LIJA, del mismo origen incierto que el port. lixa íd.; acaso de LIJO ‘inmundicia’, por las muchas escamas (comparables a costras y suciedad) que cubren el cuerpo de la lija.

1.ª doc.: J. Ruiz: «allí vino la lixa, en aquel desbarato: / traya muy duro cuero, con mucho garavato», 1109a. Cej. VII, § 78.

Según Cisternas1 y el Prodromus de Carus2 es el nombre castellano del Scyllium stellare (también llamado pintarroja), Scyllium canícula (también tollo), Carcharias Glaucus (tintorera, melgacho, tiburón) y Carcharias Lamia (íd.), peces selacios todos ellos; cat. gat, gat vaire, tintorera, tauró, fr. roussette, requin, it. gatto, verdesca, lamia. Valladares, Dicc. Gallego: «li?a: voz genérica, comprensiva, no sólo de los llamados Perros de mar (squalus canicula y squalus catulus), sino también del marrajo (sq. cornubicus), el cazón (sq. mustelus) y la zorra de mar (sq. vulpes): especies pertenecientes al orden de los selacios, familia de los escuálidos, voraces todas y algunas de gran tamaño, como es el tiburón». Nebr.: «lixa, pescado de cuero áspero: scatina» y «lixa, medio raia, pescado: scatiraia»; Covarr.: «lixa: una especie de pescado, cuyo cuero es tan áspero que alisan con él los entalladores toda obra de madera». Pronunciado todavía lixa, con palatal sorda, por los judíos de Marruecos (BRAE XIII, 223). Port. lixa. Los demás romances emplean nombres muy diferentes. También el árabe: wázġa (Lerchundi), lewéme (PAlc; < lat. LAMIA), kalb baɅ o kalb al-baɅr (Bocthor; Dozy, Suppl. II, 481, propiamente ‘perro marino’)3.

Barbier, RLR LVI, 210-1, con aprobación de M-L. (REW 5081)4, admite que es postverbal del verbo lijar e identifica a éste con alisar, it. lisciare, ‘alisar, acariciar, quitar asperezas’5. M-L. observa, empero, que no es verosímil partir del gr. λισσóς ‘liso’, como admitía Barbier, porque ésta es voz épica exclusivamente propia de Hornero y sus imitadores, y sin indicio alguno de que pasara al latín vulgar. Por otra parte, como veremos en el artículo LISO, este adjetivo romance tuvo en todas partes -S- sencilla (o -S?-) en sus orígenes6, aun quizá en los del it. liscio (comp. it. camiscia, comida, CAMISIA); ahora bien, sólo una forma con -SS?- podría explicar la x de lixa (> lija). Si el étimo fuese el germ. LÎSI ‘en voz baja’, ‘despacio’, ags. lisian ‘deslizarse’, como se inclinan a admitirlo Diez y el propio M-L., el parentesco de lija con liso debería descartarse definitivamente, pues con la -S- simple germánica no habría manera de explicar la x (j). Verdad es, sin embargo, que esta etimología germánica es muy insegura y aun improbable, y que teniendo en cuenta la vacilación consonántica entre el tipo romance liso, el it. liscio, el cast. deslizar y el cat. lliscar, es verosímil una creación expresiva u onomatopéyica. En estas condiciones no es imposible que en hispano-portugués existiera una variante consonántica liš-, alternante con lis- y liz-, y que de aquélla viniera lijar. Indudablemente esta etimología no es infundada desde el punto de vista semántico, puesto que la lija era conocida sobre todo por el empleo de su piel para raspar, alisar, limpiar o pulir maderas y metales, en memoria de lo cual sigue hoy dándose el nombre de papel de lija al hecho con vidrio molido o arenilla y destinado al mismo objeto. Pero advirtamos que tal origen sólo sería posible si lija fuese derivado postverbal de lijar, pues precisamente nada hay menos liso que la piel de la lija (comp. el pasaje de J. Ruiz); en estas condiciones sería de esperar que el verbo se empleara desde antiguo y con frecuencia. Ahora bien, el caso es que lijar es tardío y está sólo medianamente representado. En castellano falta en Nebrija y en los diccionarios del Siglo de Oro, y Aut. sólo lo cita de Palomino en 1708; en portugués falta en Bluteau, y Moraes lo registra solamente en Antonio Feio, de 1612. Esta circunstancia unida a la falta de todo testimonio de la raíz lix- en el sentido de ‘liso’ o ‘deslizar’ obliga a dejar en cuarentena, y con muy fuertes dudas, esta etimología.

Por lo demás no hay otra que sea segura. En castellano y en portugués existe lijar (por. al(e)ijar) como variante de lisiar. APal. la emplea como sinónima de ‘herir’, ‘desollar’: «cota es para guarnecer el cuerpo del guerrero... que no le lige el golpe del enemigo» 262d, «carrancas, collar de cuero clavado con puas de fierro que ponen a los canes para que non los ligen los lobos» 280d, «dizen bestias a vastando, porque dañan y lijan con mordedura o con las uñas» 158b, «mordere: morder, roer, lijar, culpar» 288b. En el mismo sentido lo emplean López de Ayala («nin haya árboles muchos, así como salcedas, que se lijaría el falcón... et da en tierra e líjase») y Sánchez de Badajoz (vid. Cej. VII, § 78, y Voc.). Como se ve, no es forma exclusivamente leonesa, sino muy difundida, pues López de Ayala era vasco y Palencia era oriundo de Soria. No sería inconcebible el paso de ‘desollar’ o ‘lastimar rozando’ (que es lo que hoy significa lijar en Santander según G. Lomas) a ‘desgastar o limar con lija’, pero como la -j- de aquel verbo era sonora, sería menester que una contaminación muy eficaz y natural hubiese alterado la -Ȥ- de este vocablo en -š-; para ello no satisface a primera vista la de lixo ‘inmundicia’ (V. el artículo siguiente). Sin embargo, la reflexión nos enseña que no sólo hay afinidad semántica suficiente para esta contaminación, sino que aun es posible que lixa sea de buen principio un mero derivado de lixo. Recordemos que el lat. squalus ‘lija’ está junto a squalus ‘sucio, inmundo’ (vestem squalam et sordidam en Ennio), de donde squalere ‘estar cubierto de placas, de escamas, de suciedad’ y squalidus ‘inmundo’. Es probable que squalus y su casi-sinónimo squatus (cat. escat; «genus piscis dictus quod sit squamis acutus et eius cute lignum politur» en una glosa citada por Ernout-M.), vengan del mismo radical que squama y que el tipo romance (cat., oc, etc.) escata ‘escama’, y que así como se dió este nombre a la lija por su piel hirsuta, el vocablo tomara por otra parte el sentido de ‘escamoso, rugoso, cubierto de costras y suciedad’ (lat. squalidus); viceversa se pudo comparar la lija con un ser cubierto de costras y sucio o lijoso. No sería extraño que ésta fuese la verdad, y esto parece lo menos difícil de admitir.

DERIV.

Lijar (V. arriba).

1 Peces comestibles que se crian en las costas españolas del Mediterráneo, Valencia, 1867.―

2 Prodromus Faunae Mediterraneae, 1889-93, II, 508, 509, 511, 513.―

3 Simonet quiere relacionar con lîya, que aparece en un códice mozárabe de Dioscórides como nombre del hipocampo o caballo de mar, pero no hay la menor verosimilitud fonética ni semántica en esta relación, y es del todo imposible la etimología lēvigare ‘alisar’ que a base de ello atribuye él (seguido por la Acad.) al verbo lijar y, por lo tanto, a lija. Basta notar que la -j-, según los datos antiguos, portugueses y judíos, venía de una s antigua y no de una 3.―

4 Implícitamente parece admitir lo mismo Spitzer, ZRPh. XLII, 343.―

5 El vasco vizc. leiza (costa central de Vizcaya) se podría usar para prestar algún apoyo a la idea: Azkue lo traduce por ‘lija (selacio)’ y por un fr. liche que no creo sea conocido en este sentido, pues sólo me consta como nombre del mújol, pez absolutamente diferente (para el cual V., infra, lisa). Por otro lado, lixa es el nombre general de la ‘lija’ en vasco (lab., a. nav., guip., vizc.).―

6 No hay por qué tener en cuenta el fr. lisse, palabra sumamente tardía y seguramente tomada del masculino del oc. lis, cuyo femenino liso tiene sonora, como en todas partes.