HUCHEAR, ‘formar un griterío’, ‘lanzar los perros en la cacería dando voces’, derivado del grito de caza ¡hucho!, y éste del verbo hoy dialectal huchar ‘azuzar’, tomado del fr. antic. y dial. hucher ‘llamar a voces o con silbidos’, ‘llamar a juicio’, a su vez hermano de oc. ant. ucar, cat. y arag. ahucar ‘aullar’, probablemente de origen onomatopéyico, aunque no se puede asegurar si esta onomatopeya nació en romance o en germánico.

1.ª doc.: 1575, Argote de Molina.

Falta en Covarr. y Aut., pero Terr.1 define «llamar, gritar, dar grita», definición que pasó al pie de la letra a la Acad. (1884, no 1843), agregando ésta la otra ac. «lanzar los perros en la cacería dando voces»; en esta última ac., y también aplicado a personas, se emplea juchear en Extremadura (BRAE IV, 93). En Andalucía (según noticia de M. P., RFE VII, 13-15) es vivo ajuchear ‘dar voces de desaprobación o de desagrado’, y en toda España se dice en este sentido abuchear, con -b- antihiática, palabra que parece ser de origen taurino. En gallego hay formas análogas: primero se diría abuxar (Cuveiro, DAcG.), de donde (por influjo del sinónimo aboubar, registrado por Sobreira y DAcG. deriv. de boubo = BOBO) abouxar ‘aturdir a voces a otro’ (non me abouxes Sarm., CaG. 58v2) ‘vocear mucho’ (siempre está abouxando, ib.), y con otras contaminaciones (abrumar, etc.) abrouxar (Vall., Curros y otros muchos en DAcG; según Sobreira y Crespo muy empleado en torno a Orense; y V. además Lugrís).

Como fuente inmediata del cast. huchear está la interjec. ¡hucho!, empleada por González de Eslava (fines del S. XVI) como llamamiento para las aves de caza; más común es la combinación de esta palabra con la interj. oh, de donde ¡hucho-hó!, muy común en los SS. XVI y XVII para llamar el toro a la corrida, y también alguna vez en la caza (Foulché-D., RH XXV, 5-12; M. P., l. c.; Covarr. y HispR. XXVI, 284). En cuanto a ¡hucho!, es derivado del verbo huchar, hoy conservado en la Litera y en Bogotá (Cuervo, Ap., §§ 988, 785), juchar en Santo Domingo, en el sentido de ‘azuzar’ y ‘ahuyentar’, más común en la forma derivada ahuchar ‘llamar al halcón’ (en J. de Tolosa, 1589, y A. Cabrera, † 1598; DHist.), en Aragón ‘gritar’ o ‘burlarse de alguno silbando y gritando’ (según Siesso, a. 1720, s. v. auchar) o ‘azuzar’ (Borao), ajuchar con este sentido en Santo Domingo, Honduras y Tabasco.

La cronología respectiva y la -ch- demuestran que huchar es de origen francés, y no onomatopeya creada en España (como supone Krüger, AILC IV, 355); en francés, hucher [S. XII] se ha empleado durante muchos siglos como término de montería, y todavía vive en numerosos dialectos; no hay duda de que hucher es lo mismo que oc. ant. ucar ‘dar voces’ (del bearnés seguramente el b. nav. ahuki, ahuku «convoi, cortège funèbre» que se referirá a las famosas endechas y lamentos fúnebres típicos del valle de Barétons), cat. ahucar ‘insultar a gritos, perseguir gritando’, ‘azuzar a gritos a los perros’, en Valencia especialmente ‘dar una ovación burlesca’ (G. Girona), ‘rechiflar a alguien ahuecando la voz’ (ya en Jaume Roig, v. 193, y nota de la ed. Chabás, p. 282), bajo-arag. aucar «gritar; aullar desaforadamente burlándose de alguien; abuchear» (L. Puyoles-Valenzuela), piam. uchè, pic. huquer.

Sin duda tiene razón Spitzer (Lexik. a. d. Kat., 145-7) al subrayar el carácter onomatopéyico del vocablo, que es inseparable de oc. mod. ahuco «hulotte», cat. de Ribagorza auca ‘lechuza’ (Oliva, Congr. Internac. de la Ll. Cat., 423); este carácter es tanto más claro cuanto que en francés hay también huer ‘abuchear’, y Coelho citó un port. jergal ugar ‘gritar, alarmar’. Siendo así cabe dudar de que la existencia del vocablo en otros idiomas sea indicio sólido de una procedencia no romance: neerl. med. huuc, ruso aúka? ‘llamar (a alguien)’, svcr. jaúkati «urlare, gemere, gridare per dolore», pol. hukać ‘gritar chillona y toscamente’; cabe que sean onomatopeyas independientes. La única razón sólida que se halla en la detenida nota de Wiener (ZRPh. XXXV, 454-6, con cita de otras formas germánicas) para sospechar una procedencia teutónica del vocablo francés, es su empleo recurrente en fórmulas jurídicas para llamar a juicio; contra ello no sería argumento de peso la aparición de (h)uccus ‘exclamación’ en notas tironianas cuya fecha no podemos precisar exactamente, pero sí hay que reconocer que otras posibles pistas germánicas que se han indicado carecen de valor3; sólo quedan, en este sentido, la h- aspirada del francés (que no es indicio seguro tratándose de una onomatopeya), y las razones que dió Grammont en un estudio que no se ha tenido en cuenta y que tampoco está a mi alcance en la actualidad4. Por lo demás, una procedencia germánica en francés no sería incompatible con una creación en último término onomatopéyica; para todo esto y para el influjo de este vocablo en la creación del sudamer. ochar, V. HOTO y mi nota en RFH VI, 34-35.

DERIV.

Hucho, huchar, ahuchar, V. arriba.

CPT.

Huchohó íd.

1 Dice éste que Oudin da incorrectamente uchoar, pero falta todavía tal vocablo en la ed. de 1616.―

2 En catalán hay, sobre todo en el Oeste, aüixar y abuixar (BDC XXIII 273), pero con sentido diferente ‘azuzar (el perro)’, uixar ‘esquivar (insectos)’ (BDC VII 73), aoixar ‘ahuyentar’ (BDC XVII 53), y ahí es probable que la génesis sea más o menos diversa.―

3 Brüch (ZRPh. XXXVIII, 694) quería partir de un antepasado del alem. hauchen, que aparece escrito hûchen desde el S. XIII, y parece ser primitivamente forma local del mitteldeutsch oriental, pero el significado ‘resollar, echar el aliento’ disuade de la idea, y el noruego hauka ‘aullar’ parece ser creación onomatopéyica moderna.―

4 Trentenaire de la Soc. des Langues Rom., Montpellier, 1900, p. 300.