HORMIGOS, ‘gachas, comida hecha con trigo o maíz quebrantados o pan desmenuzado, cocidos con agua o leche’, ‘partes más gruesas que quedan en el arnerillo al acribar la sémola o trigo quebrantado’, ‘plato de repostería hecho con almendras o avellanas tostadas y machacadas con miel’, origen incierto, quizá derivado de HORMIGA por comparación de los granitos de trigo que quedan en el arnerillo o en las gachas con las hormiguillas que bullen en el hormiguero.

1.ª doc.: formigos, J. Ruiz, 1165b1.

En la Estoria de Quatro Dotores «id e cozed formigos a nuestros obreros», donde traduce pulmentum; la misma forma aparece h. 1400 en los Glosarios del Escorial y de Toledo; hormigos está en Nebr. («hormigos de massa: lagunum», que deberá leerse laganum ‘especie de buñuelo o pastel hecho con miel’), en Fr. Juan de Dueñas (1543)2 en Fernán Flores (1541)3 y en Oudin («hormigo: pain esmié et broyé avec saffran»); Covarr. trae hormiguillo «cierta menestra hecha de pan desmenuçado en forma de cabeças de hormigas, y esto significa cerca de los Arabios la palabra alcuzcuzu»4, mientras que Laguna (1555) escribe «las buenas viejas suelen hacer ciertos hormiguillos de avellanas tostadas para assentar el estómago», y basándose en este pasaje Aut. definió hormigo como «cierto guisado compuesto de avellanas machacadas, pan tostado y miel»; la ac. más común ‘gachas’ no figura en este diccionario, aunque la recogió la Acad. en ediciones posteriores, y es la que corresponde seguramente a todos los ejs. arriba citados. Hoy sigue empleándose formigos en Oseja de Sajambre (NE. de León) para ‘gachas de maíz’ (en Asturias farrapes o fariñes), según M. P., Dial. Leonés, § 8.1; y hormigos entre los judíos de Marruecos es «especie de alcuzcuz de granos gruesos, y que en vez de ser regado con caldo de carne, lo es con leche, a la cual se adiciona manteca, azúcar y canela» (BRAE XV, 199); haciéndose con leche es natural que furmíȟus (o furmiȟéȳru) haya tomado la ac. ‘primera leche que da la vaca después de parida’ en el gallego del Limia (Schneider, VKR XI, s. v.), aunque también se conservan en tierras gallego-portuguesas acs. más cercanas a la primitiva: formigos «migas rebozadas y azucaradas» en el anónimo gallego de h. 1850 (RL VII, 212), ‘comida especial de ayuno particular de las Navidades’ en Penafiel (Portugal), C. Michaëlis, RL I, 121, n. 3; en Portugal es palabra provincial del Minho y Tras-os-Montes, V. otras acs. en Fig. En cat. ant. formigons ‘manjar de bledos o espinacas con leche de almendras’ documentado en un texto de 1466 (donde, por lo demás, hay alguna muestra de influjo castellano), BABL, 323, ‘manjar análogo hecho con leche de calabazas’ ib. p. 325; ibic. furmigons ‘sopa de pasta de trigo, hormigos’ (Pz. Cabrero).

Puede decirse que la etimología no se ha estudiado. A. Castro, en su edición de los glosarios, duda mucho de que pueda venir de hormiga, según había dicho Richardson; sugiere, con reservas, una relación sea con FRȢMĔNTUM (ast. furmento, cast. ant. hormiento, cat. forment ‘trigo candeal’), sea con FORMATICUM ‘queso’ (cat. formatge, mozár. aragonés furmâǤu), pero ambas ideas son imposibles, la última por el sentido, sobre todo ambas por razones morfológicas, ya que la terminación de hormigos hubiera debido agregarse y no sustituir a las terminaciones -ENTUM o -ATICUM de estos dos vocablos, y además tampoco veríamos de dónde podía salir esta terminación -igos. Por otra parte es evidente que hay relación entre hormigos y hormigón ‘mezcla compuesta de piedras menudas y mortero de cal y arena’, palabra ya documentada en Covarr. y en Nebr. («crusta calcaria») (Cej. V, § 135), y que es también portuguesa, formigão, atestiguada allí, en una ac. secundaria, desde Lopes de Castanheda (h. 1550). En efecto, como nota la Acad., hormigón está respecto de hormigos ‘postre de avellanas machacadas’ en la misma relación que nuégado ‘hormigón’ respecto de nuégado ‘postre de avellanas y almendras’; puede también compararse el cat. pinyolenc ‘mineral de conglomerados’, disimilación de *pinyonenc, derivado de pinyó ‘piñón’.

Ahora bien, para hormigón sería posible hallar otra etimología, ya sugerida por Covarr.: podría venir de FORMA ‘tapial’, ‘molde de hormazo’, de cuya vitalidad en España nos da pruebas el artículo HORMAZO; es verdad que sería anacrónico pensar en el procedimiento moderno para hacer el hormigón armado, pero pudo haber en otro tiempo hormigón hecho con tapiales, y de hecho Covarr. afirma que así podía hacerse en su tiempo, aunque su testimonio no está al abrigo de sospechas, en vista de sus preocupaciones etimológicas. En cuanto al aspecto morfológico, casi sería forzoso imaginar un verbo derivado FORMէCARE ‘construir con tapia’, que por lo demás no es del todo hipotético puesto que lo empleó el francés Dudón a primeros del S. XI, si bien como mero sinónimo de FORMARE (DU C.); de todos modos, no habiendo otros testimonios ni descendencia romance, prácticamente deberemos mirar el vocablo como supuesto; de ahí pudo derivarse *hormegón y luego hormigón por contaminación de hormiga y su familia. Entonces hormigos ‘postre de avellanas’ tomaría el nombre de su semejanza con una pared de hormigón, y para llegar a hormigos ‘gachas’ y ‘cribaduras’ deberíamos suponer una comparación de los granitos con los pedazos de avellanas que sobresalen del postre, u otra extensión de sentido por el estilo. Todo lo cual es muy forzado semánticamente, claro está; y además la abundancia de la documentación y sus indicaciones acerca de la precesión cronológica, sugieren de un modo claro que hormigos ‘gachas’ es más antiguo que hormigos ‘postre’―según es natural, por lo demás, dado lo esencial y primitivo de aquel alimento―, y que el postre a su vez es anterior a hormigón. En conclusión, la etimología FORMA es poco verosímil.

Y resulta preferible volver a la idea de Covarrubias de que se compararon los granos de trigo de los hormigos (a que se refiere, por ejemplo, la definición judeoespañola), o las migas de pan desmenuzado, con cabezas de hormigas; lo cual era tanto más fácil cuando se hacían con leche, con cuya blancura formaría contraste el color del pan o trigo cocido, hasta recordar el tono pardo de la hormiga5. Por lo demás, también podría haber nacido esta comparación en la ac. ‘cribaduras’ (ya Aut.), comp. fr. gruau ‘gachas’, del germ. GRUT ‘grano de trigo’.

DERIV.

Hormigón ‘mezcla de mortero’, V. arriba; hormigonera. Hormiguillo ‘hormigos’.

1 «Por tu gran avaricia mandóte que el martes / que comas los fomtigos e mucho non te fartes», según el ms. S; G principia el verso «comas de los espárragos», lo cual es menos probable tratándose de un avaro, y es verosímil que el escriba de G sustituyera el vocablo por no entenderlo.―

2 «Que en mi presencia haga unas harinas o hormigos».―

3 «Hacen también de la harina fideos, lasañas, macarrones y hormigos». Ambas citas en la edición de J. Ruiz por Cej.―

4 T. A. Sánchez en su glosario de Juan Ruiz dice «cierta especie de alcuzcuz, que se come en Sevilla, y de que usaban los moros con el nombre cuzcuzú».―

5 Du C. cita un ej. de formicta, que él traduce ‘especie de pastel hecho de harina fina’. Como -icta es terminación tan rara y el vocablo sólo aparece una vez en un Monasticum Anglicanum, es probable que deba enmendarse formicata, y que se trate de unas gachas u hormigos, pues el texto prescribe el régimen alimenticio de una congregación monacal. La sugestión de Carpentier de que sea un pastel de queso (en relación con la familia del cat. formatjada íd.) no es posible por razones morfológicas; tampoco es posible la relación sugerida con un verbo formiscare, que en realidad no existe, pues la forma formiscant es subjuntivo romance de formire = fr. fournir.