FONJE, ‘blando, esponjoso’, voz rara y mal documentada, del mismo origen incierto que el cat. flonjo íd.

1.ª doc.: Acad. 1817 (no 1783).

En esta edición figura ya la definición «blando, muelle o mollar y esponjoso», que se ha mantenido hasta hoy, pero en las últimas ediciones se le ha agregado la nota de palabra poco usada. En efecto, nunca la he oído ni hallado en mis lecturas, y Pagés no cita más ej. que uno de A. Rojo y Sojo, escritor sin mérito ni interés, cuya obra es un mosaico artificioso de palabras extravagantes sacadas del diccionario académico. Quizá más que castellana sería palabra gallega (o fronteriza), pues allí existe el muy semejante foncho ‘hueco, hinchado, presumido’ (Vall., Lugrís) con enfoncharse ‘envanecerse, engreírse, llenarse de vanidad’ (Vall.) y enfonchado1. Debe de haber existido en portugués (aunque tampoco allí es corriente) dado que hay una freguesía de Vila Fonche en el Norte, cerca de Arcos de Valdevez, concejo fronterizo con la Limia gallega.

En todo caso el catalán flonjo sí es palabra muy viva, con el significado de ‘mullido, muy blando’, aplicado a lechos, almohadas, carnaduras, etc., o ‘esponjoso’ con aplicación a la masa de ciertos pasteles y otros manjares; la pronunciación más común es flònjo, aunque algunos dicen flónjo; Balari cita bastantes ejs. del S. XIX, a los cuales se podrían agregar muchos más, y Ag. menciona una variante valenciana flonx. No hay testimonios anteriores: el más antiguo que conozco es el del diccionario de Esteve-Belvitges (1803); falta en el Nebrija catalán de 1560.

Schuchardt, Roman. Etymologien I, 52-53, supuso que la forma primitiva era la castellana, de la cual flonjo saldría por contaminación de fluix ‘flojo’ o de flac ‘flaco’, y que ambos venían de un adjetivo *FŬNGĔUSparecido al hongo, esponjoso’, derivado de FŬNGUShongo’, idea rechazada por M-L. (REW1, 3587) y M. de Montoliu (BDC IV, 22) como fonéticamente imposible; Montoliu cree que el cat. flonjo viene del cast. flojo por contaminación de otro vocablo, quizá esponja. Estas afirmaciones son demasiado rotundas, pues el propio esponja nos muestra cómo no siempre es ñ el resultado del grupo NG?, y en nuestro caso el influjo del primitivo FUNGUS pudo retrasar la evolución del grupo, aun tratándose de un vocablo del latín vulgar, ajeno al clásico; por otra parte, la -o catalana no es de ninguna manera, como dice Montoliu, una prueba de origen castellano, por el contrario, esta terminación es normal en palabras muy genuinas, tras grupos de consonantes, cuando la vocal tónica es una o o una u, y más aún en adjetivos o sustantivos de dos géneros: monjo ‘monje’, motllo, moro, suro, cuiro, sostro y numerosos vulgarismos barceloneses y mallorquines que en nada se parecen a vocablos castellanos (vid. Estudis Romànics III, 214-5).

Por el contrario, la -e del castellano fonje es la que costaría explicar por la -U latina, y dada la rareza del vocablo podría sospecharse que venga de un cat. *fonge, luego alterado. Pero entonces quizá sería preferible partir del documentado FŬNGէDUS παχύς, fungosus», en CGL II, 434.58), del cual procede el adjetivo fùngetu «floscio» del dialecto italiano de Lecce; del mismo podría proceder, con carácter semiculto, el fr. dial. fonge ‘blando’ que se emplea en tres dialectos del Jura, Vosgos y Ardenas (FEW III, 878); en catalán, FUNGIDUS habría dado primero *fóngeu, fem. *fóngea, que pudo pasar fonéticamente a *fonju, fonja (comp. nèdo(l) < nèdeu < NITIDOS, púdo(l) < PUTIDUS, y por otra parte el mall. teba fem., del antiguo tébea TEPIDA), O analógicamente a fonge (comp. sutze en vez del antiguo sútzeu SUCIDUS). Schuchardt agrega el lomb. orient, fl྿gn o sfl྿gn, Bormio sflgn, y el sic. sfuncidu, sfuncitu ‘esponjoso, blando (aplicado a la carne de los animales que se ha dejado pasar un poco para que sea más tierna)’, ‘debilitado, flaco’, ‘flojo, flaco (aplicado a la carne de una persona)’, ‘humedecido (pan)’, reconociendo empero que se puede pensar en relacionarlos con el lat. vg. SFONGIA, SFUNGIA, estudiado en su Vokalismus II, 117; III, 204. Así es en efecto, puesto que SFUNGIA por ‘esponja’ se halla en manuscritos de San Isidoro (Etym. XII, vi, 60; XIV, i, 3) y, según creo, de Cicerón (véase la cita de éste que da Lindsay en su ed. del santo; además Sofer, p. 157); la transcripción de una π griega por f latina es ultracorrección corriente en latín vulgar (vid. GOLFO), y en España y Sicilia puede tratarse del ár. o mozár. ȐisfónǤa, isfánǤa, etc., ‘buñuelo’ y ‘esponja’, procedente de la misma voz griega (V. Simonet, s. v. esfáncha). Cabría además partir del mozár. fúnǤu o funǤêl, como nombres de hongos (Asín, Glos., 124-5), procedentes de FUNGUS, puesto que es normal en árabe la transcripción de la G latina por Ǥ.

Pero antes de elegir entre estas varias posibilidades lejanas, es preciso averiguar los antecedentes próximos del cat. flonjo y del cast. fonje. El único fundamento sólido que podían alegar M-L. y Montoliu, para su escepticismo frente a la etimología de Schuchardt, consiste en la ausencia de documentación antigua de la voz catalana. Ahora bien, este fundamento es muy real y lleva a sospechar que se trate realmente de una catalanización del cast. FLOJO, aunque no, como dice el último autor, cuando la j castellana se pronunciaba todavía Ȥ, pues justamente flojo tuvo š antigua (= x), y entonces hubiera dado necesariamente cat. *floixo o *flonxo; sino precisamente después de la confusión de los dos fonemas del castellano antiguo en la j moderna. Para la n no habría necesidad de buscar ninguna contaminación, pues esta consonante nace espontáneamente ante una j en la adopción de palabras castellanas, v. gr. encongir < encoger y bronja < brocha, y en valenciano aun en palabras forasteras de otras procedencias, p. ej. llonja (< fr. loge), rellonge ‘reloj’, semicultismo. En resumen, la procedencia castellana del cat. flonjo es muy posible en sí.

¿Y el cast. fonje? Si no tuviéramos otras pruebas de esta forma del vocablo, dada la pésima documentación de esta voz castellana, podríamos contentarnos con sospechar una papeleta lexicográfica mal transcrita o mal leída en vez de *flonje (forma catalana que pudo pasar al aragonés u otro dialecto castellano), u otra corrupción cualquiera de la voz catalana. Para ello no sería obstáculo el gall. ant. fonje «blando, muelle, esponjoso», pues el único que lo cita es Cuveiro (falta en Vall. y en los glosarios gallegos de Jiménez, de Schneider, de Cotarelo y de Leite de V.), y sabido es que este detestable diccionario está lleno de palabras tomadas sin escrúpulo del diccionario de la Acad. Española, y calificadas de «antiguas» para rehuir el reproche de inexactitud que le hubieran hecho los conocedores del gallego actual. Pero si es obstáculo el trasmontano fonjo, fonjinho, «(panno) muito débil, (tecido) muito pouco consistente», recogido por Moreno en Mogadouro, en el SE. de la provincia (RL V, 90), y reproducido luego por Fig. en su diccionario portugués. Como es difícil que la coincidencia de este fonjo con el cast. fonje sea casual, vuelve a cobrar verosimilitud la explicación de Schuchardt, aunque a reserva de más numerosas y antiguas confirmaciones2.

1 «Vivía feito un azacán: él, que fora o mozo enfonchado da vila, por quén toleaban as mozas de mais porqué!» Castelao 211.2.―

2 Nada hallo en glosarios leoneses: Rato; Acevedo-F.; G. Rey; G. Lomas; Lamano; Leite de V., Est. de Philol. Mirand.