HONDO, del antiguo fondo, y éste probablemente sacado de un preliterario perfondo1, procedente del lat. PROFŬNDUS íd., en el cual el prefijo per- fué entendido como aumentativo (como en perdañoso, perfeo, peripuesto).

1.ª doc.: fondo, Berceo, Mil. 583d (pozo fondo), S. D. 230b (rios fondos).

General en todas las épocas del idioma (p. ej. fondo, J. Ruiz, 242d, S. M. Egip. 384, Yúçuf, 21, etc.; hondo, APal. 172d, 471b, Nebr.; Cej. VI, § 41). Uso parecido tienen el port. fundo, gall. fondo («no fondo dunha gabeta», Castelao 201.20) y el it. fondo2; los demás romances conservan intacta la primera sílaba de PROFUNDUS. Ya Diez (Wb., 143) se planteó el problema de si hondo venía de PROFUNDUS o de un cambio de valor gramatical del sustantivo FUNDUS ‘fondo’, y recordó el caso del it. tondo ‘redondo’ sacado de ritondo ROTUNDUS, donde ri- se tomó por una especie de refuerzo semántico; comparación muy oportuna al caso; sin embargo se decidió Diez por la segunda alternativa ante el escrúpulo que le causaba la poca frecuencia de este fenómeno regresivo; en el mismo sentido se pronuncian M-L. (REW 3585) y M. P. (Manual, § 81.1), mientras que Cornu (GGr., § 108) advierte que ha de tratarse de profundo, cuya primera sílaba fué tomada como prefijo intensivo. Hoy, que conocemos, mejor que en tiempo de Diez, la importancia y frecuencia de la derivación retrógrada en romance, debemos decidirnos por la segunda explicación, sobre todo teniendo en cuenta que el caso se ha producido precisamente en los tres romances que mejor conservaron el uso latino del prefijo PER- aumentativo. Creo, en efecto, que PROFUNDUS sufrió en todas partes la disimilación normal en PREFUNDUS (de donde oc. preon, cat. pregon, valón prevon) y luego pasó a *perfondo por el efecto coincidente de la trasposición, tan frecuente en la Edad Media (V. ALREDEDOR), y de la mayor frecuencia del prefijo PER-. En hispano-portugués y en italiano ocurrió, pues, lo mismo que en el Norte de Francia, fr. ant. y medio parfont. Pero el prefijo PER-, aumentativo, del latín (pergrandis, perillustris), seguía siendo muy vivaz en castellano antiguo, especialmente en el lenguaje popular, como hoy todavía lo es en los dialectos leoneses: recuérdense perchapado, perdañoso, perhecho y tantos más, en el lenguaje pastoril de J. del Encina y sus émulos, hoy perbobu, perfeu, perllocu, perperdíu, perpisada, etc., en Asturias, y la variante peri- que vive todavía en el lenguaje común (peripuesto, perifollo, pericueto); casi lo mismo se puede decir del portugués y del italiano, mientras que los demás romances perdieron más temprano este tipo formativo. Es lógico, pues, que perfondo se percibiera como exageración popular del mismo tipo que peralto, con tanto mayor motivo cuanto que a su lado estaba el sustantivo fondo FUNDUS, y así se creó el adjetivo fondo (hondo), que pronto se generalizó en el lenguaje de la gente educada, con tendencia desde antiguo a la eliminación del prefijo intensivo per-, mientras que el lenguaje del vulgo, más conservador, le permanecía fiel y conservaba huellas, al mismo tiempo, del antiguo perfondo: Juan del Encina pone perhundo en boca de sus pastores («¿Iba el río muy perhundo?», rimando con mundo, ed. Acad., p. 142; con el vocalismo leonés, correspondiente al del port. fundo); porfundadamientre, Setenario fº 13r°. El duplicado culto profundo aparece ya en J. Ruiz, 1552a (infierno profundo, en rima), APal. (15b, 206b), etc.3

DERIV.

Hondable ant. ‘hondo’. Hondarras, rioj. Hondura [Villena, Trabajos de Hércules, ed. Morreale, p. 48; Mena, Coronación, ed. Toulouse ¿1489?, fol. 44v; APal. 42b, 186b, 172b; Nebr.], antes también fondeza. Ahondar [af- Berceo, Signos, 7; Cuervo, Dicc. I, 283-5; ast. afondar, V]; ahondamiento; ahonde. Zahondar [S. XIII, L. de los Cavallos, 67.15; Conde Lucanor; en versiones medievales de la Biblia, y más ejs. Cuervo, Obr. Inéd., 380, siempre con ç-; «Sodoma e Gomorra... destroio-as et sufondó-as todas ?no abysmo» (Gral. Est. gall. 208.17)], de SUB-FUND-ARE.

Fondo m. [Berceo, Mil., 42; APal. 72b], del lat. FŬNDŬS íd., conservado en todos los romances, y del cual es derivado PROFUNDUS; junto a fondo existió en lo antiguo hondo como sustantivo (Conde Luc., 168.14), pero aquí la aspiración no llegó a generalizarse porque el vocablo cayó en decadencia durante la Edad Media, de resultas de la concurrencia de su afortunado derivado y sinónimo hondón [fondón, 1084 y 1085, BHisp. LVIII, 360; Cid; Berceo, Mil., 592; Alex., 311; Fn. Gonz., 591; Libro de Enxemplos, 520; Juan de Mena, Coronación; APal. 80d; hondón es la única forma registrada por Nebr. para el sustantivo]4, después por influjo del latín se restableció el uso de fondo y por lo tanto se hizo con su consonantismo anticuado f-, que además permitía distinguir entre el sustantivo y el adjetivo5; hondear ‘reconocer el fondo con sonda’, ‘tantear’, hondeador; hondillos o fondillos ‘entrepiernas’ [Aut.]6, comp. fr. fond íd. (FEW III, 873a); hondonada (ast. fondigonada, V), hondonal, hondonero, defondonar ant. [Acad. ya 1843]; afondar, afondado, afondable; desfondar, desfonde; fondable; fondado; fondaje ‘poso o heces’, canario y andaluz (BRAE VII, 336; fundaje en la Biblia judeoespañola de Ferrara, BRAE IV, 635), gallego fondaxe ‘las piezas que componen la boca de la pipa de vino’, deriv. del sinónimo gall. fondos (Sarm., CaG., p. 119); fondear [1520, Woodbr.; 1696, Vocab. Marít. de Sevilla]7, fondeo, fondeadero [1526, Woodbr.]; fondillón. Fonas ‘cuchillos en las capas y otras ropas’ [Terr.; Acad. ya 1817], tomado del cat. fones.

Fundo ‘predio rústico’ [S. XVII, Castillo Solórzano], tomado del lat. FŬNDUS, que tiene también este significado; tiene carácter hereditario, con tratamiento aportuguesado de la Ŭ tónica, en Asturias, Sto. Domingo, Cuba y Chile (RFH VI, 73, 108n.3); en Galicia vale ‘solar (edificado o por edificar)’ (Alvz. Giménez). Fundar [2.ª mitad del S. XIV, Sem Tob, 676; «fundar: poner en fundamento, fundo» Nebr.], tomado del lat. fundare ‘poner los fundamentos’ (a veces fundar o fundarse significa ‘afirmar, declarar algo’, como en Sem Tob y Vélez de Guevara, Serrana de la Vera, v. 2028); fundación, fundacional; fundado, infundado, infundio; fundador; fundamento [Apol., 637b; fondamiento, Berceo], fundamental, fundamentar.

Derivados de profundo: profundidad [h. 1440, A. Torre (C. C. Smith, BHisp. LXI)]; profundizar o profundar.

1 Perfondo ‘hondo’ en Vidal Mayor 1.56.29, y profondo 6.28.26.―

2 Fondo está hoy muy arraigado en catalán [princ. S. XV, Andreu Febrer] y con derivados propios (fondal, fondalada), pero será más que aragonesismo, mozarabismo, en vista de la -o y el grupo -nd-; lo único castizo es el medieval y toponímico pregon, todavía empleado literariamente. Éste viene de preon < *prevon PROFUNDUS, y de ahí llegó como término náutico hasta el ast.: «mar pregona ‘alta mar’, agua pregona: el agua del mar cuando viene revuelta, en la costa, con algas, ovas y otras plantas marinas; con el nombre de Canal de la Pregona es conocida una depresión en el fondo del mar, cerca de la Costa Cantábrica, que llega hasta 5000 metros de profundidad» (Vigón, Vocab. de Colunga). Testimonio elocuente del vasto influjo cat. en este terreno semántico.―

3 En Berceo (Mil., 701c; S. Mill., 22c) y Apol. (22a) aparece el derivado profundado, siempre en sentido figurado, con referencia al saber.―

4 Vocab. de Rom. en Latín, h2; y en el Lex. Hisp.-Lat. «abyssus: abismo, agua sin hondon». Para el empleo en la toponimia mozárabe, vid. Simonet, s. v. fondón. Ast. fondones ‘sedimento de la sidra en los toneles’ (V). Para el uso de hondo, fondo, fondón etc. en el S. XV y en la Edad Media, vid. J. A. Pascual, La Traducción de la Divina Comedia atribuida a Enrique de Aragón, pp. 165-168.―

5 Para la locución clásica fondo en (fondo en tonto, fondo en tía, etc.), que a veces significa ‘mezclado de, cruzado con’ y en otros casos ‘en realidad de verdad’, vid. Morley, MLN XXXII, 501-3; Ch. Ph. Wagner, MLN XXXIV, 309-10; Gillet, MLN XL, 220-3; G. I. Dale, MLN XLII, 319-21.―

6 En Cuba fondongo, Ca., 41.―

7 H. 1580 ya Sassetti lo copia italianizándolo en fondeggiare (Zaccaria). Ha pasado también al cat. fondejar.