Éste agrega la variante
mamarrache y define «figura de hombre mal hecha, mal pintada». Pichardo: «la persona que se disfraza o representa alguna figura ridicula en el Carnaval o en las fiestas de San Juan, Santiago, Santa Ana, etc.; así en Cuba; en Puerto Príncipe
gumarracho»
2, que es alteración del metatético
homarrache (
-o) ya registrado por Nebr.
Aut. sólo registra
moharrache o
-acho «el que se disfraza ridículamente en alguna función, para alegrar y entretener a otros, haciendo gestos, ademanes y muecas ridículas»; en este sentido aparece
moharrache en Sánchez de Badajoz (2.º cuarto del S. XVI, Cej.,
Voc.) y
moharracho un par de veces en el
Quijote, etc. Hoy la Acad. no reconoce esta ac. al moderno
mamarracho, pero el hecho es que siguen llamándose así (por lo menos en Barcelona) las personas disfrazadas sin gracia que transitan por las calles en tiempo de Carnaval. Es alteración (por influjo de
mamar) de
momarrache, registrado por Covarr. La forma originaria es indudablemente
moharrache; éste viene, como indicó Dozy (
Glos., 307-9), del participio activo del verbo ár.
hárraǤ que significa vulgarmente «badiner, bouffonner, plaisanter»: el participio en cuestión tiene hoy en Damasco la forma clásica
muhárriǤ ‘especie de arlequín o cómico, que hace reír en las reuniones de gente’, y se emplea también, con el sentido de «badin, bouffon, facétieux, farceur, plaisant, scaramouche», en Egipto y otras partes del Norte de África, aunque en este continente no se nos indica cuál es el vocalismo de la última sílaba. El cast.
moharrache nos permite asegurar que en hispanoárabe se pronunciaba
muharráǤ. Tal sustitución de vocales parece haber sido general en los participios hispanoárabes de las formas derivadas, p. ej.
muɅtasáb en lugar de
múɅtasib (
ALMOTACÉN),
mustá⺆rab por
mustá⺆rib (
MOZÁRABE),
muġáwwar por
muġáwwir (
ALMOGÁVAR),
muƫbaq por
muƫbiq (Neuvonen, p. 134), etc. El traslado del acento era también normal en voces de esa estructura fonética; y por lo menos entre gente culta se conservaban también las
i del participio activo, pues PAlc. en su gramática da
mucátil peleador,
mumélliç acepillador, frente a
mucátel peleado,
mumelleç acepillado (ed. Lagarde 25.14). Pero la acentuación
mucátel nos muestra ahí que en este capítulo trata PAlc. de ajustarse a la pronunciación más correcta de los alfaquíes (de que nos habla a menudo en su libro) más que a la vulgar. En el propio PAlc. aparecen las formas vulgares en
a, p. ej.
mubázaq «salivoso, lleno de saliva» 391
b12, que sería abusivo corregir en
mubázziq (aunque así lo sugiere Dozy
Suppl. I, 92
a).