingl. med. y mod. amice (pron. Ƣmis); todos ellos de igual sentido, mientras que el a. alem. med. almuz, armuz, que hacia el S. XV se abrevia en la forma actual mütze, es ‘gorra’, ‘bonete’2. En bajo latín se halla almutia, almutium, armutia, desde fecha bastante antigua (la forma italianizante mozzeta en el Codex Iuris Canonici). Como etimología se ha propuesto el it. mozzare ‘desmochar, descabezar’, a. alem. med. mutzen, mützen, ‘podar’, pero además de que la idea no conviene mucho desde el punto de vista semántico, se oponen a ella totalmente las formas en alm-, arm- o am-, que son las más antiguas y sin duda las primitivas. Justi, Zeitschrift f. deutsches Altertum XLV (1901), 420-6, fundándose en la premisa de que la inicial al- indica indudablemente una etimología arábiga, quiere partir de un ár. mústaqa ‘chaqueta o traje ancho’, ‘abrigo de pieles con mangas largas’, que a su vez procede del persa medio *muštak (> persa mušta, mištī ‘vestidura de seda’, armenio muštak ‘sobrepelliz’); la palabra arábiga es rara, sólo figura en el oriental Abenjalicán (3.r cuarto del S. XIII), y falta en los diccionarios, luego sería ya difícil a priori que desde ahí pudiera pasar al romance, pero la caída inexplicable de la sílaba final obliga a desechar completamente esta etimología, que ya desde el punto de vista histórico es inverosímil3, a pesar de la aprobación que le dieron Kluge, Lokotsch, Nascentes, Suchier (GGr. I, p. 838) y otros. Tampoco hay que pensar en el ár. muɊállà ‘alfombra empleada para rezar’, como sugiere Gamillscheg (EWFS, s. v. aumusse). En realidad no hay por qué empeñarse en una etimología oriental puesto que la sílaba am- o alm- pudo nacer de muy varias maneras. La única idea aprovechable, a mi entender, es la otra que sugiere este erudito: cruce del lat. amictus o de amiculum, que designan ornamentos eclesiásticos semejantes o iguales a la muceta, con el b. lat. caputium o caputia ‘capucho’. De hecho todo indica que almutium, -utia, nació en el bajo latín eclesiástico, y que estos cruces se produjeron lo comprueba la circunstancia de que en inglés se dijo primero amyte (Wycliff), procedente de amictus, y sólo posteriormente aparece la forma amice; ahora bien, las variantes inglesas en am- pueden ser las originarias, más tarde cambiadas en alm-, en el Continente, por intrusión del seudo-artículo arábigo (como en ALMENDRA, etc.)4. Pudo además contribuir el influjo de almáticaDALMÁTICA.

1 En cuanto a almocela, almucella o almoçala que algunos han tomado por variantes de nuestra palabra, nada en realidad tienen que ver con ella. V. ALMOZALLA ‘alfombra o cobertor de cama’.―

2 Esta abreviación puede ser independiente de la ocurrida en castellano, italiano, etc., idiomas donde se explicará por haberse tomado la sílaba al- por el artículo arábigo. En alemán, en cambio, puede explicarse por haberse tomado armutz(e) por un compuesto de arm ‘brazo’ y mutze.―

3 Nada en la documentación del vocablo indica una procedencia oriental. El cambio de st en ç sólo se produce en los arabismos del castellano, no en los demás romances. Ahora bien, nuestro vocablo está documentado mucho antes en Francia, Alemania y Cataluña, y el sufijo -eta es otro indicio de que no es vocablo genuino en Castilla.―

4 El Sr. George C. S. Adams, Studies in Philology (North Carolina), XXXIV, 49-51, quiere también partir de amiculum, pero supone que el cambio en *AMUCIUM se debería al cruce con un céltico *MUCIA deducido del irl. múchaid, gaél. mùch, ‘abrigar, arropar, sofocar’. Mas aparte de que sería preciso probar la antigüedad de esta palabra céltica, es completamente inverosímil el cruce de un sustantivo latino con un verbo céltico para explicar un término del bajo latín eclesiástico.