MADROÑO, denominación propia del castellano y el portugués, de origen incierto, quizá prerromano y emparentado con el tipo *MOR֊T֊NU que designa la fresa o el arándano en leonés (meruéndano) y gallego (morodo, morote), pero también en varios lugares el madroño: una variante *MOROTONEU pudo cambiarse fácilmente en *MOTORONEU por metátesis, de donde madroño.

1.ª doc.: maƫrûnyu, como nombre español, en el tunecí Abenalɏazzar, † 1004; madroño, h. 1330, J. Manuel (Rivad. 252b25); h. 1400, Glos. del Escorial y de Toledo.

Maƫrûnyu aparece también en el anónimo sevillano de h. 1100 (Asín, 174-5), en Abenbuclárix (h. 1106), Abenalauuam, Abenalbéitar y en glosas mozárabes de Dioscórides, matrûny en Abentarif, y la forma más arabizada matróna está en PAlc. y hoy se emplea en Marruecos (Simonet, s. v. mathróna y adiciones). El derivado madroñedo está en el Canc. de Baena, n.º 392, v. 50. En portugués medronho es hoy de uso más o menos general, con ésta o con las variantes populares madronho, modrenheiro, madronheira, pero a juzgar por la toponimia este tipo domina más completamente en el Sur del País, mientras que en la toponimia del Centro y Norte se hallan êrvado y variantes (Leite de V., RL IX, 397n.1)1; también en España los descendientes de ARBŬTUS son propios del extremo Norte: ast. érbedo y albedro, alav. y santand. a(l)borto, alav., vizc. y rioj. borto, arag. alborza, alborocera; de un cruce de alborto con madroño resultará el ast. alborniu ‘fruto del madroño’ y albornial ‘madroño’ (V); Sajambre albornio ‘árbol parecido al madroño’ (Fz. Gonzz. Oseja, 186). En cuanto a Portugal, medronho se halla ya, como nombre del árbol, en Jorge Ferreira (h. 1557), pero el colectivo madronial ya aparece en una ley sin año, que parece ser de fines del S. XII (CortesƟo): luego la forma con a también es antigua en portugués2. Para más documentación española y portuguesa, vid. Colmeiro III, 522-3. Y adviértase que no designa en todas partes lo mismo, pues en el Bierzo el madroñeiro es el serbal, y madroñal la serba (Sarm. CaG. 142v).

C. Michaëlis, Misc. Caix, 1886 pp. 136-7, propuso un derivado de MATȢRUSl> ‘maduro’, a saber: *MATURONEUS, porque «el fruto del madroño madura muy lentamente, pero cuando llega a ese estado aparece como el símbolo de la madurez misma, gracias a su color de un precioso rojo púrpura»3.Esto es verdad, pero no parece razón adecuada para que se distinguiera de este modo su fruto de los demás domésticos y silvestres que también maduran; así lo observó ya M-L. (ZRPh. XI, 270)4. Schuchardt en sus investigaciones acerca de los nombres romances de nuestro arbusto se ocupó de madroño repetidamente (ZRPh. XXVIII, 193-4; XXIX, 223): se inclinaba por un derivado de ARBŬTUSl>, que en romance presenta variantes en -TRUS, como it. ant. àrbatro, àlbatro, ast. albedro, suponiendo un derivado hispánico *ARBէTRĶNĔUl>, de donde *bedroño (comp. bed(r)eiro junto a erbedro y ervedeiro en gallego, según Sarmiento) y finalmente *medroño y madroño: el cambio en la inicial lo atribuyó primero a influjo de madera, maduro y madre, luego al de mora5 y su familia (a la cual atribuye meruéndano y port. morango). Estos cruces no son imprescindibles, ya que pudo haber también una mera dilación de la nasalidad. Sin embargo, alteraciones de tipo tan excepcional como ésta, y como la pérdida del AR- inicial, que serían admisibles si se tratase de una forma dialectal moderna, quitan toda verosimilitud a una etimología si es la de un vocablo documentado copiosamente desde el S. X, y que en todas las épocas y en todos los dialectos aparece unánimemente con m- inicial. Me adhiero, pues, al escepticismo con que Leite de V. acogió esta etimología (a pesar del apoyo aparente que le da el corso arbitronu, REW 610).

Con lo cual no quiero afirmar que no haya habido contactos lingüísticos entre los sinónimos ARBUTUS y madroño. Nos informó Sarm. de que en la zona del Centro y Noroeste de Galicia se emplea un nombre albitorno o albichorno para designar una planta, que precisamente me parece resultar de un cruce ya antiguo da los dos tipos ARBUTUS (-ITUS) y MOROTONO-, MOTORONIO- (algo como *ARBITTORNU); la variante albitorno la oyó en Noya y en Cerdedo (E. de Pontevedra); en cuanto a albichorno, en Bergondo junto a Betanzos (CaG. 132r, 133v, 137v, A99r), es alteración muy secundaria, debida al uso contra las lombrices (o bechocos), pues la misma planta se conocía como herba lombrigueira en Samos, más al Este (aunque no sé si la caracterización de la planta como lombrigueira se deberá sólo a la creencia de que ciertos diviesos y carbunclos son causados por bichitos) y como herba de San Pedro (seguramente por lo benéfico de su fruto) entre los piadosos clientes del priorato de Cerdedo.

La vió el Padre Sarmiento, quien la describe así en su CaG. (99rA): «una planta alta como el verbasco, y tiene hojas muy suaves pero de un verde oscuro. El tallo es cuadrado, y las hojas son menores que las del verbasco. Dijéronme que echaba flores blancas. Sus hojas puestas sobre diviesos, carafunchos, etc., los revienta con prontitud. A esos diviesos llamaron allí pausumas». Aunque el verbasco y otras escrofulariáceas suelen ser menos altas que un madroño y que se trata sin duda de plantas distintas, lo mismo por los altos tallos que por la circunstancia de echar unas bayas que llaman tanto la atención, y probablemente buscadas por los niños, esta planta y el madroño no parecen ser tan diferentes que no quepa compararlas o relacionarlas.

Lo mismo aquí que en el ast. albornin ‘fruto del madroño’ ha habido, pues, un antiguo contacto entre los dos vocablos: tanto más fácil cuanto que el port. medronho nos muestra e en la 1.ª sílaba, que las variantes (a)morote, moruétano, mir(ag)üétano, marganétanu y melétano muestran una -t- (< -TT-) lo mismo que albitorno, y que según veremos en la nota 6, muchos representantes del tipo MOROTONO designan plantas todavía más diferentes del madroño, como el arándano y la fresera silvestre.

Especialmente importante me parece el detalle de que el madroño se llama merodo en el Bierzo (Fz. Morales) y en otras partes de León (Sarmiento), morodo, (a)morote, morodeiro, moroteiro o morongueiro en Galicia (Sarmiento, Sobreira), amorote junto con madroño, gall. NE. amorólos ‘la fruta del madroño’ (Viveiro, Sarm. CaG. 236v), meródio en el port. de Valpaços (RL III, 328)6; el mismo nombre designa la fresa7: gall. (a)morote, morodo, morogo8, morobos y morouguiños (Sarm. CaG. 135r, pero morogueiro ‘madroño’), port. morango9; y el arándano: leon. y ast. meruéndano, ast. miruéndano10. Estas varias formas postulan una base MOR֊TNU o algo parecido11, que difícilmente podrá creerse mero derivado del lat. MĶRUM ‘mora’ (contra la opinión de C. Michaëlis, l. c., p. 139-40, y Schuchardt, l. c.), frutita muy diferente por su color y demás características: el extraño sufijo (comp. peruétano) indica más bien una voz prerromana, como lo es el cat. maduixa ‘fresa’ y su familia (vid. MAYUETA). Un *MOROTONIO, derivado del mismo radical, indicaría una fruta parecida al *MOROT֊NUl>, y de aquél saldría fácilmente una forma metatética *MOTORONIO- que explicaría el nombre romance: el cast. madroño y el port. medronho presentarían dos disimilaciones vocálicas, diferentes, de la o inicial; el primitivo modroño es corriente en el cast. de Galicia (Alvz. Giménez, 43)12.

DERIV.

Madroncillo (V. arriba). Madroñal ‘sitio poblado de madroños’ (pero el glosario del Escorial lo traduce por ‘arbusto del madroño’). Madroñero murc.; madroñera. Madroñuelo. Amadroñado.

1 El tipo êrvedo, sin embargo, se halla también en puntos de Estremadura y aun, como nombre de lugar, en el Alentejo (RL XXIX, 291-2); es vivo en Valpaços (RL III, 327), en el Minho portugués (RL I, 221), en el gallego del Limia (VKR, XI, s. v.), etc.; Sarm.: berc. hérbedos (CaG. 142v), gall. herbedos (45r, 93r), acentuado -édos (155v); un deriv. *erbedeiro > *elbedreiro (con repercusión y disimilación) se redujo a bedreiro empleado en Mondoñedo (155v). Cabe incluso preguntarse si el berc. borrachines (íd.) no podría resultar en algún modo de ERBUUS (cf. bêbado, infra).―

2 Para el cambio en e puede compararse el gall. medroñas ‘zuecos’, = cast. (al)madr(u)eñas, derivado de madera.―

3 En cuanto al sufijo, V. los ejs. citados por D.ª Carolina y por J. de Silveira en RL XXIV, 214. La erudita alemana sospecha que el cast. madroño sea préstamo gallegoportugués u occidental, en vista de que la forma normal de este sufijo en castellano es -ueño, y de que el sufijo mismo es más productivo en gallegoportugués. Así es, en efecto; sin embargo, a veces hay -oño aun en castellano: ponzoña, carantoña. De todos modos es probable que el vocablo fuese primitivamente ajeno a Castilla la Vieja y que se trate de una forma mozárabe o castellana-nueva. Comp. lo dicho s. v. CARROÑA.―

4 Sin embargo, aceptó esta etimología en el REW, s. v. MATURUS. También M. P. en su Manual de Gramática Histórica.―

5 Que es en el que piensa realmente en Museum X, 400, poniendo en relación el vasco y castellano dialectal metra (que lo mismo que el cast. madroncillo designa la ‘fresa’) con la vasta familia de nombres vascos, vascoides, célticos e iberorrománicos de la fresa y el madroño. Él los considera representantes del lat. MĶRUM ‘mora’: con ella se habrían cruzado el vco. guri (cf. vco. mariguri ‘mora’) y el lat. CELSA (de donde saldría el vco. masusta, cf. solo. murighessa, -agessa).―

6 Según RPF XI, mapa 18 (encuesta de Boleo) ameródio es el tipo reinante para ‘madroño’ en todo el centro y O. del trasm., morango en muchos puntos sueltos del Minho, trasm., Alto y B. Douro y Beira, y medronho es general en el centro y Sur del País y aun en muchos puntos del Norte; êrvado sólo en cuatro localidades junto al límite litoral, entre la Beira y la Estremadura, y en otras cinco entre Beira Baixa y Beira Litoral (la alteración bêbado en un pueblo del Ribatejo, junto al límite de la Beira y en otros puntos del centro de la Beira litoral).―

7 Una localidad del concelho de Anadía (al N. de Coímbra), llamada Mirógos, aparece en un doc. de 1101, donde J. da Silveira, RL XVI, 153, lee villa Morongos. Supongo que ese ms. inédito trae Morõgos o Morogõs con una tilde larga que posiblemente el copista entendía poner sobre la o final: de otro modo no se explicaría la forma moderna Mirógos. Tendríamos pues ahí el resultado normal de MOROT֊NU en portugués. Desde luego esa nasalidad se desplaza bastantes veces, de donde las formas morongueiro, -rango, etc. De todos modos esto es un indicio más de que la base de las formas gall.-port. fué la misma que la de miruéndano (o miruétano).―

8 De ahí, con pronunciación vulgar gallega, vendrá el morojo ‘fruto del modroño’ que la Acad. registra ya en 1884 sin localizar (no está aún en 1843).―

9 Según la Acad. [ya 1843] madroncillo designa la fresa en castellano. Y viceversa morojo sería uno de los nombres del madroño.―

10 El mirándanu ‘fresa silvestre’ de Colunga (Vigón) resultará de miruándanu con ua leonés; de mir(g)üétano sale miragüétanu (Ribadesella) y luego marganétanu (San Jorge); Luarca abruógano (Vigón) saldrá de meruóganu, ber-. Es difícil asegurar si el parecido con el lomb. morón ‘frambuesa’ (Sganzini, Festschrift Jud, 1943, 735); monferrino (a)mrè(j), lígur m(er)ellu, murellu ‘fresa’ (Salvioni, KJRPh. IX, 113), es algo más que casual. Muchas formas del tipo meruéndano figuran en las listas de nombres locales de la ‘fresa’ recogidos en RDTP VII, 694-6, y VIII, 195-211: en Galicia amorote, -oto, amerodo, morogo, morango, etc.; en Asturias: miruéndano en cuatro pueblos, mirándano en dos, viruégano en dos, amorogo en dos, amarólo en dos, abrodo en dos, marganétanu en uno; en la prov. de León, meruéndano en cuatro, y sendos pueblos miruéndano, meiruéndanu, meiruéganu; en Zamora amaruóganu, y -uéganu, en Palencia amiérgano; en Canarias marángano, moriango; en Ciudad Real, madroño. Por otra parte melétano en Liébana, y amayueta, mayueta, meta, maita en sendos pueblos santanderinos; metra en otros dos de allá y en uno de Álava; mayueta en uno y amayeta en cuatro de la Rioja; vasco marrubi, maruri, maguari, ma(l)ubi, maĩuki, con marrubia y maluquio en Álava y márrubi en Navarra. Agréguese La Lomba miruéndano, Tuiza (ast.) biruégano y miruégano ‘fresa silvestre’, BRAE. XXX, 440. Desde luego tienen origen único todas las citadas formas de las provincias leonesas y gallegas, pero no es posible tomar como punto de partida la forma muy localizada morogo, como hace GdDD 4450a, pues su -g- será sin duda antihiática, y la base *MORŬCŬLUM admitida por este filólogo, derivando de MORUM ‘mora’, difícilmente puede concebirse que se aplicara a la fresa, pero sobre todo la -ue- leonesa y la ò abierta del gallego desmienten rotundamente tal procedencia fonética. En cuanto a madroño, está claro que no puede ser un derivado en -EUS del greco-lat. BOTRYON, -ONIS, ‘racimo’ (así GdDD 1103a).―

11 De MOR֊TNU meruédano y con propagación de la nasal meruéndano; por otra parte moródao > morodo en gallego, moródeo > meródio en Valpaços; gall. berciano miródos, leon. berciano miruéndano ‘fresa’ (Sarm. CaG. 14r). Las formas gallegas en -t- corresponderían a una variante geminada en -TT-; también moruétano (como deberá leerse, y no moruécano) en el extremeño Torres Naharro (vid. índice de la ed. Gillet); en cuanto al port. morango podría ser derivado del mismo radical con sufijo diferente, o bien resultar de morangueiro < morogueiro: entonces podríamos comprender esta forma y la gall. morogo a base de -֊DNU</l>. Finalmente la inicial primitiva también podría ser MER-, y la terminación <l=lat.>-ĔNU u -֊NU (comp. abrótano < abrótono). Esto último, que seguramente sería lo mejor, facilitaría la explicación del derivado *MOROTONIO-, que vamos a suponer. Como la terminación -edo de Mondoñedo hace pensar en un colectivo de nombre de planta, no es infundado sacar ahí a colación el nombre de esta ciudad gallega: una variante *MONOTONIU (o -DONEU?) de esta forma básica, que sería buen punto de partida para un colectivo en -ETUM derivado de ahí, tenía que reducirse a Mondoñedo según la fonética gallega; Mondoñedo aparece como Mindunietum en documentos de la Alta Edad Media, pero era el nombre de un monasterio que suplantó el antiguo de ciudad céltica VALIÁBRIA (< -BRIGA). Creo que Min- es una falsa latinización de Men-, sea éste disimilado de Mon- u originario; pues aunque se ha empleado y se emplea minduniense como adjetivo culto de Mondoñedo, no conozco pruebas de *MINDUNIUM en textos antiguos, y aun si las hubiere en época visigótica o del Bajo Imperio todavía nos quedaría la duda de si la inicial era MէN- o MEN-; se acerca este nombre al diverso lang. Moutoumet (< *Molotomietu?) villa antigua en el Aude, región no menos céltica que ésta.―

12 Madroño no tendrá nada que ver con el gall. herva da madróa ‘artemisia vulgaris L.’, port. madorneira ‘artemisia crithmifolia L.’, que Silveira (RL XXXIII, 244) explica como derivados de MATRONA por su supuesta utilidad en los partos. Pero son plantas muy diferentes del madroño. De Silveira parece haber sacado Piel (Festschrift zur 50 Jähre d. Ib.-Am. Inst. Hamburg, 337) la idea de derivar el cast. madroño y el port. medronho de un hipotético *MATRĶNEUSl> deriv. de MATER (no del lat. MATRONA ‘dama respetable’, pues las formaciones en -EUS ya no eran productivas en la fecha romance tardía en que matrona y comadrona empezaron a aplicarse a la partera, por lo tanto habría que suponer un sufijo -ONEUS, y éste difícilmente se puede considerar de fecha latina), pero no da la menor prueba de que el madroño se empleara en los partos, y él también reconoce que la artemisia nada tiene que ver con el madroño. Ante etimologías tan infundadas semánticamente sólo cabe encogerse de hombros, y ésta se halla contradicha por la e del port. medronho y por el evidente parentesco con el tipo MOROTON(E)U.