IZQUIERDO, vocablo común con el portugués (esquerdo), catalán (esquerre), gascón (querr o esquerr) y languedociano (esquer, -rra), del mismo origen que el vasco ezker(r) íd.; probablemente procede de una lengua prerromana hispano-pirenaica, y aunque no se puede asegurar que la forma vasca actual no sea de origen romance, es más verosímil que el vocablo se extendiera desde una zona de lengua vasca en la época visigótica.
1.ª doc.: Exquerdo, 1117, nombre propio, en escritura mozárabe toledana (Simonet, s. v.).
La forma con -rd- reaparece en Galicia y Portugal, donde tenemos esquerdo documentado por lo menos desde h. 1430 (ej. de Don Duarte en CortesƟo), y en el S. XVI los ejs. abundan. Por otra parte, la -rr- es general en catalán y lengua de Oc2 y en ambos idiomas el vocablo es tan antiguo como en castellano, pues el cat. esquerre, -a, se documenta ininterrumpidamente desde Guillem de Berguedà (fin del S. XII)3, y hay ejs. del oc. esquer, -rra, desde la primera mitad del S. XIII; el examen de los testimonios antiguos y modernos de este último arroja un resultado coherente desde el punto de vista geográfico, según el cual el vocablo es propio de los dialectos gascón y languedociano en el concepto más amplio de los mismos: el límite extremo puede trazarse englobando los departamentos de la Gironda (Amanieu de Sescás), Tarn-et-Garonne (Cassaignan), Lot (Lescale; ALF, 629), Sur del Cantal (Vermenouze; ALF), Aveyron (ALF) y Hérault (Puisserguier; Montpellier, de donde era D. Sage citado por Mistral)4. Está fuera de dudas que la alternativa entre -rr- y -rd- es de razón fonética, como dejaron sentado Blondheim (Miscell. Elliott 1911, I, 248), M-L. (Das Katal., 1925, 65-67), Rohlfs (l. c., § 384) y yo mismo (VRom. II, 455), advirtiendo que el fenómeno se da precisamente en palabras prerromanas5, y probablemente sólo en el sentido del cambio de una -RR- originaria en -rd-.
Desde que Larramendi, Mahn (Werke der Troubadours I, p. xxvii; Etym. Untersuch., 75-6) y Diez (Wb., 461) llamaron la atención acerca de la coincidencia entre la voz romance y el vasco ezker ‘izquierdo’ (con artículo ezkerra) nadie ha dudado de que existe parentesco entre las dos palabras, ni de que el vocablo no tiene nada que ver con el lat. scaevus, como soñaba Covarr., o con sus hermanos indoeuropeos, el gr. σκαιóς y el lit. kairẽ; la mayoría de los lingüistas ha estado de acuerdo, además, en que debe buscarse el origen en un idioma prerromano. Sólo Hugo Schuchardt vaciló, pues si bien en la ZRPh. XXIII (1900), 200, afirmaba el origen ibérico y exhibía el caso como la mejor prueba de la identidad lingüística entre el ibero y el vasco, en la RIEV VI, 275, sospechó que la voz vasca fuese de origen germánico, insistiendo en la idea en Litbl. XXXIX, 41, y todavía en uno de sus últimos trabajos (Wiener Sitzungber. CCII, iv, 20n. ) escribía que los críticos no habían logrado borrar del todo esta sospecha suya. Se fundaba Schuchardt en el parecido del vasco ezker con ezkel ‘bizco’, registrado por Azkue en varios pueblos de Vizcaya, Guipúzcoa, Laburdi y Baja Navarra: el parecido de éste con el a. alem. ant. scëlah (alem. scheel), ags. sceolh, escand. ant. skjalgr ‘bizco’, ‘torcido’, es realmente notable, y nada más fácil que pasar de ‘torcido’ o ‘deforme’ a ‘izquierdo’ o ‘zurdo’; ahora bien, la alternancia entre -l- y -r- es un hecho común en la fonética vasca. Sin embargo, esta idea ha encontrado poca credulidad en la crítica, y el propio Schuchardt la expuso como insegura; por lo que hace al vasco, según indicó M-L. (l. c. y REW, 3116), éste no pudo tomarlo más que del gótico y ahí el vocablo hubiera sido skilg- o skilw-, de forma ya más alejada; pero, sobre todo, la dificultad estaría por parte del romance, pues como nota Jud (Rom. XLII, 602-3) una -l- sólo alterna con -r- sencilla, y si todavía en vasco se concebiría que este vocablo se hubiese visto arrastrado a la órbita de los mucho más numerosos cuya -r final alterna con -rr- en los derivados y en la forma articulada, ahí tenemos las formas romances con su unánime -rr- (> -rd-) para probarnos que ésta es la forma originaria. La idea de Schuchardt parece haber sido que el vasco tomara el vocablo del gótico, y el romance lo aceptara luego del vasco, que si no es proceso verosímil tampoco podría rechazarse del todo; pero entonces deberíamos admitir que entre el primer contacto de los vascos con los godos en el S. V y el momento en que aquéllos transmitieran su ezker a las hablas neolatinas trascurrió un plazo lo bastante largo para que en él pudiera realizarse el cambio semántico de ‘torcido’ a ‘izquierdo’ y el proceso fonético-analógico que alteró la l primero en r y después en rr, lo cual nos llevaría ciertamente a una época en que ya no podía producirse el fenómeno romance de la diptongación de e en ie.
Es preciso abandonar la idea. Pero también es fuerza reconocer que la de derivar ezker dentro del vasco de la palabra esku, que en este idioma designa la ‘mano’, tropieza asimismo con dificultades. Observaba Diez que en los derivados y compuestos vascos no desaparece la -u final del primer elemento. Mahn, por su parte, ofrecía una etimología sugestiva, suponiendo que ezker viene de esku oker, donde oker (doc. ya en 1025) es adj. común que significa ‘retorcido’ o ‘contrahecho’ en el territorio de lengua vasca o poco menos (con artículo okerra): el fr. gauche, propiamente ‘alabeado’, el it. mano manca, el propio cast. ZURDO, y muchos más, nos prueban cuan a menudo la idea de ‘izquierdo’ se expresa con palabras que designan un defecto o una deformidad; en cuanto a la forma, se esforzaba Mahn en descomponer esku mostrando que toda la sílaba ku era elemento sufijal o agregado, pero éstas son especulaciones arriesgadísimas en que no podemos seguirle; por otra parte, sería más fácil admitir que eskuoker se cambió por haplología en esker. Si esta etimología, que ha convencido a buenos críticos (Gonçalves Viana, RH X, 610; Apostilas), no logró persuadir a Schuchardt es a causa de la z de ezker, que se opone a la s de esku ‘mano’ y de su pariente indudable eskuin ‘derecho’, registrado por Azkue en algunas localidades de la zona vasca de Francia; y, en efecto, el vasco suele mantener distintas las dos sibilantes s y z.
Pero aun dando por sentado el carácter prerromano de nuestro vocablo y su parentesco con el nombre vasco de la mano, faltaría averiguar en qué relación recíproca se hallan la forma vasca y la romance. M-L. en su nota de 1925 dice que el vasco ezker es verosímilmente de origen romance, y Schuchardt en la suya de 1900 afirmaba que no pudiendo haberse extendido el vocablo romance desde una zona tan reducida como la de lengua vasca, debería remontarse hasta el ibero. En su apoyo puede aducirse la gran antigüedad de la diptongación castellana en ie y la extensión del vocablo a zonas tan alejadas del Euzkadi actual como Portugal y la Alta Auvernia. Pero si la frase de Schuchardt tiene algún sentido, éste debe ser que el vocablo pasó al romance antes del comienzo de la Edad Media; ahora bien, entonces sería preciso partir de una base como EZK?ERR, pues una K seguida inmediatamente de E se habría palatalizado en fecha tan temprana6, dando algo como *ecierdo en castellano, *exerre en catalán, etc.; con este modo de razonar se haría aún más clara la relación con el vasco esku, pero como corolario habríamos de admitir con M-L. que el vasco ezker, en su forma actual, es romanismo. Lógico como es este razonamiento, no deja de suscitar escrúpulos muy fuertes; sobre todo no sé que en vasco exista ningún sinónimo de ezker, voz de uso absolutamente general, mientras que en iberorromance siniestro y sus formas afines fueron usuales, según hemos visto, hasta fecha tardía.
Apenas puede haber duda de que estamos ahí ante el resultado de una de tantas interdicciones o tabús que han afectado la palabra para ‘izquierdo’, a causa del mal agüero que envuelve: el oc. ma senega (propiamente ‘vieja’), el it. mano manca, el fr. main gauche se explican de esta manera, y ya en latín sinister, etimológicamente ‘ganancioso’7 (Ernout-M.; Hofmann, Lat. Umgangssprache, § 132), reemplazó a laevus y a scaevus, que eran las denominaciones indoeuropeas; ¿por qué no admitir que cuando a su vez SINISTER fué tomando en romance la connotación de ‘siniestro, fatídico’, los pueblos de lengua romance tomaron para reemplazarlo el vocablo de la lengua vasca, que entonces se dejaría oír aun en la Rioja y Norte de Burgos, en el Alto Aragón y el Pallars, y por la vertiente francesa hasta Luchon y el valle de Arán, y que desde allí el vocablo se propagaría hasta el Atlántico y, Francia adentro, hasta el Cantal? El hecho pudo ocurrir en la época visigoda, cuando ya estaba cerrado el proceso de palatalización de Ce, pero todavía no se había terminado la diptongación de la E abierta. La discrepancia entre la vocal tónica del cast. izquierdo y el arag. esquerro sugiere que el préstamo tendría lugar en fecha ya próxima al cierre de este proceso fonético.
Conviene ahora que citemos aquí una variante romance, inadvertida hasta ahora, que podría confirmar tanto la etimología de Mahn como la época relativamente tardía del préstamo: en los valles de Arán, Luchon y Barousse se emplea la forma quèrr, quèrra, para ‘izquierdo’, que es bien tentador deducir directamente del okerr ‘torcido, contrahecho’ del vasco moderno, lo cual sólo es posible con un préstamo post-romano, cuando ya la Ce no se palatalizaba8. Es de interés la variante gall. šik?rdo, del Limia (VKR XI, 279).
Finalmente vid. las importantes observaciones de Michelena (BSVAP XI, 296-7) acerca del origen del vasco ezker, y en particular su oposición a admitir un paso espontáneo de sk a zk en vasco.
DERIV.
Izquierdo ‘zurdo’, ‘ligado o impedido de su mano derecha’ (en la Biblia judía de Ferrara, mientras que la moderna, de Constantinopla, emplea izquierdero: BRAE IV, 642). Izquierda. Izquierdear. Izquierdista.
1 Cuervo, Obr. Inéd., 408, n. 4; Oelschl.― ↩
2 Una forma femenina esquerdo citada vagamente por Mistral es dudosa, no confirmada en parte alguna, y podría explicarse como creación moderna, analógica del tipo ver(t) ~ verdo (fr. verte). Por lo demás sólo en Toulouse se halla esquert (Visner), ultracorrección moderna de esquer, según comprueba el derivado esquertié ‘zurdo’, que nos muestra cómo no hay relación entre eso y la d del castellano.― ↩
3 Ejs. de Jaime I, Muntaner, Eiximenis, etc., en Balari y Ag. Además Bernat Metge (Libre de Fortuna, N. Cl. 71.1, braç esquerre rimando con terra), Jaume Roig (7787, 12749), etc.― ↩
4 Vid. FEW III, 337-8; Raynouard III, 192; Levy; Rohlfs, BhZRPh. LXXXV, § 73. En los Pirineos el vocablo se puede localizar en todos y cada uno de los valles, pues la laguna que deja Rohlfs en la parte central (quizá por no haber tenido en cuenta la forma querr) queda rellenada al agregar los valles de Arán, Luchon y Barousse, donde también se emplea.― ↩
5 En forma preponderante o única, pues CIRRUS (> cerda) es palabra de etimología desconocida en latín, vocablo «popular» según Ernout-M., préstamo de un idioma mediterráneo según Niedermann.― ↩
6 Comp. lo ocurrido con el nombre del pueblo de Err en Cerdaña, en el S. IX Ezerre, procedente del vasco Ek-erri ‘pueblo soleado’; del mismo origen será Ierre, nombre de un valle orientado hacia el Sur, en el término de Sora, partido de Vic.― ↩
7 Se trata ahí de un caso de antífrasis, como en el cat. té molta mà esquerra ‘es muy hábil’, ensinistrar ‘adiestrar’.― ↩
8 La o- de oker pudo confundirse con la -u de esku. Es verdad que Sarrieu, RLR XLVII, 517, 512, dice que en Luchon quer ‘izquierdo’, lisso ‘deslizadero’ y parro ‘barra, talanquera’ alternan con esquer, eslisso y esparro, y así afirma que quer es aféresis de esquer. En el dialecto del Valle de Arán, que conozco a fondo, no se dan, sin embargo, tales alternancias o aféresis, ni existen las formas esquer, eslissa ni *parra, cuya existencia haría falta confirmar aun en Luchon. La opinión de Sarrieu me parece injustificada. El duplicado lisso y eslisso se explica por el carácter deverbal del vocablo, emparentado con DESLIZAR, que también existe sin prefijo. Parro viene del germ. SPARRA, pero se explicaría fácilmente por haplología en el plural les esparres: nada de eso es posible en el caso de querr. He anotado esta forma en todo el valle de Arán: en San Juan de Torán, las Bordas, Montcorbau, Arties y Gessa. Querr está tan arraigado entre los araneses que lo emplean incluso cuando hablan en catalán, según observé muchas veces. ¿No será también de influjo forastero la variante esquer en Luchon? Nótese que los tres valles en cuestión son los más aislados y arcaizantes, por su situación en el Pirineo Central. Wartburg atribuye también kero ‘izquierda’ a las hablas del Lot y del Cantal, fundándose en el ALF, pero es indicación inexacta: lo que allí figura es hkero, es decir, ma hkero, contracción de ma esquerro, con la pronunciación aspirada de la s, propia de esos dialectos. Ya en prensa este libro, recibo las sabias notas de A. Tovar en el Bol. de la Soc. Vasc. de Amigos del País VII (1951), 453-5 y 583 (ampliadas en Z. f. celt. Phil. 1952), donde confirma la presencia de esku ‘mano’ en la formación de ezker, citando muchos ejs. de vacilación entre s y z ante k, y propone como etimología del total esku erdi ‘media mano’ (opuesto a *eskuon > eskuin ‘mano buena’). Este punto queda dudoso, como reconoce Tovar (nota 6), pues no hay ejs. seguros de eliminación de -di; tanto más cuanto que ya he probado que el cast. izquierdo es diferenciación de izquierro. También falta hallar alguna explicación del hecho de que si la -z- es constante en ezker la s no es menos constante en todas las variantes de eskuin ‘mano derecha’. ¿Acaso porque la haplología, en esku oker, determinara una pronunciación enfática s > z? Creo, pues, que no se puede aceptar la etimología a base de erdi. Pero tampoco la de oker es segura, pues cuesta verdaderamente creer que no haya relación entre izquierdo―esquer(re)―querr y el tipo céltico sinónimo KERRO-: irl. med. cerr ‘izquierdo, torcido’, irl. mod. cearr «left-handed, wrong», gaél. cearr «wrong, awkward», probablemente afín al lat. cerritus ‘demente’ (para más parentela, vid. Stokes-Bezz. 81; Holder III, 1206; Strachan, IdgF. II, 369; y Walde-P. II, 590, que no está de acuerdo con Pedersen, Vgl. Gramm. I, 83). Fácilmente podríamos concebir que en hablas mezcladas de tipo celtibérico se formara el híbrido ESKU KERRO- > ESKERRO- y que pronunciándose éste con S céltica, de tipo predorsal, fuese reproducido como ezkerr (z vasca = s predorsal) al tomarlo en préstamo los vascos. De todos modos la falta de palatalización de la K neolatina nos obligaría a admitir que los romances no lo heredarían de su substrato ibero-celta y lo tomarían del vasco; aun el aran. querr < célt. KERRO- habría debido pasar por una habla local vascoide. Proceso de trasmisión complicado―celta + ibero-vasco > celtibérico > vasco > romance―aunque no inconcebible en una noción tan expuesta a interdicciones lingüísticas, que afectan más al material indígena que al importado. ↩