LIBÁN, tomado del cat. llibant ‘cuerda gruesa de esparto’, palabra común con el occitano, que también aparece en algunas modernas fuentes italianas y magrebíes, pero tomada del catalán casi en todas partes; de origen incierto, quizá emparentada con el fr. dial. limande ‘tabla delgada’ ‘atadura, lazo’.

1.ª doc.: 1797, Cavanilles; Acad. 1899.

En catalán es palabra muy arraigada y vivaz en todas partes1. Se documenta ahí en docs. roselloneses de 12652, 1338 (Alart)3, 1391 y 1474, en otro de 1406 (Jal), y Ag. da de llibant muchos testimonios del Principado desde med. S. XV. Es voz de empleo especialmente marino, pero pertenece también al uso lingüístico general. En lengua de Oc hallamos «una corda de libant per lo pos [‘pozo’]» y «cordas jonc ditz libans gros» en docs, aviñonenses de 1376 y 1397 (Pansier III, 103), y el b. lat. libanum aparece en doc. provenzal de 13634; hoy no parece ser voz generalmente extendida, pues falta a Palay y Vayssier, y Mistral sólo da de liban ejs. provenzales; además el languedociano Sauvages registra «liban: corde de jonc» y «trâlio ou liban de pous-a-raco: la traille d’un puits à roue»: luego parece estar limitado a la costa mediterránea5. En Italia está hoy en uso libàn en Genova y en Venècia (como vocablo exclusivo de los pescadores, hecho de junco o de carrizo, frente al más general y arraigado caolame, Boerio), libànu en Calabria, libbànu en Sicilia, ambas formas en Cerdeña6. En lo antiguo no lo hallamos hasta fines del S. XVI, y se trata de la obra de un traductor7, luego aparece en los léxicos náuticos de Crescenzio (1602) y Pantero (1614), y libanum en el bajo latín de Sicilia en 1646. Por lo demás, y hechas estas rectificaciones, V. la documentación reunida por Vidos, Parole Marin., 462-5.

En árabe es palabra poco conocida, y además exclusivamente vulgar y moderna. En realidad no consta su empleo más que en la costa africana, quizá sólo argelina8. Es muy improbable que sea voz propiamente arábiga, pues sólo podría venir de la raíz l-b-n, cuyos sentidos nada tienen que ver (principalmente ‘leche’, ‘ordeñar’)9; además el ár. -ân habría dado -ên en romance. Luego es de creer que en árabe sea voz de origen románico (contra la opinión de Gregorio; REW 5008a; y Vidos).

En románico el origen es completamente oscuro, pues la antigüedad, popularidad y extensión de los testimonios en Provenza y en Cataluña se equilibran aproximadamente. Lo que resulta más probable es que en castellano sea catalanismo. Por otro lado, en Italia ha de ser vocablo importado de Provenza o Cataluña.

Ahora bien, la lengua de Oc es, al parecer, el único romance que emplea el vocablo para usos no náuticos, especialmente como cuerda de pozo (1376; Sauvages; Mistral): luego hay razón para sospechar que tenga allí más arraigo que en parte alguna, y que sea ésta la patria del vocablo. Con estos antecedentes me parece significativa la coincidencia con Anjou limande «branche de saule que l’on attache pour renforcer la haie; lien pour les fagots», Vendôme íd. «gaule longue et flexible», Loches (Indre-et-Loire) íd. «clôture de bruyère coupée», pertenecientes al tipo limanda, -ande, que se extiende por los dialectos del Oeste, Centro y Sur de Francia, con el sentido de «pièce de bois plate et étroite» [1319], ‘anaquel, tabla de armario’ [1491 S. XVI, en docs. de Limoges: Bull. Soc. Arch. et Hist. du Lim. LV, 574; Rom. XXXV, 479, y hoy general en lengua de Oc], y en algunos puntos tiene una forma masculina: Montauban limandoû «buffet de cuisine», Barèges liman, limandet «gardemanger du pâtre» (VKR VI, 48; Schmitt, Terminologie Pastorale dans les Pyr. Centrales, 14). En el gascón del Gers no aparece antes del S. XVI, lo que, coincidiendo con la nd conservada, hace suponer que se trata de una voz de importación, Polge, Nouv. Mel. Phil. 1960, 45.

Como es sabido, puede tratarse de una aplicación especial del nombre de la platija (Pleuronectes limanda), pez conocido por su forma larga y aplanada, según muestra la comparación francesa plat comme une limande (Riegler, ARom. XXI, 413); como por otra parte es conocida la platija por su flexibilidad, es natural que se aplicara limanda, por una parte, a una culebra (Lemosín, S. XII: Levy, P. S. W. IV, 401), y por la otra, a una «gaule longue et flexible» y a un «lien pour les fagots»10; en este último sentido, el masculino liman(d) pudo pasar fácilmente a liban por disimilación. En cuanto al origen último, lo único razonable me parece la sugestión de Bloch, fundada en el fr. ant. lime [1280], Niza e it. lima, ‘platija’, según el cual sería derivado de una aplicación figurada de lima ‘instrumento de limar’, a causa de la rugosidad de la piel de este pescado, que se distingue por sus «squamae minutae», según Carus11, «más fuertes y unidas que las del lenguado», según la Acad12.

1 En Sant Pol de Mar designa cuerdas de dos o tres dedos de grueso como las que tienen en la playa los pescadores. De L’Escala me explican que ha de ser de esparto, pues si fuese de cáñamo se llamaría calabrot.―

2 Se ha venido diciendo que libanus se encuentra en bajo latín genovés en 1265, pero no hay tal. Conviene precisarlo porque es la documentación más antigua del vocablo en cualquier lengua, y en realidad es catalana. Da este dato Jal, pp. 1121-2, s. v. panfilius. Se trata del inventario de una saetía o pánfilo vendida por un constructor de Portvendrés (Bonaver, Magister Portus Veneris) al italiano Nicoloso Capello di Castro (por lo cual lo transcribió Jal en el Archivo Notarial de Genova), con inventario de lo que se encuentra a bordo: «arbores duo fornite de tota sarcia... anchore 4, retes 2, agumene [‘gúmenas’] 3 nove, libani 2, lancie [‘balanzas’] duo». Claro que se trata de los nombres que da el personal catalán (rosellonés) de la galera vendida.―

3 El Invent. de la Llengua Cat. de B. Alart (s. vv. jonc, espersina y libant) agrega documentos roselloneses de 1338, 1378, 1381 y 1432: en todos se trata de «1 libant de jone», «XX libants d’espart», etc. El área del vocablo abarca todo el dominio de la lengua, incluyendo las Baleares y el valenciano hasta Alicante; en cuanto a Menorca, el Archiduque L. Salvador define ‘soga de pozo’ (Die Balearen II, 362); para Mallorca vid. DAlcM., que cita tambien doc. valenc. del S. XV; de Alicante transcribe Cavanilles un catálogo de la cordelería de esparto, de med. S. XVIII, en que los tres artículos de grueso mínimo y de 25 brazas de largo son «libanes cinquenos de 3 a 4 pulgadas de periferia, libanes quaternos de 2 ó 3 pulgadas; libanes ternos de 27 brazas de largo» (Observaciones... R. de Valencia II, 252n.; 2.ª ed., p. 321). Por lo demás éste es el único dato conocido del «cast. libán», adaptación del catalán alicantino.―

4 «Unum libanum de offa [‘esparto’ (vid. Jal, s. v. auffe)] trium cannarum vel circa» DuC. Parece ser importante para la etimología el detalle de que el libán es cuerda vegetal, en lo cual coincide todo el mundo, y especialmente de esparto o de junco: así en el documento anterior, en el de 1397, en Sauvages, etc.―

5 Falta en efecto en la mayor parte de las fuentes occitanas: no está en Raynouard ni en Levy PSWliban amarre» en el Petit Dict. puede fundarse en los datos de Pansier); tampoco en el Ronjat (Gramm.) ni en el glos. de Appel ni en los modernos de Arnaud-Morin, Mâzuc, Lhermet, Doujat-Visner. El primer lexicógrafo que lo registró fué Duhamel, Traité général des pêches (a. 1769): «en Provence la corde qui borde le pied du filet et à laquelle on attache le lest», único caso que recoge Sainéan (Sources Indig. II, 196) quien se contenta con declararlo de origen oscuro.―

6 Ni siquiera en estas hablas parece ser de uso general, pues falta en varios diccionarios venecianos (Piccio), ligures (Schädel, Ormea) y en los de muchas hablas costeñas: corso, pisano, napolitano, tarentino, romañolo, y al del habla de los marineros de Savona según Noberasco. Los datos positivos están reunidos en Tommaseo y Jal. Del escaso conocimiento que existe en Italia es buen indicio la acentuación errónea lìbano con que la registra nada menos que Petrocchi.―

7 Serdonati en su traducción de G. Maffei, Storie delle Indie Orientali, a. 1589; o sea que será también de fuente hispánica. Vid. nota 2.―

8 Está ausente de la gran mayoría de los léxicos árabes: Lane, Beaussier, Fagnan, falta en léxicos egipcios como Probst, en los argelinos de Belkassem B. Sedira y Lentin, en los marroquíes de Tedjini, Ferré, Lerchundi. Interesa especialmente ver que no figura en obras dedicadas en particular al léxico náutico: la de Solayman y Charles para el Líbano, de Brunot para Rabat y Salé, de Ornan (Ittionimia), de la Lingua Franca de Levante por Kahane y Titze. Freytag cita sólo labân ‘cuerda de amarre’ y libán ‘cuerda que guarnece por debajo una red de pescador’ como «voces vulgares», de las alegorías del Mocaddesí («Les oiseaux et les fleurs»), publ. por Garcin de Tassy (Paris 1821), seguramente también no argelino. En fin Dozy (Suppl. II, 515) la encuentra en Humbert (Guide de la Conversation Arabe, 1838), que suele reflejar el uso argelino, en un viajero de 1852 y en el dicc. de Boqtor (1828). He aquí por qué se ha afirmado (yo mismo lo hice en el DCEC) que se emplea en Egipto y en Sudán Central. Pero aun esto necesita rectificación. El dato de 1852 es de Werne y revela (como le reprocha Dozy) desconocimiento absoluto de la gramática arábiga; el relato es de un viaje a Mandera (al Sur del Lago Chad) pero está en el comienzo de la narración del viaje, luego ha de referirse a Argel o Egipto. En cuanto al Boqtor, es cierto que es una obra excelente de un erudito egipcio, pero aumentada por Caussin de Perceval, que introdujo palabras de otras fuentes, entre ellas magrebíes, así que en él puede tratarse también del uso argelino.―

9 Dudo que pueda haber relación con la voz líbna o lábina que el Qamûs define como faldón o pieza añadida a una camisa; la cual, por lo demás, tampoco se explica por ninguna raíz.―

10 Acs. de este tipo llegan muy cerca del Mediterráneo, pues en la Ardèche limandas son «les deux pièces extérieures qui servent avec le timon prolongé à former le brancard d’une charrette», Clugnet, Gloss. du Patois de Gilhoc.―

11 Prodromus Faunae Mediterraneae II, 589. Este pescado parece ser el mismo que en gall.-port., y aun en cast., se llama acedía, cuyo nombre se explica por un gusto acídulo tan marcado que M. Sarmiento dice «parece una hoja de limón» (CaG. 80v). Parece claro que ahí está la mejor explicación etimológica del nombre de pez limande. Quizá tenga que ver con limande el nombre de la acedía en gallego sept.: lirpia en la Coruña, lirpa en el Ferrol (Sarm. íd., 220v, 80v, A15v), cuya terminación recuerda por otra parte la de clupea ‘alosa’, ‘sábalo pequeño’, que según el propio Sarm. (CaG. 220v, cf. Pensado, p. 220) sería el étimo de chepa ‘especie de panchoz’ en Xubia, en la misma zona, etimología aceptable si suponemos (como es natural en estas condiciones) alternancia *clipea ~ clupea, con lo cual nos acercamos a lirpia: como Sarmiento pone los dos peces juntos en una larga lista, es verosímil que exista alguna relación ictiológica.―

12 Nada hemos progresado con la temeraria construcción de un galo *LM-, con alternancia dialectal *LզM-, propuesta por Hubschmid, y aceptada con visible desgana por Wartburg (FEW V, 247-8): dicha base gala, sin parentela en el céltico insular, sólo se funda en el lat. limen ‘travesano’, pero como observa Wartburg éste tendría ī indoeuropea y no ei (que es el que da ē en céltico), según los datos de Walde-H. El otro fundamento de este étimo, cast. LEME (véase), no tiene ciertamente nada que ver. Partiendo de lima falta explicar la terminación. Si algún día se vuelve a pensar en un origen galo tendrá que ser por otro camino que el indicado por Hubschmid. Acaso la raíz slig-, representada por irl. ant. sliachtad ‘acto de alisar o aplanar’, sligim ‘embadurnar’, con sufijo -ma o -sma, que es como algunos explican el lat. LզMA; entonces la idea de ‘superficie plana’ se habría bifurcado por una parte en ‘tabla plana’ y por la otra en ‘platija’. Es llamativa la coincidencia de este vocablo con el femenino galés llyfan ‘cordón’, ‘cordel’ (cuya -f- está por -v-). Sin embargo, las demás formas célticas indican que el original común hubo de ser ya bastante más diferente: córn. louan «funis vel funiculus», bret. louffan «courroie à lier les boeufs», irl. ant. loman (fem.) ‘cordel’, gaél. lomhainn «a leash», irl. mod. lomna «a cord». La base hubo de ser *LOMAN (Stokes-B. 255; Mc-Bain s. v. Pedersen, Vgl. Gramm. § 99, p. 164; nada en Pok., IEW, ni Walde-P.), lo cual será muy difícil enlazar con lliban(t) en forma alguna (a no ser echando mano del expediente inverosímil de los cruces de palabras). Sin embargo, como el vocablo céltico no tiene etimología indoeuropea (el enlace con el lit. làmata ‘ratonera’ es vago e inverosímil, y descartado explícitamente por Pok., IEW, 674-5, y Walde-P. II, 434), quizá tenemos derecho a pensar en una voz del substrato precéltico, y esto ya da mucha mayor latitud. Comp. LIMÓN II, y para la caída de S-, V. n. 3 s. v. LATA. Alguien podría ver una confirmación de ello en la alternancia -m-:-b-, que recuerda la lenición céltica -M- > -B-, documentada en galorromance por etimologías probables como la que dió Jud del fr. dial. savart (V. aquí nota, LATA l. c.); pero en nuestro caso yo no creo en tal posibilidad, pues entonces esperaríamos -v- y no -b- en romance. Tampoco me convence un cruce del cat. lligam ‘atadura’, ‘lazo’, con tibant ‘tenso, tirante’, porque ninguna de las dos palabras significa precisamente lo mismo que llibant.