MEQUETREFE, ‘sujeto entremetido, bullicioso y de poco provecho’, probablemente palabra portuguesa, compuesta de meco ‘hombre libertino’, ‘sujeto astuto y malicioso’, y trefe ‘travieso’.
1.ª doc.: 1625, Pedro Espinosa, Obras, p. 194.13 (entre las voces vulgares y mal sonantes).
Como etimología propuso la Acad. (1884) un ár. moġaƫref ‘petulante’; de hecho ha existido en árabe un verbo ġáƫraf «superbivit, superbe incessit; violenter, injuste tractavit», que Freytag cita de un poeta, y la segunda forma taġáƫraf «superbivit, superbiam ostendit in incessu», registrada por el ?auharí y el Qamûs, correspondientes al sustantivo ġiƫrîf, propiamente ‘pollo de azor’ y luego «dominas illustris», «liberalis et generoso animo praeditus juvenis», que además de estar en los léxicos clásicos se empleó como nombre propio de un personaje ilustre (Dozy, Suppl.), y aun se emplea todavía en Argelia en el sentido de «noble, seigneur; chef» (Beaussier). Por lo demás no encuentro otras noticias de esta familia de palabras (falta en R. Martí), quizá de origen extranjero en árabe. Aunque el verbo ġáƫraf es la peor documentada de estas formas, no sería imposible deducir que su participio activo muġáƫrif ‘soberbio’, ‘que anda o trata con soberbia’, pudo emplearse en España, quizá pronunciado vulgarmente moġaƫréf, y tampoco sería inconcebible que de ahí viniera el sentido de mequetrefe; pero en cuanto a la forma del vocablo castellano, para explicarla sería indispensable admitir que en romance se cruzó con otro vocablo, sin duda meco.
Sin embargo, ya que de todas maneras tenemos que hacer intervenir a éste, y ya que en árabe no tenemos prueba alguna de que ġáƫraf y su familia fuesen de uso popular, y menos en España, es muy preferible la etimología de Baist (RF IV, 386), quien sugiere que sea sencillamente un compuesto del port. meco con trefe. En efecto, meco es palabra muy viva en este idioma (ya documentados varias veces meco y meca en Ferreira de Vasconcelos, a. 1547, CortesƟo, Moraes, siempre como término insultante), en el sentido de «homem libertino, atrevido» y «espertalhƟo» (‘hombre astuto y malicioso’) (Fig.), y como palabra jergal «qualquer indivíduo; sujeito; tipo»; que el sentido propio sea ‘adúltero, disoluto’, como asegura Bluteau seguido por otros, es discutible, pues esta definición parece fundada sobre todo en la etimología supuesta moechus ‘adúltero’: en Ferreira parece ser más bien vocablo injurioso o más bien meramente despectivo, de significado general. No es palabra enteramente ajena al castellano, aunque raramente empleada: se lee una vez en el valenciano Juan de Timoneda (S. XVI), entre personajes que se insultan: «G. Vergüença en esse carrillo: / ¿siendo mesón el Castillo, / es bien dormir descuydada? / V. ¿Do está el descuydo, Joan meco, / padastro del panarizo?» (Auto del Castillo de Emaus, v. 66), y otra en el murciano Polo de Medina (h. 1640): «Quien supo tanto de burlas, / barbón Cintio o meco Dios, / no será mucho que escuche / los donaires de mi humor» (Rivad. XLII, 189); hoy murciano ‘afeminado, impotente’ (G. Soriano), bilbaíno «persona melindrosa, delicada, irresoluta» (Arriaga), salmantino «vanidoso, melindroso» (Lamano), asturiano occidental «tuerto, bizco» (Acevedo-Fz.), alto-aragonés meco y tartameco ‘tartamudo’ (BDC XXIV; ZRPh. LV, 723), meco y meca ‘ternero de leche’, ‘novilla’ (BhZRPh. LXXXV, § 126), zamor. mecas «juego de niñas que consiste en arrojar al aire una bolita y ejecutar combinaciones con otras cuatro semejantes antes de recibirla en la mano...» (Fz. Duro), mej. meco «rubio; desgraciado, bajo; manchado; indio», maguey meco, toro meco, ‘los que tienen rayas o manchas oscuras sobre un fondo de otro color’, mecada ‘patochada, disparate’ (Ramos Duarte)1. Hay además el cat. mèc ‘barbilampiño’ (comúnmente barbamec, y como calificativo de nombres de pájaro: pinsà mec, cegard mec), caló cat. mecu ‘bobo, imbécil’, rosell. mec ‘chocha de ciénagas’ (Rolland, Faune II, 357), bearn. mèc ‘ternero de leche’, oc. mè(c) ‘bobo’, argot fr. mec ‘individuo’, ‘rufián’, jerga de Belluno méco ‘amante’, mec(c)a como denominación figurada del hambre en un texto popular italiano (Spitzer, BhZRPh. LXVIII, 45, 315). Es muy dudoso que todo esto pueda explicarse por una sola etimología, sea moechus ‘adúltero’ (que debería ser cultismo), o una abreviación del fr. maquereau, o una voz expresiva u onomatopeya del tartamudeo, de la llamada del ternero o del grito de la chocha: me parece probable que haya habido origen expresivo-onomatopéyico de diferentes matices, quizá ayudado por el cultismo moechus.
Volviendo a mequetrefe, el segundo elemento es trefo (o trêfego), en portugués «turbulento; traquinas; manhoso, astuto», según Moraes «sagaz, astuto, ardiloso, dissimulado com malícia», «que faz travessuras dissimuladamente», ya documentado en Nunes de LeƟo; en castellano es trefe, que también figura en la lista de voces malsonantes de Pedro Espinosa, ‘baladí, delgado, flojo’ en Fr. L. de León (Aut.), ‘tísico’ en Nebrija. Estudiaré el origen en artículo aparte. Pero desde luego está claro que meco trefe en el sentido portugués de ‘sujeto travieso’ (meco ‘sujeto, tipo’) es una excelente etimología para mequetrefe. La combinación pudo nacer en Portugal, y entonces quizá habríamos de partir de mequ’ e trefo ‘malicioso y travieso’, convertido en mequetrefe, sea por repetición paralelística de la -e, o por influjo de trefe al pasar el vocablo a Castilla; o bien pudo cambiarse en Castilla meco trefe en mequetrefe por paralelismo de los dos elementos, que así terminan ambos en -e. Explicar mequetrefe por un ingl. make-trifles (pron. meik traiflz) ‘el que hace frioleras o bagatelas’, como propuso Puigblanch (Vinaza, p. 831), es inverosímil por ser muy raros los anglicismos antes del S. XVIII, y más tratándose de una palabra familiar y afectiva (trata de esta errónea etimología de Puigblanch, no sé en qué sentido, Fdo. Lázaro, Misc. Griera II, 1955); por lo demás no parece que la citada palabra inglesa haya sido jamás usual (falta en Webster y en el Shorter Oxf. Dict.)2.
1 Muy difícil que pueda explicarse a base de la ac. ‘indio’, como contracción del nombre propio chichimeco (Waguer, ZRPh. XXXIX, 540).― ↩
2 La variante santanderina niquetrefe habrá sufrido una contaminación. ↩