HOTO, ant., sustantivo que se empleaba en la locución en hoto de ‘confiando en (alguien), contando con su protección’; como en la Edad Media no se halla más que el verbo enfotarse ‘ensoberbecerse, sentirse seguro’, y el sustantivo enfoto ‘confianza excesiva’, parece que ésta ha de ser la forma primitiva, acortada por la confusión de las dos sílabas consecutivas en, y el vocablo vendrá probablemente del lat. INFATUARE ‘infatuar, hacer volver necio’.
1.ª doc.: enfoto, y en enfoto, Alex.; en hoto, h. 1500, Juan del Encina.
En cuanto a las formas sin el prefijo en-, son mucho más tardías. El primer ej. lo hallamos en Juan del Encina: el pastor Pascual quiere regalar una cesta de paja a su amiga Beneita, se la juega con su compañero Gil y éste, que cree haberla ganado, exclama: «Beneita, estáte, no hiles / en hoto de la cestilla», es decir, contando con ella (ed. Acad., p. 309); Hernán Núñez cita también el proverbio «en hoto del conde no mates al hombre», o sea ‘contando con su protección’, y Sancho dice todavía «quando no me la diere, nacido soy, y no ha de vivir el hombre en oto de otro, sino de Dios». Salta a la vista que la forma hoto, tan tardía, debió nacer en esta locución prepositiva, como resultado de la haplología de en en, pues el refrán en hoto del conde... era conocidísimo y muy frecuentemente citado por todo el mundo (vid. Covarr. y Aut., p. ej.). Esto no impide que posteriormente empezara a emplearse el sustantivo hoto como palabra independiente, aunque ya no hay muchos ejs., pues el vocablo se había anticuado (no figura en APal., Nebr., etc.): así Rodrigo de Reinosa, escritor pastoril, contemporáneo de Juan del Encina, escribe a tu hoto por ‘a tu cuidado’, y el Maestro Correas (1627) «aunque soy grande, no tengáis hoto en mí». De ahí deriva la locución a hotas, típica del habla pastoril del S. XVI con el sentido de ‘por cierto’ (ejs. de Encina, Reinosa, Torres Naharro, Sánchez de Badajoz, Lope de Rueda y Alonso de Salaya en Cej., Voc., Fcha. y Gillet, Philol. Q. XXI, 29, 33, 35, 38, 42; PMLA LII, 31), y el adjetivo ahotado ‘audaz, confiado’ (ejs. de Encina y T. Naharro en Cej., Voc.; V. además DHist.). Ésta es la variante que ha sobrevivido en más lugares, pues ajotar ‘azuzar’ o ‘instigar’ se oye en Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Puerto Rico y en toda la provincia de Cáceres (Espinosa, Arc. Dial. 49n.1), también en Sajambre (Fz. Gonzz. 185), ‘afanar’ en Santo Domingo, ‘repulsar, despreciar’ en el Oriente de Cuba (Ca., 242), ajotarse ‘volverse afeminado’ en Méjico, atojar ‘azuzar’ en Cuba, Puerto Rico y toda la América Central, ajoto ‘atrevido, osado’ en Canarias, ‘repulsa, desprecio’ en el Este de Cuba, joto ‘afeminado’ en Méjico4.
Fuera del idioma castellano nuestra familia léxica no se conoce en otro romance que el portugués, donde sólo tenemos datos más tardíos, con pocas huellas ya de la forma con prefijo en: en realidad sólo tenemos estar em foto ‘estar a salvo, en lugar seguro’, hablando de una nave que atraca en una costa profunda, en Eanes de Zurara (S. XV, vid. Vieira y Moraes); más común es el verbo afoutar ‘inspirar osadía’ y el correspondiente participio afoutado (varios ejs. del S. XVII en dichos diccionarios); quizá de una abreviación de afoutado resulta el adjetivo afouto (-oito), que es la forma común en portugués y gallego, en el sentido de ‘atrevido, confiado en sí o en otro’, del cual hallamos ejs. en la Demanda do Santo Graal (texto del S. XIII, pero modernizado en la primera mitad del XV; vid. el glosario de la ed. Magne), en Rui de Pina (S. XV) y en muchos autores de los SS. XVI y XVII (afouteza ‘osadía’ está también en FernƟo Lopes, 2.° cuarto del S. XV, Nunes, Florilégio da Lit. Port. Arc, 124).
En cuanto a la etimología, la antigüedad de enfotado y enfoto me parece resolver la cuestión en favor del lat. INFATUARE ‘infatuar, entontecer’: como ocurre en casos semejantes, la u se traspuso ante la T, *INFAUTARE y luego la t, apoyada en el diptongo, ya no pudo sonorizarse; se trata por lo tanto de un caso análogo a los muy conocidos SAPUI > soupe > sope, CAPUI > cope, y luego CAUTUM > co(u)to, AUCA > oca, PAUCA > po(u)ca.
El cambio semántico de ‘infatuación’ a ‘confianza’, ‘seguridad’, ‘osadía’, etc., no necesita justificaciones, por su misma evidencia, y en los ejs. más antiguos es visible el matiz peyorativo, que difícilmente podría conciliarse con otro étimo. El único punto incierto radica en el port. afouto: dada la antigüedad considerable de este adjetivo, y como también existe fouto con el mismo valor (varios ejs. desde la primera mitad del S. XVI en Moraes), podría creerse que venga simplemente de FATUUS, que no perdió su primera U, gracias al femenino FATUA, y la traspuso en FAUTU > fouto; de ahí el derivado afoutar, afoutado, cuya a- pudo comunicarse al primitivo dando afouto; así se explicaría también el cast. a hotas, ahotar. Realmente esto es muy posible. Sin embargo cabe también admitir una reducción fonética como la que observamos en enforcar > AHORCAR, enfitar > ahitar (port. afitar), enfogar > ahogar, enforrar > aforrar, donde las fricativas f o h causaron la debilitación de la n precedente, convirtiéndose enh- en ẽh- > ah- (o enf- > af-); entonces todo procedería de INFATUARE, derivado de FATUUS, y el cast. a hotas podría resultar de una contracción de a ẽhotas. Al fin y al cabo hay poca diferencia entre las dos alternativas. Nadie había pensado hasta ahora en esta etimología, que me parece punto menos que evidente y desde luego mucho más plausible que las propuestas anteriormente.
Ya Moraes pensó en FAUTUS participio de FAVୱRE ‘favorecer’, seguramente acordándose de FAUTOR ‘amigo, sostenedor de una causa’, Baist (RF I, 445) insistió brevemente en la misma idea y la adoptaron M. P. (Manual, § 47.3) y M-L. (REW 3224); pero esto tiene el inconveniente de obligarnos a postular la popularidad de una familia de vocablos clásica que no tenemos ninguna razón para creer perteneciente al latín vulgar, mientras que FATUUS dejó abundante descendencia romance (REW 3223); por otra parte la semántica es más forzada y no se comprende entonces la mayor antigüedad de las formas con prefijo en-. En cuanto a los étimos FĶTUS ‘calentado, acariciado, animado’ (Diez) y FULTUS ‘apoyado’ (Foerster) son imposibles por razones fonéticas.
DERIV.
Enhotar (enf-), ahotado, a hotas, V. arriba.
1 Quizá tenga razón Cej. al enmendar «en su venta con enhoto» y entender ‘encariñamiento’. (?).― ↩
2 Evidentemente por influjo de enflautar ‘inducir a cometer maldades y torpezas’ (ya documentado en Quevedo).― ↩
3 Cito ej. de S. de Horozco, s. v. HUERCO. Otro de enfotado ‘infatuado, insolente’ en el mismo autor (BRAE II, 703-4).― ↩
4 Para estos datos y para el sudamer. (j)ochar ‘azuzar’, resultante de un cruce de ajotar con huch(e)ar, V. mi artículo en RFH VI, 29-35. Es imposible que (j)ochar esté tomado de una voz araucana hipotética, a su vez tomada del raro cast. ant. ojar ‘ver’, como quiere GdDD 4666, por muchas razones, entre otras porque así ochar como jochar se emplean en zonas americanas muy alejadas de todo influjo araucano. ↩