LLECO adj., ‘inculto, que no se ha roturado nunca’, origen incierto: si está emparentado con el fr. ant. y dial. froc, floc, ‘terreno inculto’, quizá ambos procedan del lat. FL֊CCUS ‘copo de lana’, ‘pelo de los paños’, por haberse comparado los matorrales con la lana o borra enmarañada de una res; pero este parentesco es inseguro. Más probable es que estemos ante un vocablo de origen prerromano sorotáptico.
1.ª doc.: leuco, a. 870: «tam in culto quam et in leuco» (Jusué, Cart. de Santillana, p. 4, línea 36).
Por lo demás apenas se conoce otra documentación castellana ni hispánica, y por lo tanto se hace difícil emitir opiniones con alguna seguridad. Sólo con reserva debe tomarse lo que sigue. Ya Bugge (Rom. III, 163) señaló el parentesco con el fr. ant. floc ‘terreno inculto’, que para él sería alteración de froc, admitiendo que lleco salga de *llueco y éste de flueco; en efecto este cambio fonético es normal y el otro es posible, puesto que culebra sale de culuebra, y lerdo probablemente viene de *luerdo (= lordo)2. Baist, GGr. I, 889, sentó ya como étimo FL֊CCUS> > lleco, y le siguió M-L. (REW1 3375), sin dar explicaciones; a lo cual se opone G. de Diego declarando que se trata de una etimología incomprensible: se referirá con ello al significado3; en cuanto al tipo fonético *FLECCUS que él propone, carece de apoyo sólido. Brüch, ZRPh. XXXVIII, 686-7, admite que el fr. floc y el cast. lleco salen de FL֊CCUS por la evolución semántica arriba indicada, y que el fr. floc se cambió en froc por cruce con los antiguos y dialectales frost, froust, ‘abandonado, arruinado’, que Du Cange documenta copiosamente en la forma latina fraustum desde el S. IX, con el sentido de «ager incultus et eremus»; a lo cual opone Wartburg, FEW III, 816a, en una nota breve, la objeción de que este cruce no tiene en cuenta la repartición geográfica de las variantes; en consecuencia se contenta (lo mismo que M-L., REW, 3528, en cuanto al francés) con partir de un tipo *FL֊CCU> de origen desconocido. Según los datos de Wartburg, así froc como flot (cuya -t es secundaria y de facilísima explicación) se documentan desde princ. S. XIV, y precisamente en Picardía y Normandía, con un ej. aislado en Burdeos, pero hay también derivados en Vendôme y en Blois; completándolo con los informes de Du C. (s. v. fraustum) vemos que froc se halla desde 1196 por lo menos, y puede localizarse sobre todo en la región picarda, pero también en el Anjou (otro ej. en Rom. LXV, 21), mientras que flos (plural de floc) aparece en 1307 en Guillaume Guiart, que era de Orléans; luego el vocablo está muy extendido por los dialectos franceses y a base de la documentación no es posible asegurar cuál de las dos iniciales fr- o fl- es más antigua. En consecuencia, la explicación de Brüch a base de un cruce me parece lícita, si bien quizá sea preferible (en vista de que el origen de fraustum no está claro, y por otras razones) admitir el cruce de friche, sinónimo de froc, muy extendido por toda Francia y ya documentado en el S. XIII; las formas bajo-latinas que he citado en nota me parecen corroborar la idea4. Desde el punto de vista semántico pueden señalarse algunas confirmaciones: oc. ant. aus, aps, ‘inculto’ (también b. lat. apsus) es lo mismo que aus ‘vellón de lana’, lat. HAPSUS ‘copo de lana’, según indicaron Spitzer (ARom. IX, 72-3) y ya el propio Brüch (ASNSL CXXXV, 173-5); por mi parte (Festschrift Jud, 566-7) indiqué la posibilidad de que el tipo prerromano *BLୱSE ‘pastizal’, difundido por todo el cantón de los Grisones sea lo mismo que el cat. ant. y oc. blese (hoy ble) ‘pabilo de lámpara’, y Tarn blayzan «bouillon blanc» (comp. el cat. floc ‘mechón de cabello’ y fr. mèche ‘pabilo’): sin embargo, esta identificación del cat. ble(se) me parece hoy mucho menos verosímil (vid. MELENA).
Volviendo al castellano, cabría la posibilidad, aunque no se puede demostrar, de que lleco saliera de *llueco, hermano del fr. floc, y que ambos vinieran del lat. FLOCCUS. Con ello sería difícil poner de acuerdo la forma leuco del Cartulario de Santillana, pero tratándose de una forma copiada en cartulario muy posterior pudiera ser que estuviéramos frente a una grafía alterada, p. ej. en lugar de lueco (= llueco); sea como quiera, y con cualquier etim., no sería fácil explicar leuco como variante real de lleco. Lo que más hace dudar de la identidad de la palabra castellana con la francesa no es la forma de Santillana ni la etimología de floc, sino las variantes modernas de lleco citadas ya por G. de Diego. Es verdad que no parece posible explicar todas ellas por un solo étimo, y es probable que haya habido ahí cruce con otro vocablo (comp. ast. occid. billeco, gall. bilerca, ‘castaña huera’). Teniendo en cuenta que Soria está cerca de la Rioja, en cuyas proximidades se hablaba todavía vasco en tiempo de Berceo, acaso se pudiera explicar blieco y liego por una forma vasca de FL֊CCUS como el alto-navarro bloka ‘pelusa del lienzo’, b.-nav., ronc. y suletino floko, floka, ‘ramo de flores’. Pero las dudas acerca de la ecuación lleco = fr. floc se agravan al tener en cuenta la forma liego5 recogida por M. P. en la zona del Burgo de Osma (según nos explica en Cid, 1173.22) y empleada por él mismo al describir el itinerario del héroe castellano: «Como 3 km. al Este de Alcubilla el camino que seguía el Cid corta a la Calzada de Quinea; consérvanse bien visibles restos de ella en una faja liega de unos 3 metros de ancho que atraviesa las aradas en las inmediaciones del Duero» (ibid., 43.10). No podemos menos de abrigar la sospecha de que -(i)ego y -eco sean sufijos en nuestro vocablo (comp., p. ej., el ast. occid. llobeco ‘lobezno’), y que un radical li- se haya contraído secundariamente en ll- como lieva pasó a lleva (de donde llevar). Verdad es que así tampoco logramos ver una etimología, pues lo mismo el fr. ant. liois «espèce de pierre calcaire peu dure», fr. med. lyaz, hoy liais (FEW V, 315a), que un derivado castellano del radical de LÉGAMO o de lía, quedan bastante alejados semánticamente; lo mismo cabe decir del cat. llécol y llicorella ‘piedra de pizarra’, y llac, llaca, llacor (o llecor) ‘lodo, légamo’; de todos modos estas palabras deberán tenerse en cuenta en futuras investigaciones.
En realidad ahora me parece sumamente improbable la explicación examinada, no sin escepticismo, más arriba, de partir del lat. FL֊CCUS. Puede que el cast. lleco y fr. friche y sus variantes estén en relación con una voz prerromana, posiblemente sorotáptica, emparentada con el a. al. ant. broccho, brâhha «Umbrechung des Bodens», escand. ant. brâk ‘barbecho’, alem. brachfeld. Vid. mis Topica Hesperica, I, 72-73, nota 4.
1 Es claro, y ya por el sentido, que no puede venir, como dice Alvar, del vasco leku ‘lugar, sitio’, cuyo carácter eusquérico es por lo menos sospechoso (¿< arag. lueco LOCUS?, V. LUGAR n. 4); en cuanto al étimo célt. *BALKOS ‘fuerte, rígido’ de GdDD 891, no hace falta hablar de tal descarrío.― ↩
2 No creo constituya diferencia esencial la calidad palatal de ll. No puedo citar casos de llue > lle, pero es que semejante grupo a la fuerza tenía que ser muy raro. Que llueca lo haya conservado no prueba nada, tratándose de una voz dialectal y onomatopéyica (también clueca lo conservó a pesar de fleco < flueco, frente < fruente, preba < prueba).― ↩
3 Señala los artículos frecum y flichium de Du C., que también se definen «ager incultus et eremus»; del último no hay más que un ej. parisiense de 1273, y del otro tres ejs. de h. 1300, los tres franceses, y por lo menos uno, más especialmente picardo. Pero estas formas, mucho menos frecuentes que froc o que su latinización frocus, serán debidas a cruces locales con el sinónimo friche, que ya se halla en el S. XIII, y junto al verbo défricher hay forma dialectal defreucher (Gamillscheg, EWFS).― ↩
4 Por lo demás la vacilación entre fr- y fl- se halla también en otro homónimo, froc ‘hábito de monje’. Gamillscheg, ZRPh. XLI, 641, propone traer el fr. froc ‘erial’ de un tipo *FROCCUS que sería variante fonética del célt. VROIKOS ‘brezo’ (de donde *‘campo de brezos’ > ‘campo inculto’); pero el cambio de VROIKOS en FROCCUS queda sin analogías, y él mismo no recoge la idea en su EWFS, que es de fecha posterior.― ↩
5 El vco. labaki ‘artiga, noval’ (a. nav., salac., lab. y en el Beterri guip.) está alejado formalmente, aunque existe una variante laaki en las Aldudes, Amikuse (b. nav.), Andoain y Usurbil (al S. de San Sebastián). ↩