HONGO, del lat. FŬNGUS íd.

1.ª doc.: fongo «boletus», h. 1400, en los tres glosarios publ. por A. Castro; fongo, hongo, APal.1

También en Nebr. («hongo de prado: fungus pratensis; h. sospechoso; h. del árbol: boletus; h. sin raíz e pie; h. para iesca»); frecuente en autores posteriores; popular, por lo menos en algunas partes; Cej. VIII, § 93. Desde antiguo le hace fuerte concurrencia SETA; en buena parte del territorio se emplean conjuntamente, con alguna distinción de sentido; en general puede decirse, como declara explícitamente Covarr., que el hongo es más apreciado que la seta, aunque también se han empleado como meros sinónimos2; en el uso del Este de España se emplea especialmente hongo como nombre del Lactarius deliciosus (= cat. rovelló), la variedad más estimada por los gastrónomos, FUNGUS se ha mantenido con carácter popular en italiano (fungo), retorrománico y gallegoportugués, si bien ahí la concurrencia de cogumelo (cug-) ha reducido modernamente fungo a nombre del bejín u otras especies venenosas; además vasco oindo, ono (M-L., ASNSL CLXVI, 53), Sara (lab.) kon?o ‘seta’, mozár. funǤu o funǤêl (Asín, Glos., 124-5); en Cataluña, Occitania, Nordeste de Francia, Rumania y partes de las zonas italiana y rética ha predominado el lat. BOLTUS.

DERIV.

Hongoso [hungoso, errata por hongoso según el orden alfabético: Nebr.; jongoso ‘blando’ en Zorita de la Frontera, prov. de Salamanca, RFE XV, 144]. Cultismos: fungoso, fungosidad. Para otro posible derivado, V. FONJE.

1 «Agaricum es rayz o fongo de un árbol», 10d; «tuber es linaje de hongo que dizen que nasce del tronido del ayre», 511d; también 224d, 313d.―

2 El Glosario de Toledo da fongo y xeta juntos como traducción de uligo, probablemente en el sentido de ‘moho, verdín’, pero el hecho es que como equivalencia de boletus, que designa una criptógama de más valor, sólo da fongo. APal. casi siempre emplea hongo, menos en 224d, donde define ircose como «xetas o hongos duros»: ahí hongo duro será la explicación de lo que es una xeta.