La Acad. no localiza hoy el vocablo, aunque en 1817 decía que era propio de «las Montañas de Burgos»; desde luego no es de uso general. Es popular en Asturias: «
macón m.: gran canasto de 4 ó 6 fanegas de grano, que sirve para depositar éstos y recoger las espigas en el campo, y se construye con un tejido de ripias de castaño o de avellano» (Rato; también s. v.
apelucar), «
macón m.: canasta capaz para cuatro o seis hectolitros de grano», «
macona: suele aplicarse a la canasta ordinaria» (Vigón). Empleó
macona el asturiano Palacio Valdés, según cita de Pagés. También cita
macón Canellada para Cabranes. En Santander
macu,
maconuco ‘baúl pequeño’,
macona ‘cesto grande y sin asas’, según G. Lomas, que cita
maco y
maconuca en obra de Alcalde del Río. Ahora bien, en la jerga portuguesa
maco es ‘saco’ y en el portugués del Norte del Brasil
maca es ‘saco de cuero, atado a la grupa, en que se lleva ropa de viaje’ (Teschauer, Fig.), mientras que en el portugués común significa ‘parihuela con cuatro brazos para trasportar muebles o equipaje’ y también ‘cama de lona donde duermen los marineros’ y ‘especie de esquife para trasportar enfermos’. Está claro que en estas últimas acs. debe ser la misma palabra que
HAMACA, tomada del castellano; de ‘cama de lona’ se pasaría a ‘parihuela’ y de ahí a ‘baúl’ o ‘cesta grande’. Comp.
MACUTO.