HATO, ‘ropa, vestidos’, ‘porción de ganado, conjunto de personas o cosas’, del mismo origen incierto que su sinónimo port. fato, y probablemente del mismo origen que el langued. y auvern. fato f. ‘trapo, andrajo’ y frprov. fata ‘bolsillo’, que parecen procedentes de un gót. *FAT ‘vestidos’, ‘equipaje, bagaje’ (escand. ant. f྿t, plur. de fat, íd., a. alem. ant. fazzôn ‘vestirse’, a. alem. med. vetze ‘vestido’, alem. fetzen ‘harapo’); pero es probable que en castellano se mezclara con esta palabra germánica el ár. ɅaǷǷ ‘porción que toca a cada cual’, ‘pago a un criado por su alimentación o como sueldo’, de donde la ac. castellana ‘provisión que se llevan los pastores o gañanes’, y acaso otras.

1.ª doc.: hato, J. Ruiz.

En este poeta aparecen ya varias de las acs. modernas. En 971b es ‘vestido’: la Serrana invitando al poeta a la lucha amorosa le dice «desbuélvete de aqués hato»; en 1471b es plural colectivo, en sentido análogo: «beo un monte grande de muchos biejos çapatos, / suelas rrotas e paños rrotos e viejos hatos»; en 1011c es ‘conjunto de personas’, pues dice que la Serrana forzuda «a grand hato daría lucha e grand conquista». De la ac. ‘vestido’ hay ejs. sobre todo en el lenguaje pastoril, de las Coplas de Mingo Revulgo (Aut.), la Tragedia Policiana y Sánchez de Badajoz1; hoy sigue empleándose jato ‘traje’ en Cespedosa (RFE XV, 143) y otras hablas leonesas. En este significado el singular tiene a menudo matiz colectivo, con lo cual se relaciona la ac. ‘equipaje’, documentada en Quevedo2, hoy asturiana (fatu «equipo de persona que viaja y que lo lleva metido en un saco» R, «ropa y pequeño ajuar» V) y pasada al catalán, fato «fardell, equipatge de roba», «tota càrrega», que en estos sentidos se emplea no sólo en el Maestrazgo (García Girona, p. 324), sino más o menos en todo el Principado, con carácter popular; de ahí procede también mozo de hato ‘el que se encarga de la impedimenta común a toda una compañía de farsantes’ (Salas Barbadillo, Moreto); en las Sierras de Almería el hato es el lugar donde los labradores dejan su impedimenta y adonde acuden después a la hora de comer. Por otra parte, el significado ‘rebaño’ no es menos antiguo y arraigado, pues además del antecedente de J. Ruiz, la Cabeza de los Hatos, que se cita en el Libro de la Montería (S. XIV, vol. II, p. 303), procederá de esta ac. que está clara y repetidamente documentada en el S. XV, en Mingo Revulgo, la Crónica de Juan II, APal. (32b, 49d, 256b, 348d), Nebr. (hato de ganado, de cabras; de ovejas, de vacas, de ieguas, de puercos); de ahí las acs. ‘corro o junta de personas’ (popular y rústica), ‘muchedumbre de cosas’ (hato de disparates, de cuentos, etc.); de ahí procedería también la ac. indiana ‘hacienda de campo destinada a la cría de toda clase de ganado, y principalmente el mayor’ (Venezuela, Cuba, vid. Pichardo), ya antigua en estas regiones (V. el testimonio del portugués Gaspar Afonso en Gonçalves Viana); por este camino se llegaría a hato de gitanos ‘rancho, campamento’ («Dala a Pilatos, que es más mudable que hato de gitanos», Tirso, Vergonzoso I, 489). Del castellano viene el vasco-francés y roncalés (h)atu ‘bagaje, muebles, mobiliario’ y también ‘rebaño’, Michelena, BSVAP XI, 294. El portugués fato es hoy sobre todo, por lo menos en Lisboa, ‘traje de hombre, terno’ (M. L. Wagner, VKR X, 10-11), y la ac. ‘vestido’ se documenta allí por lo menos desde 1619 (Luis de Sousa, en Moraes); en el sentido de ‘rebaño’ está anticuado en el lenguaje común (pero no en el Minho, donde fato es ‘rebaño pequeño’, Leite de V., Opúsc. II, 166), pero es muy común en los SS. XV y XVI (Ordenações Afonsinas, Inéditos de Alcobaça, Crónica de João III, Eanes de Azurara); y aún el gallego moderno mantiene esta acepción3. Gonçalves Viana (Apost. I, 441) quisiera partir de ella, pasando por ‘bagaje’, ‘bienes, mercancías’4 (que documenta antiguamente en el jesuíta Antonio F. Cardim), para llegar a ‘vestidos’, lo cual sería posible, pero la evolución ‘equipaje, conjunto de objetos domésticos’ > ‘conjunto de animales o personas’ es preferible, en vista de las acs. que tiene el vocablo fuera de la Península Ibérica5. Efectivamente, sólo con referencia a ropa se halla nuestro vocablo en Francia: el femenino fato se extiende a casi todo el Languedoc y Auvernia con las acs. ‘trapo, harapo’, ‘lienzo para tapar una herida’, y el derivado fatoun (hatoun) se emplea también en Provenza y Gascuña: aunque no se documentan en la Edad Media, la gran extensión dialectal y la rica derivación aseguran su carácter autóctono (FEW III, 434-5); el frprov. fáta ‘bolsillo’ se extiende por Saboya, el Ain y casi toda Suiza (Duraffour Festschrift Jud 382-3; ALF 1042). Como etimología ya Diez indicó su procedencia germánica, señalando una amplia familia formada por el escand. ant. fat, neutro (plural f྿t), ‘vestidos’, ‘equipaje, bagaje’, de donde los compuestos fatabûr ‘guardarropía’, ‘Tesoro, tesorería’, danés fadeklud (noruego fataklut) ‘trapo de limpiar’ (el primitivo fad significa hoy en danés ‘fuente> escudilla’) (vid. Falk-Torp, s. v.), el a. alem. ant. fazzôn ‘vestirse’, a. alem. med. vetze ‘vestido’, alem. fetzen ‘harapo’: el significado etimológico de esta familia, a la cual pertenecen el alem. fass ‘tonel’, ‘recipiente’ y fassen ‘abarcar’, parece haber sido ‘abarcar, comprender’, de donde las ideas de ‘recipiente’ y su contenido el ‘equipaje’, y por otra parte ‘vestidura’ (vid. Kluge, s. v. fetzen, fassen; Falk-Torp, s. v. fatte). Es familia común a todas las ramas del germánico, pues aun en gótico hallamos, con un vocalismo diferente, fêtjan ‘adornar’. Es, pues, lícito postular un gót. *FAT que correspondiera por la forma a la voz escandinava y por el significado a ésta y a las palabras alemanas. Sin embargo, M-L. (REW 3218) rechazó esta etimología porque la -T- simple del gótico daría siempre -d- en romance; sin embargo, este fundamento es erróneo, pues no son raras las palabras de este origen donde, por haberse romanizado algo más tarde, la T ya no se sonorizó (p. ej. BROTAR, brote). Luego tiene razón Gamillscheg (RFE XIX, 230; R. G. I, 376-7) al mantener esta etimología sin modificaciones. Brüch, ZRPh. XXXVIII, 684, con el objeto de orillar la objeción de M-L., supuso un gótico *FATT-, que estaría justificado por el a. alem. med. vetze; éste suele entenderse como vtze con metafónica, que supondría un germ. *FATJAN, pero Brüch afirma que en realidad era vëtze, para lo cual alega ciertas pronunciaciones dialectales modernas, y en este caso la tz debería proceder de una -TT- geminada germánica, constituyendo una variante de explicación desconocida; en realidad, la opinión de Brüch, innecesaria desde el punto de vista romance, no parece contar con la aprobación de los germanistas, y de todos modos complicaría enormemente el problema dentro del germánico6.

Por otra parte, Eguílaz (p. 421), seguido por Baist (RF IV, 365; ZRPh. XIV, 224) y Steiger (Contrib., 173), propuso como étimo de la voz hispano-portuguesa el ár. ɅaǷǷ ‘porción que toca a cada cual’, ‘suerte’, bien documentado en estos sentidos en la lengua clásica y en el vulgar de África y de España7, pero M-L. rechaza este étimo como difícil fonética y semánticamente: lo primero no es cierto, pues el Ƿ arábigo suele transcribirse por d en romance, y ya PAlc. escribe had en el caso de nuestro vocablo, seguramente porque el vulgar de España lo confundiría con una d; por otra parte, no escasean los casos de ensordecimiento de oclusivas y fricativas finales de palabra en los arabismos romances; y aunque es verdad que el vocablo arábigo está más distante que el germánico del significado español, no dejaría de ser posible el paso de ‘porción de cosas’ a ‘conjunto de vestidos’ y a ‘rebaño’. Por otra parte, repugnaría separar la palabra hispánica de la galorrománica, que sólo puede venir del germánico.

En conclusión, la etimología germánica es más probable, pero como en el árabe de España se documenta la ac. ‘lo que se paga a un criado por su alimentación o como sueldo’ («asignación, ración de palacio», PAlc., definiciones completadas gracias a los sinónimos arábigos por Dozy, Suppl. I, 302a), es probable que el ár. ɅaǷǷ se mezclara en España con el germ. FAT, dando lugar por lo menos a la ac. rústica «provisión de comida que los pastores o gañanes llevan para algunos días al lugar o cabaña que tienen destinado» [Aut.]; Eguílaz cita una variante hate, referente a pastores, que comprobaría este origen arábigo8.

DERIV.

Hatada. Hatear. Hatero; hatería [Lope]. Hatijo; enhatijar. Hatillo; gall. fatelo («c’un ~ ao lombo» Castelao 260.23), (cirolas) fatons (o fartabellacos) en Pontevedra, y así o fatôs unas muy panzudas, hacia Orense (Sarm. CaG. 93r, 161r, A14r), probablemente porque «hacen mucho fato (hato)». Afatar ‘aparejar’, ‘preparar la maleta o el viaje’, ‘hacer los preparativos de una mudanza’, ‘llevarse de un sitio lo propio y lo ajeno sin dejar nada’ (R), ‘ataviar, poner un vestido’ ast. (V), ‘aparejar, arrear una caballería’ gallego (Sarm. CaG. 101v: «¿oyes, fulano?, afata»; Cotarelo, BRAE XIV, 103). No parece ser legítima la grafía hatajo de la Acad., pues el vocablo aparece escrito atajo en sus primeras apariciones [S. XIV o XV, ed. de la Gr. Conq. de Ultr. 160v°a119; 1513, G. A. de Herrera], y significa casi siempre ‘hato pequeño de ganado’10, de suerte que parece segura la opinión de García de Diego (RFE XV, 240) de que no es derivado de hato, sino del verbo atajar, que Nebr. registra precisamente en la ac. ‘separar una parte del rebaño’; comp. ATAGALLAR 11.

1 Además de los ejs. citados por Cej., véase este otro del último autor: «Ora ¿no huera mejor / andar los hombres en cueros, / con sus hatos verdaderos, / cual los dió nuestro Señor?» (RFE IV, 21).―

2 «Pusimos el hato en el carro de un Diego Monje; era una media camita y otra de cordeles... cinco colchones, ocho sábanas y ocho almohadas... y las demás zarandajas de casa», Buscón, ed. Cl. C., p. 52.―

3 Así: «Collen un fato de roupa e vanse», junto a: «Pra engaiolar un fato de galegos papans» Castelao 144.16, 180.20, 179.2.―

4 Con aplicación especial: ‘municiones, artillería’ en Diogo do Couto, fines del S. XVI, CortesƟo.―

5 Quizá de la idea de ‘trabajar en un hato o hacienda de campo’ vendrá el cespedosano jatear ‘trabajar continuada y presurosamente’ (RFE XV, 143). No sé con qué ac. se relaciona el minhoto fatôco ‘copo de nieve’, fatucar ‘nevar’ (Leite de V., Opúsc. II, 50).―

6 Kluge, que podía juzgar mejor que nosotros los problemas de dialectología alemana, se atiene a vtze. El vëtze de Brüch equivaldría a germ. FËTTAN, al cual correspondería *fittô en gótico; luego habría que suponer que en este idioma existía, junto a éste, *fatt- con la misma geminada enigmática y con apofonía en la vocal. No parece tener en cuenta estas dificultades Wartburg al aprobar la rectificación de Brüch.―

7 «Suerte por parte», «parte» en PAlc.; «Part, portion, lot, portion afférente; apport. écot, contingent, cote part, cote», Beaussier; etc.―

8 Pero no resulta claro si se trata de la ac. citada o más bien de ‘rebaño’. Figura en una relación manuscrita de moriscos granadinos, cuya lección debería comprobarse, tratándose de Eguílaz.―

9 «Havía un atajo que dezian Atom, do havrían agua de buenas fuentes», donde la edición sustituye cortijo del ms. J-1.―

10 Sin embargo, es equivalente de ‘rebaño’ en Nuevo Méjico (BDHA IV, 44), pero claro que esto es secundario.―

11 Es muy dudoso que tenga que ver con esto el mirandés y trasmontano tagalho ‘rebaño’ (Leite, Philol. Mirand. II, 31, 49), que no estará por lo tanto por gatalho = hatajo.