LILA ‘arbusto de flores moradas’, tomado del fr. lilas íd., antiguamente lilac, y éste del persa līlak (también nīlak) ‘azulado’, ‘cárdeno como los dedos entumecidos’, diminutivo de nîl ‘añil’; probablemente por conducto del ár. līlâk ‘lila (arbusto)’
En francés hallamos
lilac desde 1611; en inglés, la misma forma, conservada hasta hoy, se documenta desde 1597 (Skeat).
Aut. registra
lilac en 1734, pero no habiendo testimonios anteriores en castellano ni en portugués (falta en Bluteau, 1717;
lila, Moraes;
lilá o
lilás, Fig.), este
lilac no será arabismo directo, sino tomado del francés, como es evidente en el caso de
lila. Devic, p. 46; Dozy,
Gloss., 297. En la ac. ‘tonto, fatuo’ [Acad. 1925] es variante del onomatopéyico
LELO, quizá influido por
lilaila ‘lo impertinente y ridículo’ (V.
FILELÍ), pero comp. también cat.
liro ‘medio idiota’. En la ac. ‘cierta antigua tela de lana’ [Oudin;
Aut.; en portugués ya Bluteau, 1717], se tomó del fr.
Lille, ciudad de Flandes donde se fabricaba esta tela.